Lafarge, imputada por supuesta complicidad con cr¨ªmenes contra la humanidad
El gigante del cemento es sospechoso de haber financiado a grupos terroristas en Siria para mantener abierta su f¨¢brica en ese pa¨ªs
La Justicia francesa ha imputado este jueves a Lafarge, gigante mundial del cemento, por su supuesta complicidad con cr¨ªmenes contra la humanidad en Siria. La cementera franco-suiza est¨¢ bajo sospecha de haber financiado entre 2012 y 2014, mediante el pago de tasas al transporte y la compra de materias primas, a varias facciones armadas sirias. Entre ellas, al Estado Isl¨¢mico cuando controlaba ciudades y carreteras pr¨®ximas a la f¨¢brica de cemento en el noreste del pa¨ªs.
Los jueces franceses imputaron en diciembre de 2017 a ocho exdirectivos de Lafarge, pero la imputaci¨®n de la multinacional por sus acciones en tiempos de guerra representa una novedad. Los otros cargos que afronta Lafarge, como persona moral, son por financiaci¨®n de empresa terrorista, puesta en peligro de terceras personas y violaci¨®n de embargo.
La organizaci¨®n no gubernamental Sherpa, que junto al Centro Europeo para los Derechos Humanos y Constitucionales est¨¢ en el origen de la denuncia, celebr¨® la inusual decisi¨®n de que una empresa sea? imputada por complicidad con cr¨ªmenes contra la humanidad. ¡°Este caso debe crear un precedente para todas las empresas que alimentan conflictos armados¡±, dijo la directora de Sherpa, Sandra Cossart. Los jueces han impuesto a la empresa una fianza de 30 millones de euros.
El caso de la francesa Lafarge, que con su fusi¨®n con la suiza Holcim en 2015 se convirti¨® en la primera cementera del mundo, ilustra la facilidad con la que una multinacional occidental, puntera en su sector, puede acabar cooperando con terroristas en un territorio en guerra.
Lafarge compr¨® en 2007 una cementera en Jalabiya, a 150 kil¨®metros de Alepo y 90 de Raqa. Tras renovarla, empez¨® a funcionar en 2010, con una capacidad para producir 2,6 millones de toneladas al a?o. Era la mayor inversi¨®n extranjera en la Siria de la preguerra si se excluye al sector petrolero. Un a?o despu¨¦s, empezaba la guerra civil. Lafarge decidi¨® mantener abierta la cementera de Jalabiya ¡°a toda costa¡±, seg¨²n detalla una investigaci¨®n de Le Monde, que en 2016 revel¨® ¡°los arreglos turbios e inconfesables¡± de la multinacional con el Estado Isl¨¢mico y otros grupos terroristas. El exdirector general adjunto Christian Herrault, uno de los directivos imputados, sostiene que el Ministerio franc¨¦s de Exteriores estaba al corriente de la decisi¨®n de la multinacional de seguir en Siria pese al estallido del conflicto, y la aval¨®.
Al inicio de la guerra, el Ej¨¦rcito sirio garantiz¨® la seguridad de la f¨¢brica. Despu¨¦s se encargaron las fuerzas kurdas. En la primavera de 2013, con el avance del Estado Isl¨¢mico, esta organizaci¨®n se convirti¨® en la interlocutora de los responsables de Lafarge en Siria. Era, tal como lo describe Le Monde, un mundo de claroscuros donde los hombres de negocios se debat¨ªan entre la presi¨®n para buscar beneficios, los l¨ªmites de la ley y la moral.
Para la filial siria de Lafarge, la prioridad era mantener abiertas las rutas que permit¨ªan circular a sus empleados y sus mercanc¨ªas. Era, tambi¨¦n, asegurarse el suministro de carburante y de materias primas para la elaboraci¨®n del cemento. Y si para lograrlo hab¨ªa que tratar con el demonio, se trataba.?Si Lafarge financi¨® al Estado Isl¨¢mico, fue por medio del pago de peajes y salvoconductos, adem¨¢s de la compra de suministros. La agencia France Presse eleva los pagos ¡ªen los que incluye no solo al Estado Isl¨¢mico sino a otros grupos¡ª a 13 millones de euros entre 2001 y 2015. La f¨¢brica cay¨® en manos del Estado Isl¨¢mico en septiembre de 2014.
Uno de los puntos que deber¨¢ aclararse en el juicio es hasta qu¨¦ punto la central de la multinacional en Par¨ªs particip¨® en las decisiones de sus empleados en Siria, y si los pagos pueden considerarse una extorsi¨®n o bien una contribuci¨®n a un grupo criminal. Varios correos electr¨®nicos indican que estaban al corriente. Entre los imputados el pasado diciembre por financiaci¨®n de una organizaci¨®n terrorista ¡ªno por complicidad con cr¨ªmenes contra la humanidad¡ª figuran el exdirector ejecutivo Bruno Lafont.
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