La oposici¨®n se declara ganadora en las elecciones de Malasia
De confirmarse, el nonagenario Mahathir Mohamad, mandatario durante 22 a?os, volver¨ªa al poder

El l¨ªder de la oposici¨®n malasia, el ex primer ministro Mahathir Mohamad, ha asegurado que su coalici¨®n, Pakatan Harapan (PH), ha obtenido la victoria en las elecciones que el pa¨ªs asi¨¢tico celebr¨® este mi¨¦rcoles. El nonagenario Mahathir, que ha acusado a la coalici¨®n gobernante de ¡°retrasar deliberadamente¡± los resultados porque ¡°no quiere reconocer su derrota¡±, dar¨ªa un giro hist¨®rico al pa¨ªs: ser¨ªa la primera victoria de la oposici¨®n desde su independencia en 1957.
¡°Estamos a punto de poder formar gobierno¡±, ha afirmado Mahathir en una comparecencia en la madrugada del jueves, en la que denunci¨® que, pese a que los recuentos han concluido en la mayor¨ªa de circunscripciones, la Comisi¨®n Electoral se resiste a firma el acta. El ¨²ltimo escrutinio, publicado por medios malasios, da 102 esca?os a PH, 68 a Barisan Nasional (BN), la coalici¨®n gubernamental, 16 a PAS (Partido Isl¨¢mico Pan-Malasia) y 2 a otros partidos. Faltar¨ªan solo 34 para completar el total de 222.
De confirmarse el resultado, Malasia dar¨ªa carpetazo a m¨¢s de seis d¨¦cadas de gobierno ininterrumpido de la Organizaci¨®n Nacional de los Malayos Unidos (UMNO). Ser¨ªa la despedida del primer ministro Najib Razak, en el poder desde 2009, y supondr¨ªa el regreso de Mahathir quince a?os despu¨¦s de que terminara su mandato de veintid¨®s a?os, el m¨¢s largo de la historia del pa¨ªs. Mahathir, antes en las filas del UMNO, decidi¨® encabezar Pakatan Harapan para enfrentarse a Najib, en su d¨ªa su disc¨ªpulo, debido al esc¨¢ndalo de corrupci¨®n que estall¨® en 2015: unos 681 millones de d¨®lares, de un total de 2.600 desfalcados del fondo estatal 1Malaysia Development Berhanrd (1MDB), acabaron supuestamente en cuentas privadas de Najib.
Mahathir se ha comprometido en delegar el poder dentro de dos a?os en Anwar Ibrahim, que cumple su segunda condena por sodom¨ªa, un delito en el pa¨ªs musulm¨¢n. La primera fue impuesta en 1999 cuando era viceprimer ministro del propio Mahathir y su popularidad aumentaba; la segunda, en 2015, despu¨¦s de avanzar posiciones frente a Najib como l¨ªder de la oposici¨®n en las elecciones de 2013.
Se estima que la generaci¨®n ¡°Y¡± -los menores de 40 a?os, casi la mitad de los cerca de 15 millones de votantes- habr¨ªa sido clave en la victoria de Mahathir. En zonas urbanas como Kampung Pandan Dalam, feudo tradicional de la oposici¨®n, se respiraban aires de cambio y la divisi¨®n las elecciones m¨¢s disputadas de Malasia desde la apertura de los colegios electorales a las 8.00 hora local (00.00 GMT).
Mohammad, Hanif y Qalam saborean sus cuencos de laksa (fideos cocidos en sopa de pescado) y t¨¦ de lim¨®n con hielo despu¨¦s de votar en dicho distrito. Pero en la mesa no se habla de pol¨ªtica. ¡°Preferimos no decirnos a qui¨¦n hemos votado¡±, comenta Mohammad, anticipando el posible desacuerdo.
Con la tinta para registrar el voto a¨²n fresca en sus pulgares, los tres hombres, de entre 32 y 38 a?os, se dejan llevar entre bocado y bocado y sus preferencias acaban saliendo a la luz. ¡°Necesitamos un l¨ªder que no se lo ponga dif¨ªcil a la gente, que no sea corrupto¡±, apunta Mohammad, que habla positivamente del PAS, visto por muchos con recelo porque su programa incluye la implantaci¨®n de la sharia (ley isl¨¢mica) en el pa¨ªs de mayor¨ªa musulmana (m¨¢s del 60%) y tradici¨®n moderada.
