Los Goebbels de estos tiempos
Los objetivos de control autoritario y extremista del poder se retroalimentan tocando fibras ciudadanas sensibles
Se extiende por distintos rincones del mundo una marea negra de intolerancia, xenofobia y populismo. Pol¨ªticas con esos denominadores comunes y medios de propaganda desde el poder que encuentran analog¨ªas con los que puso en marcha Joseph Goebbels ¡ªbrazo agitpro de Hitler¡ª en la d¨¦cada de los treinta del siglo pasado.
En Asia, el caso emblem¨¢tico de Duterte en Filipinas es de horror. Miles de asesinatos cometidos abiertamente desde el Estado en los ¨²ltimos dos a?os con una secuela de m¨¢s de 7.000 muertos en nombre de la guerra contra las drogas. Ejecuciones extrajudiciales sistem¨¢ticas que no generan en el mundo horror o protesta. Y, al rev¨¦s, hasta motiva elogios de Trump, quien ha destacado el ¡°incre¨ªble trabajo¡± de Duterte en este terreno.
En Europa, la ofensiva no es a sangre y fuego ¡ªal menos a¨²n¡ª, pero la marea negra avasalla sin que la Uni¨®n Europea pueda hacer algo muy efectivo para contrarrestarla. Gobiernos ultraderechistas y populistas como el de Orb¨¢n en Hungr¨ªa o el de Polonia ¡ªque, de facto, maneja Kaczynski¡ª, son emblem¨¢ticos de un sectarismo y autoritarismo gubernamental que no se conoc¨ªa en Europa desde la d¨¦cada de los treinta del siglo pasado, cuando el furor del antisemitismo. La reciente ley h¨²ngara que establece que ayudar a inmigrantes es delito o, al igual que en Polonia, las regulaciones prohibitivas de donaciones a las ONG. En Polonia, esto va de la mano con el feroz ataque a la independencia judicial, poniendo bajo control gubernamental tanto al Tribunal Constitucional como a la Corte Suprema.
Los objetivos de control autoritario y extremista del poder se retroalimentan tocando fibras ciudadanas sensibles: ¡°identidad de la naci¨®n¡± y hasta algunos loables como ¡°seguridad ciudadana¡±. Todo sirve para agresivas y sistem¨¢ticas campa?as de propaganda de estilo goebbeliano por Duterte, Orb¨¢n o los seguidores de Kaczynski quienes gozan hoy de respaldo mayoritario en sus pa¨ªses. Preocupante, porque parecer¨ªa no haber nada muy eficaz para opon¨¦rseles. En estos tiempos de globalizaci¨®n conceptual de democracia y los derechos humanos, ella est¨¢ en cuesti¨®n.
De esto ha habido varios en Latinoam¨¦rica en el pasado. Y procesos como el de reg¨ªmenes hoy cuestionados, como el de la pareja Ortega-Murillo en Nicaragua, son ejemplo de eso. Pero con una diferencia fundamental con lo que pasa en pa¨ªses como los mencionados: en Latinoam¨¦rica son procesos pol¨ªticos ¡°de salida¡±, en ca¨ªda libre. La pregunta es si hay condiciones o terreno f¨¦rtil para que fen¨®menos como los que menciono aqu¨ª a modo de ejemplo pudieran ¡°prender¡± en la regi¨®n.
Si la inseguridad ciudadana es percibida como el principal problema de la sociedad, la mano dura puede aparecer como una opci¨®n tentadora
Tres anotaciones.
Primero, claro que hay condiciones. Si la inseguridad ciudadana es percibida, con algo de raz¨®n, como el principal problema de la sociedad, la mano dura puede aparecer como una opci¨®n tentadora ante el agobio sufrido por la acci¨®n impune de la delincuencia. Tentaci¨®n que puede calar en l¨ªderes pol¨ªticos en contexto de hartazgo frente al crimen.
Segundo: no estamos ante una ruta fatal hacia el autoritarismo. De hecho, nada permite concluir que un camino de ese tipo se est¨¦ volviendo una ruta mod¨¦lica a ser seguida o que las mayor¨ªas apuesten electoralmente por esas opciones. As¨ª, por ejemplo, en las dos elecciones presidenciales m¨¢s recientes (Colombia y M¨¦xico) los resultados no dejaron cabida para modelos tipo Duterte u Orb¨¢n; no se podr¨ªa sostener, por ejemplo, que Iv¨¢n Duque o L¨®pez Obrador encarnaran esas opciones.
Tercero, que ¡ªhabiendo terreno f¨¦rtil¡ª nada puede impedir que en alg¨²n pa¨ªs de la regi¨®n se caiga a corto plazo en esta tentaci¨®n. Algunos comentaristas, por ejemplo, ven m¨¢s de una analog¨ªa entre el discurso mort¨ªcola, homof¨®bico y populista de Bolsonaro en Brasil con el de Duterte. Y algo m¨¢s grave: este excapit¨¢n del Ej¨¦rcito, natural de Campinas, sigue a Lula en las preferencias electorales. ?Sin el expresidente en carrera, estar¨ªa Bolsonaro primero?
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