Dos Argentinas en una plaza
El 's¨ª' de los diputados hundi¨® a los escasos antiabortistas en frente al Congreso. Las dos Argentinas volver¨¢n a encontrarse en unas semanas, ante la votaci¨®n definitiva del Senado
Verde y celeste. Mujeres j¨®venes en grupo y se?oras acompa?adas por maridos. Laicismo y religi¨®n. Dos Argentinas en una ¨²nica plaza. Durante las 23 horas de sesi¨®n en la C¨¢mara de Diputados sobre la legalizaci¨®n del aborto, la plaza del Congreso estuvo dividida en dos: a un lado, los partidarios del proyecto de ley, del otro quienes se oponen. La diferencia num¨¦rica de los primeros fue tan superior que al anochecer ocuparon tambi¨¦n el centro de la plaza, que iba a permanecer vac¨ªo como territorio neutral.
Algunas adolescentes treparon entonces a la valla que las separaba de los antiabortistas y los dos mundos quedaron frente a frente. ¡°Aborto legal en el hospital¡±, cantaban desde arriba las j¨®venes. ¡°S¨ª a la vida, no al aborto¡±, les respond¨ªan desde abajo.
El g¨¦nero, la edad y el lugar de procedencia eran muy distintos. La marea verde estaba formada por estudiantes de colegios secundarios, universitarias, mujeres trabajadoras, lesbianas y transexuales que se acercaron hasta all¨ª solas o en grupos de amigas. Estaban tan emocionadas que muchas pasaron la noche en vela in situ, arropadas con mantas y sacos de dormir. Casi todas eran de Buenos Aires y su ¨¢rea metropolitana, en su mayor¨ªa de clase media.
Al otro lado de las rejas, predominaban las familias heterosexuales. Matrimonios solos o con hijos envueltos en banderas argentinas, estudiantes de colegios cat¨®licos, monjas y sacerdotes. La media de edad era m¨¢s alta y su procedencia m¨¢s diversa. Por la tarde hab¨ªa residentes de la capital, el conurbano y el interior del pa¨ªs, pero al amanecer s¨®lo resist¨ªan en pie un centenar de personas que viajaron desde el oeste para asistir a esta jornada hist¨®rica. ¡°Somos un grupo de San Luis, a 800 kil¨®metros de ac¨¢. Pens¨¢bamos ver m¨¢s gente local, estamos un poco decepcionados¡±, se lamentaba Eduardo Morales, de 57 a?os y padre de siete hijos.
Las vallas del lado celeste fueron decoradas con carteles de ¡°Salvemos las dos vidas¡±, ¡°S¨ª a la vida¡± y dibujos hechos por escolares. En varios hab¨ªa fetos que ped¨ªan a sus madres que no los asesinasen y les dieran una oportunidad. ¡°No me mates¡±, pod¨ªa leerse tambi¨¦n en las cintas que algunos luc¨ªan en frentes y bocas. Im¨¢genes religiosas y altares improvisados con fotograf¨ªas de beb¨¦s se repet¨ªan en varios puntos de la concentraci¨®n, en la que abundaron las oraciones colectivas.
Las partidarias de la legalizaci¨®n volcaron su enfado contra la presi¨®n eclesi¨¢stica en pancartas y c¨¢nticos. ¡°Fuera sus rosarios de nuestros ovarios¡±, ¡°Sobre nuestro cuerpo no decide ni la Iglesia ni el Estado¡±. ¡°Dicen que quieren salvar a las dos vidas los que encubren a los curas por pedofilia¡±, coreaban las adolescentes.
El contraste explot¨® con la votaci¨®n. El s¨ª de los diputados hundi¨® a los escasos antiabortistas, que escucharon retumbar de alegr¨ªa el otro lado de la plaza. Las dos Argentinas separaron sus caminos, pero volver¨¢n a encontrarse en unas semanas, ante la votaci¨®n definitiva del Senado.?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.