Bruselas advierte a Washington de que la guerra comercial amenaza el 19% de sus exportaciones
Bruselas rechaza el argumento de que EE UU aplique aranceles por motivos de seguridad nacional
Estados Unidos afronta graves riesgos para su econom¨ªa si acaba imponiendo aranceles a los autom¨®viles del resto del mundo. Esa es la advertencia que le lanza la Uni¨®n Europea, que trata de evitar un recrudecimiento de la guerra comercial entre ambos bloques. Washington, seg¨²n esos c¨¢lculos, se arriesga a ver entorpecidas sus exportaciones por valor de unos 250.000 millones de euros, el 19% de sus ventas al exterior. La cantidad iguala la que gasta EE UU en comprar coches del exterior en un a?o.
Bruselas ha condensado por primera vez en un documento escrito la retah¨ªla de argumentos econ¨®micos contrarios a la guerra comercial en el sector del autom¨®vil. El texto, adelantado esta ma?ana por el diario brit¨¢nico Financial Times y divulgado poco despu¨¦s, se remiti¨® a Washington el pasado viernes. Si todos los pa¨ªses que venden coches a Estados Unidos reaccionan tambi¨¦n imponiendo aranceles a productos con vol¨²menes equivalentes a los perjudicados por la medida estadounidense, habr¨¢ 294.000 millones de d¨®lares (253.000 millones de euros) sometidos a trabas comerciales. Si se toma solo el impacto europeo, la cifra desciende a unos 50.000 millones de euros (lo que los 28 Estados exportan a su socio estadounidense en este sector), seg¨²n explican fuentes comunitarias.
El presidente de la Comisi¨®n Europea, Jean-Claude Juncker, esgrimir¨¢ algunos de estos argumentos durante la reuni¨®n que mantendr¨¢ con el presidente estadounidense, Donald Trump, este mes en Washington (antes de final de julio, seg¨²n la fecha orientativa que ha ofrecido un portavoz de esta instituci¨®n). A ra¨ªz de la malograda reuni¨®n del G7 en Canad¨¢, Trump invit¨® a Juncker a la Casa Blanca para tratar algunas cuestiones de la relaci¨®n trasatl¨¢ntica. Bruselas y Washington est¨¢n ahora acordando el calendario.
Europa trata por todos los medios de disuadir a su tradicional aliado estadounidense de profundizar la guerra comercial que abri¨® al anunciar aranceles al acero y el aluminio. Aunque la evidencia econ¨®mica no parece ser el motor que dirige las decisiones del l¨ªder estadounidense, el club comunitario hace un ¨²ltimo intento por destacar los perjuicios econ¨®micos que afrontar¨ªa en primer lugar Washington al introducir estas trabas comerciales. El impacto de imponer aranceles ¡ªy de las consecuentes represalias comerciales¡ª en el sector automovil¨ªstico es muy superior al que deriva del conflicto con el acero y el aluminio, ya golpeados por Trump desde el pasado 1 de junio. El valor comercial del volumen de coches importados por Estados Unidos es seis veces superior al del acero y el aluminio.
P¨¦rdida de empleos
La delegaci¨®n de Bruselas en Washington, autora del documento de 11 p¨¢ginas remitido al Departamento de Comercio estadounidense, destaca especialmente las consecuencias para el empleo. La presencia de compa?¨ªas europeas en el sector del autom¨®vil estadounidense sostiene 120.000 puestos de trabajo de manera directa y otros 420.000 de manera indirecta. ¡°Estas cifras reflejan el compromiso a largo plazo de las compa?¨ªas europeas en el mercado estadounidense¡±, advierte el informe.
En el escrito, la Comisi¨®n Europea trata de hacer valer toda su influencia econ¨®mica sobre Washington. Los fabricantes europeos del autom¨®vil afincados en Estados Unidos suministraron casi 2,9 millones de veh¨ªculos en ese pa¨ªs el a?o pasado. Eso supone m¨¢s de uno de cada cuatro coches. Si se descuenta la participaci¨®n europea en una de las tres grandes marcas estadounidenses (la de Fiat en Chrysler), esa aportaci¨®n comunitaria a¨²n alcanza al 16% de los coches. Son datos oficiales del Ejecutivo comunitario, que ejerce en exclusiva las competencias comerciales en la UE.
Bruselas trata as¨ª de concienciar a Washington de que su econom¨ªa afrontar¨ªa grandes perjuicios, incluidos sus intercambios comerciales. Porque alrededor de un 60% de los autom¨®viles que las empresas europeas producen en EE UU van destinados a la exportaci¨®n, tanto a la UE como a otros pa¨ªses. ¡°Cualquier medida que da?e a estas compa?¨ªas ser¨ªa contraproducente y debilitar¨ªa la econom¨ªa estadounidense¡±, vaticina este an¨¢lisis oficial, remitido el mismo d¨ªa que los jefes de Estado y de Gobierno europeos concluyeron en Bruselas una cumbre que trat¨®, entre otros aspectos, la guerra comercial iniciada por Trump. Con este razonamiento, la Comisi¨®n intenta alertar de que la brecha existente entre lo que Estados Unidos compra al exterior y lo que vende podr¨ªa incluso agrandarse con la imposici¨®n de aranceles sobre los coches europeos. Justo lo contrario de lo que persigue Trump con los aranceles.
Finalmente, la UE no acepta el argumento de que EE UU aplique estas medidas por su propia seguridad nacional. Bruselas desestima este motivo en el caso del autom¨®vil, al igual que lo hizo respecto a los obst¨¢culos contra el acero y el aluminio, justificados con el mismo criterio. ¡°Como solo los fabricantes estadounidenses suministran a la defensa estadounidense, la industria de este pa¨ªs est¨¢ protegida de la competencia internacional. Ninguna restricci¨®n comercial a los autom¨®viles, remolques ligeros y componentes de autom¨®viles puede justificarse por motivos de seguridad nacional¡±, concluye.
Por ese motivo, el proceso que han iniciado las autoridades estadounidenses para determinar si la compra de autom¨®viles extranjeros amenaza sus intereses ¡°carece de legitimidad y de an¨¢lisis factual y adem¨¢s viola las reglas del comercio internacional¡±, reproch¨® un portavoz comunitario. Con la presentaci¨®n de este escrito, Bruselas se persona como parte en la causa y participar¨¢ en una audiencia que prepara el Departamento de Comercio estadounidense para los d¨ªas 19 y 20 de julio.
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