Las ¨²ltimas encuestas reducen la ventaja de Duque y Petro por la carrera presidencial colombiana
El promedio de sondeos los coloca como favoritos. Pero sus fallos en anteriores elecciones y los posibles movimientos de ¨²ltima hora aumentan la incertidumbre
Los colombianos votar¨¢n el 27 de mayo y las encuestas apuntan a dos favoritos: Iv¨¢n Duque y Gustavo Petro. Nuestro promedio de sondeos coloca a Duque alrededor del 37% de los votos y a Petro en torno al 27%, seguidos de Sergio Fajardo (16%) y Germ¨¢n Vargas Lleras (11%). Es dif¨ªcil que alguno de los candidatos logre superar la mitad de los votos en la primera vuelta, as¨ª que previsiblemente habr¨¢ una segunda votaci¨®n en junio.
Iv¨¢n Duque parece tener pie y medio en esa elecci¨®n final. El candidato del Centro Democr¨¢tico, el partido del expresidente Uribe, lleva meses liderando las encuestas y tiene una ventaja considerable sobre sus rivales. Hay m¨¢s dudas a la hora de pronosticar qui¨¦n le acompa?ar¨¢.
Gustavo Petro es el segundo en los sondeos, pero tiene que demostrar que puede replicar sus buenos datos demosc¨®picos en las urnas. Petro es un candidato de izquierdas fuerte en las encuestas, algo poco com¨²n en un pa¨ªs habituado a que la izquierda obtenga apoyos marginales.
Las claves para ser segundo
Hay tres motivos que debilitan el favoritismo de Petro en la lucha por el segundo puesto. El primero es su base electoral. Petro tiene grandes apoyos entre los segmentos de poblaci¨®n que tradicionalmente m¨¢s se abstienen, sobre todo personas j¨®venes y de estrato socioecon¨®mico bajo y medio-bajo. El riesgo para ¨¦l es que muchos de esos simpatizantes no vayan a votar.
El segundo motivo de cautela con Petro es la evoluci¨®n reciente de los sondeos: est¨¢ perdiendo ventaja contra sus perseguidores. El candidato de izquierda pareci¨® encontrar su techo en el 27% de votos. Es una cifra que ha sido suficiente para lograr el paso a segunda vuelta en la ¨¦poca post-Uribe, cuando el sistema de partidos tradicional (que sol¨ªa dividir al electorado en dos grandes bloques, liberal y conservador) ya se hab¨ªa fragmentado. La duda es si realmente Petro estar¨¢ en esas cifras dentro de una semana. Su primer perseguidor es Sergio Fajardo, que viene remontando y ronda el 16% de los votos. Pero seguramente el rival m¨¢s peligroso para Petro no es Fajardo, sino Vargas Lleras, aunque en las encuestas aparezca cuarto.
Esto nos lleva al tercer motivo de incertidumbre, que es quiz¨¢s el m¨¢s importante: las dudas sobre la precisi¨®n de los sondeos. Como hemos comentado en otras ocasiones, las encuestas en Colombia han cometido errores importantes en el pasado y eso obliga a tomarlas con una dosis doble de escepticismo.
El exvicepresidente Vargas Lleras se mantiene retrasado en las encuestas, pero asciende. Son varias las encuestadoras que multiplicaron por dos sus apoyos recientemente. ?Es posible que esa tendencia siga o se acelere en esta ¨²ltima semana? Es una posibilidad. No son pocos los analistas que ven a este candidato en segunda vuelta bas¨¢ndose en la siguiente hip¨®tesis: los sondeos en Colombia no capturan la importancia de la maquinaria, esto es, del voto clientelista que puede movilizar cada candidato. Ese voto se decidir¨ªa a ¨²ltima hora, o no se declarar¨ªa, y ser¨ªa mayor en ¨¢reas geogr¨¢ficas donde los encuestadores apenas llegan. En algunos pa¨ªses un error de las encuestas de 16 puntos ¡ªque es lo que necesita Vargas Lleras para ser segundo¡ª es algo muy poco probable, pero no en Colombia, donde esos errores se han producido antes. Por eso la hip¨®tesis del voto de maquinaria no puede descartarse.
