Memoria del ma?ana
En un cuadro conmovedor se ver¨¢ que un candidato a la presidencia de M¨¦xico propone cortarle las manos a los rateros
En el microchip biodegradable que han de inocular en el hipot¨¢lamo de nuestros bisnietos o bien en el USB en forma de supositorio con el que han de evaluar a los futuros dirigentes de las superm¨¢quinas inteligentes que veramente gobernar¨¢n al planeta se proyectar¨¢ en la pantalla plana de las pupilas una historiograf¨ªa instant¨¢nea de estos enrevesados d¨ªas donde consta que en Roma hay dos Papas y dos reyes en el trono de Espa?a, pero tambi¨¦n que ha campeado la banalidad de las imbecilidades y que se estableci¨® firmemente el imperio de la mentira, la noticia falsa y la corazonada en medio de peque?os videos donde una ardilla se lava el pelo y un fulano se tira de cabeza desde una plataforma de tres metros sin casco y sin aletas al fondo de un diminuto cucurucho de papel.
En esa cr¨®nica subcut¨¢nea ha de leerse que un demente anaranjado de pelos de elote declara convencido que los emigrantes mexicanos en general no son m¨¢s que animales y en otro cuadro conmovedor se ver¨¢ que un candidato a la presidencia de M¨¦xico propone cortarle las manos a los rateros y maleantes; luego, se leer¨¢n qui¨¦nsabecu¨¢ntas p¨¢ginas oprobiosas de una supuesta novela laureada equivocadamente y el sucinto poemario de un dips¨®mano enloquecido que ray¨® las paredes del Metro con la ilusi¨®n de expiar la culpa colectiva de una ciudad que cambia de nombre sin dejar de ser la laguna encantada. En la condensada historiograf¨ªa que han de memorizar los habitantes del futuro consta ya la in¨²til marea de presupuestos electorales y el sinsentido de lo que llaman debates, el desperdicio de pl¨¢stico, la sinraz¨®n de tantas inversiones y el contagio constante de amnesias.
Leer¨¢n entonces ¨Co bien, ver¨¢n en sus peque?as pantallas pupilares¨C?los pocos rostros de ciertas personas notables y las muchas caras de tanto imb¨¦cil que no tiene el menor problema con salir fotografiado hoy mismo como modelo. Se hablar¨¢ de la recurrente hipnosis del deporte, de los paisajes previos a la deforestaci¨®n y calentamiento extremo, de las palabras que exist¨ªan antes de ser sustituidas por emojis y de muchas frutas que dejaron de producirse en huerto; se hablar¨¢ de elefantes como mitos de un remoto safari y de esos objetos con letras impresas que resguardaban la imaginaci¨®n y la memoria de todos los siglos en sus hojas llamadas p¨¢ginas¡ pero es de esperarse como anhelo de sincera ilusi¨®n que en el siglo venidero se honre como ejemplo el sacrificio de toda una generaci¨®n de fantasmas que simplemente no tendr¨¢n posibilidad de fincar su huella en estos d¨ªas que pasan como viento.
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