¡°Ir¨¢n puede convertirse en otra Venezuela si el r¨¦gimen no escucha al pueblo¡±
La activista, exiliada en Londres, cree que la ruptura del pacto nuclear tendr¨ªa consecuencias muy graves para su pa¨ªs
Para evitar que Ir¨¢n se convierta en otra Siria ¡ªas¨ª asusta el r¨¦gimen a los descontentos¡ª o en una segunda Venezuela ¡ªla deriva ca¨®tica que contempla, no sin temor, la oposici¨®n¡ª s¨®lo har¨ªa falta di¨¢logo. Una receta sencilla, pero ardua, que la abogada y disidente iran¨ª Shirin Ebad¨ª (Hamad¨¢n, 1947) defiende en una entrevista en Madrid, donde este lunes recibi¨® el premio Optimistas Comprometidos que concede la revista Anoche tuve un sue?o. La primera mujer musulmana galardonada con el Nobel de la Paz (2003) aborda la preocupante situaci¨®n que vive su pa¨ªs, inmerso en una grave crisis econ¨®mica y en v¨ªsperas de que el presidente Donald Trump se pronuncie sobre la continuidad del pacto nuclear de 2015. Por muy cr¨ªtica que sea contra el r¨¦gimen de los ayatol¨¢s, que la empuj¨® al exilio hace casi una d¨¦cada, Ebad¨ª hace en esto una salvedad: ¡°Ir¨¢n hasta la fecha ha respetado el acuerdo. Por lo tanto deseo que contin¨²e en vigor¡±.
¡°Si el presidente Trump anulara el pacto la situaci¨®n ser¨¢ terrible tanto para Ir¨¢n como para el mundo. Y aunque Trump decida romperlo, Ir¨¢n no deber¨ªa hacerlo, porque las consecuencias ser¨ªan terribles para la econom¨ªa del pa¨ªs¡±, abismado en una espiral de hiperinflaci¨®n y presa de un descontento social que desde fines de diciembre ha sacado a la calle a miles de manifestantes en 70 ciudades. Esa hip¨®tesis de vuelco radical, a peor, podr¨ªa precipitar cambios, apunta con cautela Ebad¨ª. ¡°Si las cosas empeoran, existe la posibilidad de un levantamiento popular, pero si este no tiene una orientaci¨®n clara, sin alternativa definida, Ir¨¢n se puede convertir en una segunda Venezuela. Y esto al final ser¨ªa peor para la gente¡±.
En febrero, la activista, junto a ¡°14 intelectuales que representan a la sociedad civil¡±, firm¨® una carta abierta para pedir al Gobierno de cl¨¦rigos ¡°un refer¨¦ndum para cambiar la Constituci¨®n y tener un Gobierno laico, no religioso, basado en los derechos humanos". "Proponemos un modelo parecido al de Sud¨¢frica o algunos pa¨ªses de Europa del Este. Esperamos que el r¨¦gimen acceda y desde luego tambi¨¦n que, si hubiera una revuelta popular, no responda matando a la gente. Porque este Gobierno no puede continuar¡±, subraya.
Poder transformador femenino
Sobre el poder transformador de las mujeres incluso en una teocracia como la iran¨ª, Shirin Ebad¨ª cuenta una an¨¦cdota. Le sucedi¨® a una joven, detenida en una protesta hace a?os y enviada a prisi¨®n por negarse a pagar fianza por su libertad provisional ("no he hecho nada malo y no tengo por qu¨¦ pagar", le espet¨® al juez). La mujer fue confinada en la peor zona de una c¨¢rcel, ¡°entre presas comunes condenadas por delitos muy graves¡±. A la semana, llam¨® a Ebad¨ª, que era su abogada, para informarle de que la mayor¨ªa de sus compa?eras de m¨®dulo no ten¨ªa abogado, ¡°y pedirme que hici¨¦ramos algo, que les busc¨¢ramos defensa gratis¡±. Poco despu¨¦s, fue una petici¨®n de libros ¡°porque la biblioteca de la c¨¢rcel estaba vac¨ªa¡±. A continuaci¨®n, la detenida se dedic¨® a explicar a sus compa?eras cu¨¢les eran sus derechos. El director de la prisi¨®n no tard¨® en llamar al juez del caso para pedirle que la pusiera r¨¢pidamente en libertad, ¡°porque todas las mujeres [de la c¨¢rcel] se han convertido en feministas y tenemos miedo a que empiecen a protestar¡±. ¡°Y esto es s¨®lo una an¨¦cdota, hay muchas m¨¢s parecidas¡±, dice orgullosa Shir¨ªn Ebad¨ª, que, mucho antes de exiliarse, renunci¨® a su puesto de juez por las cortapisas impuestas por el r¨¦gimen de los ayatol¨¢s.
