Suecia, feminismo para todo: desde el quitanieves a la diplomacia
El pa¨ªs n¨®rdico aplica la perspectiva de g¨¦nero en todas sus leyes y pone la igualdad como uno de los ejes de su agenda exterior
Cuando las autoridades de Karlskoga decidieron modificar su protocolo para limpiar la nieve no sab¨ªan que la peque?a ciudad del centro de Suecia se iba a convertir en referente de la igualdad de g¨¦nero. Pero lo fue. Y pionera. All¨ª, las autoridades detectaron que las mujeres sol¨ªan caminar m¨¢s o ir en bicicleta y los hombres utilizar m¨¢s el coche, y decidieron comenzar a despejar primero las aceras, las calles cercanas a las guarder¨ªas y escuelas y los carriles bici, en vez de las carreteras principales y autopistas. Un estudio del uso de la v¨ªa p¨²blica hab¨ªa revelado que el sistema quitanieves beneficiaba a los automovilistas, y que cada invierno se produc¨ªan tres veces m¨¢s accidentes en las aceras heladas que en las carreteras. As¨ª que se cambi¨®.
Aunque no sin pol¨¦mica, a Karlskoga le siguieron otras ciudades de Suecia ¡ªcomo Estocolmo¡ª, que tambi¨¦n decidieron aplicar la perspectiva de g¨¦nero en la limpieza de sus calles. Y en 2015, cuando el Ejecutivo socialdem¨®crata tom¨® posesi¨®n y se defini¨® como ¡°el primer Gobierno feminista del mundo¡±, puso esa agenda igualitaria, y la obligatoriedad de analizar el impacto sobre las mujeres, en un puesto destacado de todas las pol¨ªticas p¨²blicas. Tambi¨¦n en la pol¨ªtica exterior, con la en¨¦rgica Margot Wallstr?m a la cabeza. ¡°En todo el mundo, las mujeres est¨¢n abandonadas en t¨¦rminos de recursos, representaci¨®n y derechos. Por eso perseguimos con fuerza una pol¨ªtica exterior feminista¡±, repite tajante Wallstr?m, anfitriona del Foro para la Igualdad de G¨¦nero celebrado hace unos d¨ªas en Estocolmo.
Ahora, con el mandato a punto de cumplirse y las elecciones previstas para septiembre, toca hacer balance. ¡°Tenemos en cuenta la perspectiva de g¨¦nero, por ejemplo, en los tratados de comercio, en las negociaciones internacionales o en los acuerdos con otros pa¨ªses¡±, explica Ann Linde, ministra de Asuntos Europeos y Comercio y otra de las anfitrionas del Foro de Estocolmo, en el que participaron m¨¢s de 600 actores clave de unos 100 pa¨ªses y en el que El Pa¨ªs estuvo invitado. Suecia, apunta de manera m¨¢s concreta, ha contribuido econ¨®micamente a proyectos para incrementar el n¨²mero de mujeres parlamentarias. Y sus programas y la presi¨®n diplom¨¢tica han jugado un papel clave en pa¨ªses como Somalia, donde ellas han pasado del 14% al 24% en el Parlamento en las ¨²ltimas elecciones; o en Moldavia, donde en 2016 se impuso que los partidos deb¨ªan respetar la paridad en las listas electorales e incluir al menos un 40% de mujeres.
El pa¨ªs n¨®rdico de 10 millones de habitantes ha sido uno de los fundadores y mayores financiadores del fondo She Decides, que ya ha recaudado m¨¢s de 600 millones de euros para programas de salud sexual y reproductiva, destinados a paliar el hachazo de la Administraci¨®n del estadounidense Donald Trump a las organizaciones que tuvieran cualquier tipo de proyecto relacionado con el aborto. Esa ley sobre el derecho a decidir de las mujeres en la que no particip¨® ni una sola mujer, fue la primera norma que rubric¨® el presidente republicano. Poco despu¨¦s de esa firma, la viceprimera ministra sueca, Isabella L?vin, difundi¨® la fotograf¨ªa de la r¨²brica de su nueva ley del clima, en la que aparec¨ªa rodeada exclusivamente de mujeres. La imagen se hizo viral y se interpret¨® como una respuesta ir¨®nica y cr¨ªtica a Trump. Y eso, tambi¨¦n se vio como parte de su pol¨ªtica exterior feminista.
Suecia, el segundo pa¨ªs m¨¢s igualitario de la UE por detr¨¢s de Finlandia seg¨²n el r¨¢nquin del Foro Econ¨®mico Mundial, ha sido desde hace m¨¢s de una d¨¦cada referente en ese campo. Le gusta la etiqueta y la cultiva. Es su tarjeta de presentaci¨®n. Como lo es, por ejemplo, su ley contra la trata y la prostituci¨®n, que penaliza al cliente y considera a la mujer una v¨ªctima. Una ley ¡ªque considera uno de sus grandes ¨¦xitos¡ª que Suecia lleva promocionando desde su entrada en vigor hace casi 20 a?os y que est¨¢ en expansi¨®n.
