La lucha por la supervivencia del orden liberal
Italia, Trump, Brexit: europe¨ªstas y liberales se sienten asediados ante el avance nacional-populista


Las reuniones entre europe¨ªstas y liberales tienen estos d¨ªas algo de la atm¨®sfera de la aldea gala de Ast¨¦rix, un grupo de irreductibles asediados por los romanos. O de una sesi¨®n de psicoan¨¢lisis en la que el paciente se pregunta qu¨¦ hizo mal, c¨®mo se meti¨® en este laberinto y c¨®mo salir de ¨¦l.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confirma d¨ªa a d¨ªa los peores pron¨®sticos sobre su presidencia. En Europa, Italia se asoma a la trinchera de los que cuestionan el viejo orden liberal, entendido como las instituciones y valores que, promovidas por EE UU y la Uni¨®n Europea, han ordenado las relaciones internacionales en las ¨²ltimas d¨¦cadas. Y el presidente franc¨¦s, Emmanuel Macron, cuya victoria hace un a?o cre¨® la ilusi¨®n de que la ola nacionalpopulista de Trump y el Brexit se dilu¨ªa, descubre ahora su creciente soledad en una Europa que no le escucha.
¡°Me apetec¨ªa salir de la Am¨¦rica de Trump y respirar un poco de aire liberal. Pero me encuentro con que vosotros tambi¨¦n est¨¢is tosiendo¡±, bromeaba esta semana el estadounidense John Ikenberry, profesor de pol¨ªtica internacional en la Universidad de Princeton, en una sesi¨®n de las jornadas del consejo anual del laboratorio de ideas europeo European Council on Foreign Relations (ECFR), en Par¨ªs.
El lugar del encuentro era rico en simbolismo. Par¨ªs se ha convertido, desde la llegada de Macron al poder, en un basti¨®n. Es un giro ir¨®nico de la historia que Francia ¡ªun pa¨ªs donde para muchos la palabra liberal es un insulto; donde millones de ciudadanos votan opciones proteccionistas y euroesc¨¦pticas; donde el capitalismo ¡°anglosaj¨®n¡± siempre se ha visto con suspicacia¡ª y no Estados Unidos, ni Reino Unido, sea hoy el reducto del orden liberal.
Durante dos d¨ªas, expertos, altos funcionarios y pol¨ªticos convocados por el ECFR dibujaron un diagn¨®stico sombr¨ªo y melanc¨®lico de la Europa y el mundo actual. De la crisis financiera de 2008 a la crisis de los inmigrantes en 2015, el aire que se respira en Europa no ha dejado de enrarecerse. Nadie resumi¨® mejor esta atm¨®sfera ¡ªatm¨®sfera apocal¨ªptica en algunos momentos¡ª que el financiero, fil¨¢ntropo y ensayista George Soros: ¡°La Uni¨®n Europea est¨¢ atrapada en una crisis existencial. Todo lo que pod¨ªa salir mal en los ¨²ltimos diez a?os ha salido mal¡±.
El orden liberal no s¨®lo est¨¢ bajo asedio por parte de potencias autoritarias, pa¨ªses que en algunos aspectos se benefician de este orden y quieren preservarlo. No s¨®lo est¨¢ bajo el asedio de los Estados Unidos de Trump, que ha roto los acuerdos del clima, el pacto nuclear con Ir¨¢n y que amenaza con una guerra comercial. El drama de los europe¨ªstas es que la propia UE dif¨ªcilmente podr¨¢ ser la garante del orden liberal si quienes lo cuestionan no dejan de ganar posiciones en su interior: es f¨²til que los europeos quieran arreglar el mundo cuando la casa europea est¨¢ patas arriba.
Un riesgo hoy es la insularidad, hablar s¨®lo a los convencidos, se trate de los foros de think-tanks o de las consultas ciudadanas sobre la UE que promueve Macron. Desde lejos, estos debates se ven con una media sonrisa, casi como un psicodrama euro-europeo. ¡°Occidente nunca fue serio a la hora de defender el orden liberal fuera de sus fronteras¡±, comentaba en los pasillos uno de los asistentes al foro, Seyed Hossein Mousavian, exnegociador nuclear y exdiplom¨¢tico iran¨ª. Se refer¨ªa al apoyo occidental a dictadores en Pr¨®ximo Oriente. ¡°Trump¡±, a?adi¨®, ¡°est¨¢ acelerando la desparici¨®n del orden liberal, pero, en la pr¨¢ctica, la estrategia de Occidente en los ¨²ltimos 30 o 40 a?os m¨¢s all¨¢ de sus fronteras siempre consisti¨® en mentir y mentir, en un doble rasero¡±.
Los obituarios sobre el orden liberal, parafraseando a Mark Twain, posiblemente sean exagerados, y los acentos apocal¨ªpticos soslayan que la historia no es un relato lineal, sino que avanza con meandros: ni hace un a?o, al ganar Macron, el orden liberal hab¨ªa triunfado, ni ahora se encuentra al borde de la extinci¨®n.
Europa no puede erigirse en defensora del orden liberal sin contar los propios europeos, lo que ahora no ocurre, y tampoco sin sus aliados, seg¨²n el historiador brit¨¢nico Timothy Garton Ash. "No podemos defender el orden liberal contra Estados Unidos, y tampoco sin Estados Unidos", dijo en una de las sesiones. La otra escuela aboga por prescindir de Estados Unidos, dar por finiquitada la era transatl¨¢ntica y asumir que Europa deber¨¢ valerse por s¨ª sola.
La inc¨®gnita es si EE UU regresar¨¢ o no; si Trump marca un par¨¦ntesis o una tendencia irreversible. La clave, seg¨²n varios participantes, ser¨¢ si Trump gana o pierde la reelecci¨®n de 2020. En el primer caso puede haber todav¨ªa una oportunidad de reconducir la situaci¨®n. En el segundo, el nuevo mapa se consolidar¨¢. Carl Bildt, exprimer ministro sueco y codirector del Consejo del ECFR, suger¨ªa en un intermedio de las sesiones que el cambio de la primera potencia mundial va m¨¢s all¨¢ del actual presidente: ¡°Hay cuestiones estructurales, un cambio de actitud, un inter¨¦s declinante en Europa¡±.
El peligro es precisamente ignorar que la historia no avanza en l¨ªnea recta, que los momentos de euforia contienen las crisis futuras, y viceversa. Timothy Garton Ash cit¨® un art¨ªculo de 1991 en la revista Esprit del polit¨®logo franc¨¦s Pierre Hassner, que muri¨® el s¨¢bado a los 85 a?os. Era el momento del ¡°fin de la historia¡±, del supuesto triunfo de las democracias liberales al final de la Guerra Fr¨ªa.
Hassner avis¨®: ¡°Sabemos que la humanidad no vive s¨®lo de libertad y de universalidad, que las aspiraciones que han conducido al nacionalismo y al socialismo, la b¨²squeda de la comunidad y de la identidad, y la b¨²squeda de la igualdad y de la solidaridad, acabar¨¢n reapareciendo, como ya lo hacen¡±: Y a?adi¨®: ¡°En la medida en que el liberalismo pueda incorporarlas y conciliarlas a la vez con la libertad del individuo y con la interdependencia del planeta, tendr¨¢ una oportunidad, despu¨¦s de ganar la guerra fr¨ªa, de no perder la paz¡±. Un cuarto de siglo despu¨¦s, la lecci¨®n ¡ªuna pista para el futuro¡ª sigue vigente.
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