?msterdam es ¡°una jungla urbana¡± por la noche
Arre Zuurmond, ombudsman de la capital holandesa, advierte del deterioro del centro por culpa de su congesti¨®n
Durante el d¨ªa, ?msterdam es una ciudad bulliciosa y llena de turistas, que se toman con deportividad lo inevitable: perderse en el cintur¨®n de los canales mientras pasean. De noche, el mismo centro hist¨®rico se transforma en una ¡°jungla urbana donde reina la ley del m¨¢s fuerte¡±. Donde ¡°se vende droga al aire libre, hay carreras ilegales de coches y bicicletas, taxis sin licencia, basuras, borrachos y turistas que cantan y gritan¡±. Arre Zuurmond, su ombudsman, ha pintado este s¨¢bado tan penosa imagen de una de las capitales europeas m¨¢s hermosas y preferidas por los visitantes. Encargado de se?alar los errores de la Administraci¨®n en defensa de la ciudadan¨ªa, sus palabras figuran en una entrevista publicada por el rotativo Trouw. La polic¨ªa, los tribunales y el propio Ayuntamiento han admitido que tiene raz¨®n.?
Uno de los mayores problemas de ?msterdam en su atractivo: recibe unos 18 millones de turistas anuales (Holanda tiene 17 millones de habitantes), y aunque ha hecho grandes esfuerzos por diversificar la oferta promocionando otros destinos dentro del pa¨ªs, concentra lo m¨¢s llamativo. O al menos, lo m¨¢s f¨¢cil de admirar: los cuadros de Rembrandt en el Rijksmuseum, y los de Van Gogh en la sala que lleva su nombre; unos canales del Siglo de Oro que son Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, y un Barrio Rojo que atrae a miles de turistas por sus famosas ventanas a pie de calle donde se ejerce la prostituci¨®n.
Arre Zuurmond ha trasladado su residencia durante dos semanas al centro, para comprobar la situaci¨®n sobre el terreno, y asegura que una noche contaron "900 delitos, entre las 2 y las 4 de la madrugada¡±. Tambi¨¦n ha se?alado la presencia de 2.000 taxis ilegales de ronda por las calles, y escenas absurdas ¡°como orinar sobre un coche de la polic¨ªa sin que el propio conductor te diga nada¡±.
Seg¨²n ¨¦l, el consistorio ha impuesto normas estrictas contra los alborotadores, y las correspondientes multas, pero en el Barrio Rojo, una zona especialmente estrecha, ¡°las calles est¨¢n tan llenas, que en caso de emergencia los servicios m¨¦dicos no podr¨ªan llegar¡±. A todo ello se a?aden costumbres poco acertadas por parte de algunos comercios o restaurantes. ¡°Pueden dejar las basuras en la acera a las cinco de la ma?ana, y entonces llegan las gaviotas, o las ratas¡±, dice. En su opini¨®n, el Ayuntamiento hace lo que puede, pero otras instancias deber¨ªan sumarse para contener la situaci¨®n. ¡°Los encargados de los impuestos, de los subsidios y de la limpieza, deber¨ªan unir sus fuerzas en el centro de ?msterdam¡±. Femke Halsema, la nueva alcaldesa, visit¨® la noche del viernes las zonas m¨¢s afectadas por la situaci¨®n para hablar con vecinos, comerciantes y polic¨ªas.
¡°?msterdam es una ciudad para vivir y trabajar. Hay que evitar convertirla en un parque tem¨¢tico¡±, dijeron el pasado mayo, ecologistas, liberales de izquierda y derecha, y socialdem¨®cratas, los principales partidos del Consistorio. Entre las medidas previstas, figura reducir a 30 d¨ªas el alquiler de casas a trav¨¦s de Airbnb, suprimir los autocares del centro y diversificar la oferta comercial para evitar la proliferaci¨®n de tiendas para turistas. Halsema, antigua l¨ªder de Groen Links, el partido ecologista, asegura que no perder¨¢ el tiempo.
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