¡°Elijo al candidato que m¨¢s conozco, no al partido. La religi¨®n en el fondo da igual, no queremos ser racistas¡±, se?ala. Qalam, el m¨¢s joven de aspecto, niega con la cabeza y sube el pulgar en se?al de aprobaci¨®n al nombrar a Pakatan Harapan (PH), la coalici¨®n de Mahathir. Hanif, pa?uelo en la testa y mirada risue?a, sonr¨ªe en silencio bajo el toldo en el que se resguardan del sofocante calor con el que Kuala Lumpur ha celebrado su d¨ªa electoral.
Un calor que no ha disuadido a la poblaci¨®n de echarse a las calles desde primera hora para depositar su voto. Los recuentos finales indicaron una participaci¨®n de m¨¢s del 70 por ciento, por debajo del 85 por ciento de las elecciones de 2013.
Las diferentes zonas de la capital malasia representan v¨ªvidamente el crisol ¨¦tnico y religioso del pa¨ªs, con un 69 por ciento de poblaci¨®n malaya, sobre todo musulmana, un 24% de origen chino y un 7% india. En Kampung Cheras Baru, un barrio al este de Kampung Pandan en el que PAS triunf¨® en las elecciones de 2013, se perciben m¨¢s hiyabs (el velo musulm¨¢n) entre las mujeres y m¨¢s ancianos entre los votantes. Los motivos para elegir candidato son parecidos a los de la zona vecina: econom¨ªa y religi¨®n. ¡°Nuestro l¨ªder del PAS cuida a la gente, no de s¨ª mismo. Es la mejor opci¨®n para todos, no solo los musulmanes¡±, apunta Abdulad Aziz, de 34 a?os, al salir de votar. ¡°Los otros (por Najib y Mahathir) son buenos musulmanes, pero no buenos l¨ªderes¡±, remacha.
La t¨®nica var¨ªa en el distrito de Taman Shamelin Perkasa, m¨¢s hacia el oeste y de poblaci¨®n mixta. ¡°Aqu¨ª casi el 50 por ciento somos de origen chino¡±, calcula el jubilado Robert Chin. El sexagenario lo tiene claro. ¡°Lo que quiere la gente es un cambio. (Najib) ha estado demasiado tiempo en el poder. Y cuando ha sentido que lo empezaba a perder, se ha dedicado a comprar votos y negocios. Mahathir no es la panacea, pero si les comparas, sale ganando¡±, apunta el exbanquero.
Antes de empezar a conocerse los resultados, el ambiente m¨¢s festivo de la jornada electoral se encontraba en Kampung Baru, basti¨®n de Najib. En el barrio de humildes casas bajas frente al coraz¨®n financiero de la ciudad, con las emblem¨¢ticas Torres Petronas coronando de fondo el paisaje, Ismail Sahat se protege del sol bajo un paraguas de Barisan Nasional y saluda triunfante a los viandantes. ¡°Seguir¨¦ votando a BN porque ha hecho muy buen trabajo. Ha servido a nuestra comunidad durante a?os, d¨¢ndonos lo que necesitamos¡±, dice, en contraste con los que acusan al primer ministro de haber subido el coste de la vida diaria en el pa¨ªs, que contin¨²a creciendo alrededor de un 5 por ciento anualmente.
A poca distancia y flanqueada por apenas dos compa?eros, Jamila no tiene reparos a la hora de ondear sus banderas de Pakatan Harapan e interpelar a los vecinos que se dirigen a votar. ¡°He recorrido casa por casa en el barrio para convencer a los votantes. Anoche mismo. Y cr¨¦eme, tenemos posibilidades¡±, susurra la mujer, afirmando que ella misma ha retirado recientemente su apoyo al partido de Najib. Un presagio que puede, horas despu¨¦s, acabar convertido en realidad.
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