El temor a una repetici¨®n descontrolada, y a mayor escala ¡ªtambi¨¦n regional¡ª, de la revoluci¨®n de 1979 que convirti¨® la monarqu¨ªa de los Palevi en una Rep¨²blica Isl¨¢mica no paraliza a los disidentes, asegura Ebad¨ª. ¡°No va a volver a pasar lo mismo, porque entonces la gente eligi¨® un Gobierno isl¨¢mico, y ahora han pasado 40 a?os y todos han visto las consecuencias. Hoy el pueblo desea la separaci¨®n del Estado de la religi¨®n. Pero, seg¨²n la Constituci¨®n, todo el poder est¨¢ en manos del l¨ªder supremo [Al¨ª Jamenei], que puede hacer lo que quiera. Por eso la sociedad ha llegado a un callej¨®n sin salida y el refer¨¦ndum es precisamente para eso, para cambiar la Constituci¨®n. Si el Gobierno no acepta, est¨¢ claro que se vendr¨¢ abajo el r¨¦gimen¡±.
Tras la celebraci¨®n de ese hipot¨¦tico refer¨¦ndum, el siguiente paso ser¨ªa la convocatoria de unas elecciones libres, porque las celebradas hasta ahora de libres, asegura, s¨®lo ten¨ªan el nombre. ¡°Libres nunca han sido ya que los candidatos siempre deben tener la aprobaci¨®n del Consejo de Guardianes [de la Revoluci¨®n]. Y el Consejo no ha sido elegido por el pueblo iran¨ª sino por el l¨ªder supremo¡±.
Tras la frustrada primavera verde de 2009, la explosi¨®n reformista tras los comicios que gan¨® el duro Mahmud Ahmadineyad, Ir¨¢n no viv¨ªa una oleada de contestaci¨®n social tan amplia, en volandas de un movimiento an¨®nimo y amorfo, es decir, sin l¨ªderes aparentes. ¡°La mayor¨ªa de los manifestantes son de clase obrera, profesores y funcionarios, y protestan por el estado de la econom¨ªa, por la enorme corrupci¨®n que hay en el Gobierno y el alza constante de los precios por los gastos que Ir¨¢n asume en conflictos como Siria y L¨ªbano, o Irak¡±.
En primera l¨ªnea tambi¨¦n est¨¢n las mujeres, chicas que se quitan el velo en p¨²blico, o las que se disfrazan para entrar a los estadios de f¨²tbol. ¡°Las iran¨ªes llevan 40 a?os luchando de muchas maneras. Hace much¨ªsimos a?os que las mujeres estamos en la primera fila de quienes se oponen al r¨¦gimen¡±. Por eso se siente facultada para pedir una cosa a las pol¨ªticas occidentales que visitan Teher¨¢n: ¡°Por favor, que no se pongan el pa?uelo para firmar los acuerdos, porque es el colmo¡±.
La activista pide a las ministras y pol¨ªticas occidentales que visitan Teher¨¢n que no se pongan el velo, "porque es el colmo"
Cr¨ªtica con las sanciones adoptadas contra el r¨¦gimen (¡°han perjudicado mucho m¨¢s a la poblaci¨®n que al r¨¦gimen, porque los allegados se han hecho muy ricos precisamente gracias a ellas¡±, subraya) y consciente de que el poder de movilizaci¨®n que las redes sociales tuvieron en 2009 ya no existe (Teher¨¢n prohibi¨® el servicio de mensajer¨ªa Telegram la semana pasada), Ebad¨ª teme, y mucho, que ¡°el descontento se convierta en algo mucho m¨¢s complejo, en una segunda Venezuela. Cada d¨ªa vemos como el dinero pierde valor. Antes de que lleguemos a la bancarrota, el Gobierno debe sentarse a una mesa con los representantes del pueblo, porque si esto contin¨²a as¨ª, de aqu¨ª a seis meses estaremos en quiebra, los bancos est¨¢n al l¨ªmite¡±.
