Fukushima retira la estatua de un ni?o gigante con traje antirradiaci¨®n que incomoda a sus habitantes
Tras la presi¨®n ciudadana, el Ayuntamiento tom¨® la decisi¨®n por los sentimientos negativos que provoca entre la poblaci¨®n. La escultura fue inaugurada a principios de agosto en la estaci¨®n central de la ciudad
La escultura de un ni?o en traje antirradiaci¨®n, ideada como premonici¨®n del futuro que le esperaba a Fukushima, ser¨¢ retirada de esta ciudad japonesa porque sus habitantes consideran que no corresponde con la realidad que se vive siete a?os despu¨¦s del accidente nuclear de 2011.
El autor de la obra, Kenji Yanobe, ha pedido disculpas en Twitter y ha anunciado que retirar¨¢ la escultura de la entrada del centro comercial vecino a la estaci¨®n central de Fukushima donde hab¨ªa sido inaugurada el pasado 3 de agosto.
Titulada Sun Child (El ni?o sol), la obra representa un ni?o dise?ado con est¨¦tica de manga, con ojos enormes y algunas magulladuras en la cara. Su traje protector es del mismo color amarillo del s¨ªmbolo de la radiaci¨®n nuclear y tiene un sensor digital en su pecho marca cero radiactividad.
Las creaciones m¨¢s memorables del arte popular japon¨¦s del siglo veinte, como Godzilla, Astro Boy, Akira o Nausica, hablan de seres mutados por la radiactividad
Yanobe, conocido escultor local cuya tem¨¢tica cuestiona la vida despu¨¦s de una guerra at¨®mica, empez¨® a realizar versiones de la obra poco despu¨¦s del accidente nuclear que provoc¨® un escape tras un terremoto de magnitud 9 y un devastador tsunami que origin¨® una fusi¨®n del n¨²cleo en varios reactores de la central Fukushima Daiichi, situada en la costa de la provincia del mismo nombre.
La fuga radiactiva provocada por el desastre convirti¨® la denominaci¨®n de origen "Fukushima" en una maldici¨®n para todos los productos cultivados en la zona y muchas familias con ni?os se marcharon para no tener que vivir junto a una central accidentada cuya limpieza y desmantelamiento durar¨¢ varias d¨¦cadas.
Fukushima capital, situada a unos 65 kil¨®metros de la costa, nunca lleg¨® a sufrir el ¨¦xodo que deshabit¨® el litoral donde se crearon anillos de exclusi¨®n alrededor de la planta siniestrada.
La escultura, de 6,2 metros de altura, revivi¨® al parecer el temor a ser vistos como zona inhabitable y muchos ni?os se asustaron por el tama?o o no entendieron la propuesta cr¨ªtica del artista, seg¨²n un art¨ªculo del periodista Tomohiro Hayashi en la web Gendai Media de la editorial Kodansha.
Hayashi desglos¨® los sentimientos negativos que inspira la obra y concluy¨® que el lugar m¨¢s apropiado para alojarla era un museo y no un espacio p¨²blico de uso diario como la entrada de un comercio. Muchos residentes compartieron sus opiniones y tras una encuesta del ayuntamiento el 70% acord¨® retirarla.
Por haber sido el ¨²nico pa¨ªs en la historia en haber sufrido dos ataques nucleares ¡ªpor parte de Estados Unidos al final de la Segunda Guerra Mundial¡ª, miles de supervivientes japoneses sufrieron las secuelas de la radiactividad y fueron segregados por miedo a procrear seres mutantes.
Un temor similar se produjo tras la tragedia de 2011 y muchos de los que abandonaron Fukushima quisieron borrar su pasado para evitar en sus hijos un estigma similar al sufrido por los irradiados de Hiroshima y Nagasaki.
Para neutralizar la imagen destructora de las dos bombas, Estados Unidos ide¨® el programa "?tomos para la paz" con el que promovi¨® el uso comercial de la energ¨ªa at¨®mica y dot¨® a Jap¨®n con m¨¢s de medio centenar de centrales nucleares, algunas en zonas de alto riesgo s¨ªsmico.
Las creaciones m¨¢s memorables del arte popular japon¨¦s del siglo veinte, como Godzilla, Astro Boy, Akira o Nausica, hablan de seres mutados por la radiactividad o distop¨ªas originadas en una hecatombe at¨®mica. Pero al contrario de Sun Child, que como obra de arte est¨¢ abierta a m¨²ltiples interpretaciones, aquellas se sostienen en una narrativa que saca lecciones de la destrucci¨®n causada por la fuente de energ¨ªa m¨¢s peligrosa fabricada por el hombre.
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