Pero no todo brilla. Si se rasca debajo de la superficie el pa¨ªs n¨®rdico todav¨ªa tiene muchas sombras, recuerda Clara Berglund, del Lobby Sueco de Mujeres. En el pa¨ªs n¨®rdico, que vive estos d¨ªas escandalizado por un esc¨¢ndalo de acoso y abusos sexuales en el entorno de la Academia Sueca, que elige cada a?o el Nobel de Literatura, un 18% de las mujeres ha sufrido violencia sexual alguna vez en su vida. Y, aunque es el pa¨ªs con la tasa de empleo m¨¢s alta de la UE, donde el Ejecutivo es paritario y la Iglesia Luterana sueca tiene como primada a una mujer, la brecha salarial entre mujeres y hombres es de un 13,2%.
Y mientras trata de corregir esos desequilibrios en casa ¡ªcon el nombramiento, por ejemplo, de una auditora de Igualdad, una figura independiente similar a la del defensor del pueblo, pero para temas de g¨¦nero¡ª tambi¨¦n lo hace fuera. Suecia ha presionado tambi¨¦n para que todas las resoluciones y pronunciamientos de Naciones Unidas incluyan de manera especifica los derechos de las mujeres y las ni?as; ha financiado programas de formaci¨®n para mediadoras de paz en pa¨ªses de Am¨¦rica Latina, ?frica u Oriente Pr¨®ximo; tambi¨¦n ha contribuido a fundar la Iniciativa Mundial para la Justicia clim¨¢tica, que ha reclutado ya a m¨¢s de 7.000 organizacione y que alerta de que el calentamiento global tiene m¨¢s impacto en las mujeres.
Aunque en esa pol¨ªtica exterior feminista tambi¨¦n se han enmarcado otros programas algo menos tangibles, como una exposici¨®n del Instituto Sueco sobre padres de ese pa¨ªs, para mostrar otros modelos de masculinidad. El proyecto ha tenido r¨¦plica ya en China, Uganda o Tailandia
Como la ley para quitar la nieve de las calles, muy criticada por ejemplo cuando un enorme atasco colaps¨® Estocolmo --el Gobierno declar¨® en ese momento que era la mayor nevada en a?os y que con o sin perspectiva de g¨¦nero en la pol¨ªtica de limpieza la capital sueca habr¨ªa sufrido por la tormenta-- la agenda feminista encabezada por Wallstr?m ha experimentado numerosos ataques. La ministra, que sufri¨® maltrato por parte de un novio cuando era joven, ha recibido un buen n¨²mero de cr¨ªticas desde sus inicios en 2015 e incluso ha desatado alguna crisis diplom¨¢tica. Como cuando, tras un peque?o rifirrafe con Arabia Saud¨ª por la reprobaci¨®n de la ministra a los pa¨ªses de la Liga ?rabe por su vulneraci¨®n de los derechos humanos y su trato a las mujeres, decidi¨® no renovar un acuerdo de ventas de armas con Riad. Algo que desat¨® la ira de un buen n¨²mero de empresas suecas, temerosas de que su pa¨ªs dejase de ser percibido como un socio fiable.
Walk of shame: Women of Sweden's "first feminist government in the world" don hijab as they walk past Iran's Rouhani https://t.co/aeEFgibVhV pic.twitter.com/urHrtObkYv
— Hillel Neuer (@HillelNeuer) February 12, 2017
Tambi¨¦n hay quien opina que esa pol¨ªtica exterior feminista es, en realidad, puro m¨¢rketing. Como el profesor Robert Egnell, que sostiene que excepto por la etiqueta ¡°feminista¡± la agenda de la coalici¨®n Socialdem¨®cratas-Verdes en ese campo es casi id¨¦ntica a la de los Ejecutivos anteriores. De hecho, el Gobierno de Stefan Lofven fue muy criticado el a?o pasado, cuando en un viaje oficial a Ir¨¢n las mujeres de la delegaci¨®n lucieron el hiyab, como dicta la ley iran¨ª. ¡°Qu¨¦ deber¨ªamos haber hecho¡±, se plantea la ministra Linde, ¡°?boicotear la visita? ?mandar a un hombre en nuestro lugar? Eso est¨¢ fuera de discusi¨®n. Adem¨¢s, mientras en Occidente nos criticaban por llevar el velo en Ir¨¢n y Oriente Pr¨®ximo se hablaba de las mujeres ocupando puestos de responsabilidad. Eso tambi¨¦n es agenda feminista¡±.
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