?Qui¨¦nes ser¨ªan esos representantes? ?Hay l¨ªderes o al menos interlocutores en el amplio movimiento de protesta? ¡°S¨ª que hay, hay un grupo. Karrub¨ª y Musav¨ª [l¨ªderes reformistas, bajo arresto domiciliario] tienen un grupo de gente que les apoya pero no todos est¨¢n de acuerdo con ellos. Por eso yo hablo de representantes del pueblo, no de uno, sino de varios. Afortunadamente no hay un solo l¨ªder, porque tenemos una experiencia muy mala con eso. En 1979 hab¨ªa uno solo [el ayatol¨¢ Ruhol¨¢ Jomeini] y se convirti¨® en dictador. Musav¨ª y Karrub¨ª ser¨ªan dos de esos representantes. Por eso hay que hacer entender al r¨¦gimen que es la ¨²ltima opci¨®n que tienen. El Gobierno siempre le dice al pueblo que tiene que callarse porque as¨ª Ir¨¢n no se convertir¨¢ en otra Siria, quieren meter miedo y que la gente vuelva a sus casas. Y mi respuesta es por qu¨¦ no Sud¨¢frica. Un Gobierno de blancos, con el poder absoluto, cuando se vio en un callej¨®n sin salida, con las mismas condiciones que hoy d¨ªa Ir¨¢n, aceptaron sentarse a hablar¡ Pero el Gobierno sigue asust¨¢ndonos con eso de una segunda Siria".
"El r¨¦gimen asusta a la gente diciendo que si protestan podemos vernos como Siria"
Sobre los disidentes que arriesgan demasiado se cierne la amenaza de la muerte civil, como la que sufri¨® su esposo, preso en la c¨¢rcel de Evin durante a?os y a quien el r¨¦gimen molest¨® tanto "que me sugiri¨® que nos divorci¨¢ramos, algo que hicimos amistosamente, porque as¨ª igual le dejan en paz". Un destierro interior, o muerte en vida como la que tambi¨¦n padecen, cuenta, "150 periodistas de la secci¨®n en farsi de la BBC, a los que se les proh¨ªbe cualquier tipo de trato. Los han aislado econ¨®micamente, si el padre de uno muere, no puede heredar, porque la herencia se congela. La Uni¨®n Europea ha protestado por ello, la Comisi¨®n de Derechos Humanos [de la ONU] tambi¨¦n... separan a la gente de sus familias, es como un doble destierro¡".
Si Ir¨¢n no desempe?ara el papel de potencia regional que ha jugado en L¨ªbano y hoy juega en la guerra siria, tal vez resultar¨ªa m¨¢s f¨¢cil mover ficha, aunque Ebad¨ª siempre ha rechazado tajantemente la posibilidad de una intervenci¨®n extranjera directa. Lo quieran o no tambi¨¦n los disidentes, Teher¨¢n es un interlocutor claro en el avispero de Oriente Pr¨®ximo. "El pa¨ªs que m¨¢s defiende a Ir¨¢n es Rusia. Incluso en la ¨¦poca m¨¢s dura de la guerra siria, Mosc¨² ten¨ªa una importante presencia militar en Ir¨¢n. El segundo es China. Dos grandes potencias. Ahora en la regi¨®n hay una guerra por turnos. Encima del escenario, bien visibles, act¨²an Ir¨¢n y Arabia Saud¨ª. EEUU e Israel ayudan a Riad, y Rusia y China a Teher¨¢n. Ambos Gobiernos (iran¨ª y saud¨ª) son terribles, y ambos pueblos est¨¢n descontentos. Pero en Ir¨¢n el descontento es mucho mayor".
Como mensaje a Occidente, a modo de despedida, uno muy claro: "Cuando representantes del Gobierno espa?ol vayan a Teher¨¢n, aparte del Gobierno, que se entrevisten con miembros de la sociedad civil. Cuando est¨¦n ah¨ª firmando los acuerdos, que no se olviden de los derechos humanos".
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