Nadie podr¨¢ acallar el grito de millones de pibas, madres y abuelas
Las 38 senadoras y senadores que acaban de votar en contra del proyecto de Interrupci¨®n Voluntaria del Embarazo (IVE) hicieron o¨ªdos sordos al grito de millones de mujeres que claman libertad en Argentina. Con su decisi¨®n, logran mantener el statu quo. Condenan as¨ª a miles de mujeres a recurrir al aborto clandestino, a poner en riesgo su vida. Fue un voto por la clandestinidad y por la muerte. Un voto para seguir anclados al mandato de los sectores m¨¢s oscurantistas de nuestra sociedad que se resisten a salir de dogmas y planteamientos propios del Medioevo. Votaron por el pasado. Y de esta forma gan¨®, por el momento, el pa¨ªs que no se hace cargo de sus problemas, de su realidad. El pa¨ªs que mira para otro lado con cinismo e irresponsabilidad.
Utilizaron todo tipo de armas. Presionaron y extorsionaron. Intentaron y lograron, en parte, desviar la verdadera discusi¨®n. El debate siempre fue entre aborto legal o clandestino. Una cuesti¨®n de salud p¨²blica que llevaron al terreno de las creencias o seudofilosof¨ªas, intentando imponer su pensamiento m¨¢s all¨¢ de la discusi¨®n sobre el aborto. Porque detr¨¢s de este debate, hay uno m¨¢s abarcador, que tiene que ver con el rol de la mujer en la sociedad. Quienes se oponen a la ley pretenden, en su mayor¨ªa, que se imponga el modelo de mujer incubadora, incapacit¨¢ndola a tomar sus decisiones. Neg¨¢ndole, adem¨¢s, su propio placer. A todos ellos les decimos que, en realidad, ganamos solo aquellas que conformamos el movimiento de mujeres. Y el tiempo lo va a demostrar.
Durante meses, escuchamos en ambas c¨¢maras a los especialistas (cient¨ªficos, m¨¦dicos, abogados, representantes de los distintos cleros, artistas) que estaban a favor y en contra del proyecto. Se logr¨® la media sanci¨®n en la C¨¢mara de Diputados y se aceptaron los cambios al proyecto original para que pudiera ser ley en el Senado. Tuvimos voluntad de di¨¢logo y de consenso. Los?que est¨¢n en contra no propusieron ning¨²n proyecto alternativo ni una propuesta seria para resolver la problem¨¢tica de la clandestinidad y las muertes de mujeres que acarrea. Dijeron disparates, desde que ¡°el profil¨¢ctico no sirve y no hay que usarlo¡± a considerar el s¨ªndrome de Down una enfermedad. Tambi¨¦n escuchamos a muchos legisladores preocupados por implementar la ley de educaci¨®n sexual en cada establecimiento educativo del pa¨ªs. Curiosamente, se olvidaron de que esa ley ya existe, la 26.150, y que casi no se aplica, tambi¨¦n ¡°curiosamente¡±, por la presi¨®n de los mismos sectores a los que ellos representan y que ahora dicen estar ¡°por las dos vidas¡± bloqueando la promulgaci¨®n de esta ley.?
Sin embargo, la votaci¨®n en el Senado no fue el final para este reclamo, ni mucho menos. La democracia les debe a todas las mujeres, desde hace d¨¦cadas, el derecho a decidir sobre su cuerpo. Por eso, cuando hace tres meses se pon¨ªa en discusi¨®n en la C¨¢mara de Diputados este proyecto elaborado por la Campa?a Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, sab¨ªamos que se abr¨ªa una puerta que ya nunca m¨¢s se cerrar¨¢, al menos, hasta que este proyecto sea ley. Un proyecto que tengo el honor de encabezar con mi firma y que ser¨¢ ley, porque esa marea verde que recorre cada rinc¨®n del pa¨ªs se agranda a cada paso. Y porque lleva el sello y el impulso vital de las nuevas generaciones que ya tienen marcada a fuego la necesidad de pelear por una sociedad m¨¢s justa. M¨¢s justa para las mujeres, pero tambi¨¦n para los hombres, combatiendo el patriarcado, con leyes y con educaci¨®n. Sabemos que podremos hacerlo. Como se pudo con el divorcio y con el matrimonio igualitario, frente al rechazo de los mismos actores e instituciones que hoy est¨¢n en contra de esta ley. Y tambi¨¦n se podr¨¢ con el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, para que Argentina siga siendo el faro de toda Latinoam¨¦rica en la adquisici¨®n de nuevos derechos.?
?Y s¨ª que vale la pena describir estas jornadas! Se trata de compartir una movilizadora y emocionante vibraci¨®n. M¨¢s de un mill¨®n de personas, en su mayor¨ªa mujeres, coparon las calles del Congreso de la Naci¨®n derrochando alegr¨ªa y esperanza. Vimos miles de ni?as de colegios secundarios luchar por sus ideales, acompa?adas de sus amigas, sus madres y hasta sus abuelas. Todas cruzadas por una historia en com¨²n: hab¨ªan abortado, conoc¨ªan a otra mujer que lo hab¨ªa hecho o acompa?aron a alguna mujer a abortar.?
Si hay algo muy claro que dejaron estas intensas y excitantes jornadas es que nadie podr¨¢ acallar el grito de millones de pibas, madres y abuelas. Hace apenas un a?o atr¨¢s, ni siquiera pod¨ªamos debatir sobre estas tem¨¢ticas dentro del Congreso. Hoy, estuvimos a un pu?ado de votos de que el proyecto IVE fuera una realidad. La despenalizaci¨®n es un hecho. Por todas las que pelearon antes que nosotras e hicieron punta en nuestro pa¨ªs. Por todas aquellas que murieron y mueren porque el Estado no les brinda condiciones b¨¢sicas para practicar un aborto seguro. Por todas ellas y por las generaciones que vienen, no vamos a parar hasta conquistar la igualdad de derechos entre varones y mujeres. Nosotras ya ganamos, la ola verde no la van a poder frenar. M¨¢s temprano que tarde, conquistaremos la libertad sobre nuestros cuerpos. Porque la libertad no se negocia, el aborto ser¨¢ legal.?
Victoria Donda es activista de derechos humanos, diputada nacional por el Movimiento Libres del Sur e impulsora del?proyecto?de Interrupci¨®n Voluntaria del Embarazo.
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