Colombia elige su futuro tras m¨¢s de medio siglo de guerra con las FARC
El pa¨ªs celebra las primeras elecciones presidenciales sin la amenaza de la guerrilla. Los expertos conf¨ªan en la estabilidad m¨¢s all¨¢ del resultado
En la fotograf¨ªa aparecen decenas de j¨®venes, en su mayor¨ªa menores, que hasta hoy han lidiado con la violencia de uno de los departamentos m¨¢s conflictivos de Colombia, el Choc¨®, en la costa del Pac¨ªfico. Junto a ellos, algunas autoridades encabezadas por el vicepresidente del pa¨ªs, ?scar Naranjo. A las afueras del municipio de Quibd¨®, se escuchan sus vivencias, determinadas por las balas y la delincuencia. ¡°Tenemos ganas de salir de esta vida¡±, dice Harold Cuesta. Tambi¨¦n se oye una promesa del general de la Polic¨ªa que fue decisivo en la ca¨ªda de Pablo Escobar: la apertura de un canal de comunicaci¨®n directa entre estos adolescentes, que han entregado sus armas, y el Gobierno de Juan Manuel Santos para evitar las redes de corrupci¨®n local.
Esta imagen, de un encuentro que se celebr¨® hace unas semanas, ilustra la etapa en la que se encuentra Colombia, que celebra hoy la primera vuelta de las elecciones presidenciales. El pa¨ªs puso fin en 2016 a la guerra con las FARC, que fundaron un partido pol¨ªtico, pero no se presentan a estos comicios por el apoyo casi nulo de la ciudadan¨ªa. Sin embargo, las autoridades todav¨ªa no han resuelto el problema de la violencia y el olvido al que est¨¢n condenados algunos territorios. La transici¨®n acaba de empezar y a¨²n quedan muchos escollos, la guerrilla del Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n Nacional (ELN) negocia con el Ejecutivo en La Habana, las bandas criminales prosperan en las fronteras con Venezuela y Ecuador, y los acuerdos con el grupo insurgente m¨¢s antiguo de Am¨¦rica pasan quiz¨¢ por su momento m¨¢s delicado. Los colombianos eligen presidente en un clima de transparencia, seg¨²n los observadores, y, por primera vez en m¨¢s de medio siglo, sin la amenaza de las FARC. No obstante, esa paz necesita consolidarse, en sentido amplio, apuntalar la seguridad y la estabilidad econ¨®mica. Y eso es lo que est¨¢ detr¨¢s, con planteamientos a veces en las ant¨ªpodas, de los cinco principales candidatos que aspiran a llegar a la Casa de Nari?o.
Iv¨¢n Duque, aspirante uribista, encabeza desde hace meses todas las encuestas y ya tiene un pie en segunda vuelta, que se celebrar¨¢ el 17 de mayo. Exsenador y antiguo consejero del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en Washington, asegura que no tiene intenci¨®n de ¡°hacer trizas¡± los acuerdos como demandan los sectores m¨¢s radicales de su coalici¨®n, impulsada por los expresidentes ?lvaro Uribe y Andr¨¦s Pastrana, aunque s¨ª har¨¢ modificaciones importantes. Su coalici¨®n, de posiciones conservadoras, su discurso en la recuperaci¨®n. Colombia tiene unas perspectivas macroecon¨®micas favorables ¨Cingres¨® el viernes en la OCDE, acaba de obtener una l¨ªnea de cr¨¦dito de m¨¢s 11.400 millones de d¨®lares del FMI sin condiciones-, pero la desigualdad sigue marcando la rutina de millones de ciudadanos. ¡°Asumo el reto de recuperar la econom¨ªa colombiana, eliminar el derroche, la corrupci¨®n y la evasi¨®n. Vamos a bajar impuestos y a subir los salarios de los trabajadores¡±, prometi¨® durante el cierre de campa?a.
Su principal contrincante, tambi¨¦n con muchas posibilidades de llegar a segunda vuelta, es el exalcalde de Bogot¨¢ Gustavo Petro, que fue guerrillero del M-19, un movimiento desmovilizado en 1990. Este candidato escal¨® posiciones impulsado por un discurso antiestablishment aplaudido especialmente por los j¨®venes y las clases populares. Durante toda la campa?a recibi¨® cr¨ªticas por sus formas populistas y su antigua amistad con Hugo Ch¨¢vez. El fantasma de Venezuela y su repercusi¨®n en Colombia, donde en los ¨²ltimos meses han entrado cientos de miles de ciudadanos que huyen del r¨¦gimen de Nicol¨¢s Maduro, ha sido uno de los ejes de la polarizaci¨®n ideol¨®gica de esta carrera presidencial.
Sergio Fajardo, exregidor de Medell¨ªn, y Humberto de la Calle, negociador de los acuerdos con las FARC, de centro y centroizquierda, respectivamente, han dedicado, en cambio, sus campa?as a la reconciliaci¨®n, una idea central que vertebra la aspiraci¨®n de dejar atr¨¢s el pasado y comenzar una nueva etapa.
Germ¨¢n Vargas Lleras, exvicepresidente de Santos y pol¨ªtico de centroderecha, representa en estas elecciones los intereses de las clases dirigentes y no ha tenido hasta ahora especial proyecci¨®n. Cuenta, no obstante, con una amplia base de apoyo territorial, la llamada maquinaria, dif¨ªcil de medir en las encuestas, por lo que podr¨ªa convertirse en una de las sorpresas de la jornada electoral.
A una parte de la poblaci¨®n, que sigue muy dividida sobre los acuerdos de paz, le preocupa la confrontaci¨®n ideol¨®gica encarnada sobre todo por Duque y Petro. No obstante, seg¨²n la mayor¨ªa de los expertos, la estabilidad del pa¨ªs no depender¨¢ en ¨²ltima instancia de estos comicios. La agencia de calificaci¨®n Fitch, por ejemplo, no muestra preocupaci¨®n y no prev¨¦ cambios en las pol¨ªticas macroecon¨®micas con independencia del ganador. Pero Colombia s¨ª se juega en buena medida su proyecto de pa¨ªs. ¡°Tenemos unas opciones que son muy dr¨¢sticas y la gente est¨¢ muy inquieta, pero los cambios importantes no se van a dar porque tenemos un Congreso que est¨¢ dividido¡±, se?ala por su parte el analista Sergio Guzm¨¢n, de la consultora brit¨¢nica Control Risks, por lo que a cualquier candidato que gane la presidencia le va a resultar muy dif¨ªcil legislar. Detr¨¢s de sus decisiones, los debates sobre el modelo energ¨¦tico, la seguridad, el papel de Colombia en las alianzas internacionales. En definitiva, el futuro.
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