En resumen, llegamos al d¨ªa del apag¨®n demosc¨®pico con dos candidatos destacados en las encuestas ¡ªDuque y Petro¡ª, que pierden apoyos en favor de sus perseguidores ¡ªFajardo y Vargas Lleras¡ª. Esas tendencias podr¨ªan seguir y acelerarse, pero tambi¨¦n detenerse. En cualquier caso, ya no lo sabremos antes del recuento, porque la ley proh¨ªbe publicar nuevos sondeos. Si a esa incertidumbre a?adimos las dudas sobre la precisi¨®n de las encuestas, el resultado es una primera vuelta m¨¢s abierta de los que podr¨ªa parecer.
Metodolog¨ªa. Nuestro promedio tiene en cuenta sondeos de varias encuestadoras para mejorar la precisi¨®n del pron¨®stico. El promedio est¨¢ ponderado para dar distinto peso a cada encuesta seg¨²n tres factores: el tama?o de la muestra, la casa encuestadora y la fecha. De los tres elementos, la ponderaci¨®n por fecha es la m¨¢s importante.
Peso por muestra. Las encuestas con m¨¢s entrevistas realizadas reciben m¨¢s peso, seg¨²n una ley decreciente (pasado cierto umbral hacer m¨¢s entrevistas aporta ya poco).
Encuestas repetidas. Ponderamos a la baja las encuestas repetidas de un mismo encuestador. La idea es sencilla: no queremos que una empresa que haga muchas encuestas domine el promedio. Al calcular el promedio en una fecha, la encuesta m¨¢s cercana de cada encuestador tiene peso 1, y el resto de encuestas de la misma casa reciben un peso reducido.
Peso por fecha. El ¨²ltimo factor es el m¨¢s importante: queremos dar m¨¢s peso a las encuestas recientes al calcular el promedio. Para conseguir eso asignamos pesos a los sondeos seg¨²n una ley decreciente exponencial (por ejemplo, en este promedio las encuestas de hace 7 d¨ªas reciben la mitad de peso que una encuesta de hoy). Tambi¨¦n definimos una franja de exclusi¨®n y eliminamos completamente del promedio las encuestas con m¨¢s de 60 d¨ªas de antig¨¹edad. Estos par¨¢metros cambiar¨¢n dependiendo de la agitaci¨®n de los sondeos. Cuando no hay movimientos o tenemos pocas encuestas, es mejor hacer un promedio lento, que agregue muchos sondeos y reduzca los errores de muestreo y las diferencias entre encuestadoras.
Voto blanco. En las ¨²ltimas elecciones presidenciales hubo un 6% de votos en blanco. Pero es muy dif¨ªcil predecir esos votos usando encuestas, porque los entrevistados a menudo dicen que votar¨¢n en blanco cuando quieren ocultar su voto o no lo han decidido. Tambi¨¦n se refugian en el voto blanco muchos abstencionistas. Teniendo esto en cuenta, hemos asumido de momento que el voto blanco volver¨¢ a ser del 6%. La estimaci¨®n del promedio de encuestas en marzo es de 10%, muy similar la cifra de las encuestas en 2014 ¡ªun 12%¡ª, cuando el voto blanco acab¨® efectivamente en el 6%.
Precisi¨®n hist¨®rica. Los sondeos en Colombia han sido poco precisos en el pasado y eso obliga a tomar sus pron¨®sticos con cuidado. El error absoluto medio (MAE) de las encuestas en las elecciones de 2010, 2014 y 2016 fue de 5,7 puntos por candidato. Eso significa que errores de m¨¢s/menos siete puntos ser¨¢n frecuentes y que el margen de error ¡ªal 95% de confianza¡ª ser¨¢ de 14 puntos incluso el ¨²ltimo d¨ªa.
Universos y muestreos. Algunas encuestadoras han decidido emplear el censo electoral en lugar del poblacional (probablemente a causa de los problemas que genera la falta de un censo de referencia). Esto hace que los universos de algunas encuestas sean distintos, lo cual genera ciertas dudas formales al agregar. La alternativa ser¨ªa tratar los sondeos por separado, pero dado que todos miden el mismo fen¨®meno, finalmente, hemos tomado la decisi¨®n de agregarlos juntos para tener la mayor muestra dentro del promedio.
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