El Partido Socialista franc¨¦s se desangra
Dos hist¨®ricos del ala izquierda, los ¨²ltimos en abandonar una formaci¨®n que no parece saber salir de su profunda crisis
Todo era tan simb¨®lico. El viernes, el Partido Socialista Franc¨¦s (PS) cerraba, definitivamente, la puerta de su hist¨®rica sede en el 10 de Solf¨¦rino, que tuvo que poner a la venta tras su debacle electoral del a?o pasado. Un d¨ªa m¨¢s tarde, este s¨¢bado, mientras a¨²n part¨ªan de su viejo basti¨®n los ¨²ltimos camiones de mudanza, el PS celebraba un consejo nacional para debatir la orientaci¨®n de cara al nuevo reto ante las urnas, las elecciones europeas de mayo. Iba a ser una demostraci¨®n de que, pese a todo, la formaci¨®n sigue adelante con vigor. El problema es que no es solo el palacete de Solf¨¦rino el que se ha quedado vac¨ªo. Dos nuevos miembros del ala izquierda de la formaci¨®n han anunciado en las ¨²ltimas 24 horas su marcha de un partido al que dicen ver acabado. Contin¨²a as¨ª el desangrado de un movimiento que, de gobernar el ¨²ltimo quinquenio, ha pasado a tener un peso m¨ªnimo en la pol¨ªtica nacional mientras lucha por no desaparecer del todo.
El ¨²ltimo portazo al PS es de los que m¨¢s duelen. La senadora Marie-No?lle Lienemann anunciaba este s¨¢bado, a trav¨¦s del Journal du Dimanche, que abandona el partido del que era miembro desde que Fran?ois Mitterrand forjara el proyecto de la formaci¨®n en el congreso de Epinay, en 1971, y en el que era una figura hist¨®rica del sector m¨¢s a la izquierda de la formaci¨®n. Y no solo deja el partido, sino que prev¨¦ crear uno nuevo el a?o que viene con el que buscar¨¢ hacer lista com¨²n ante las europeas con la formaci¨®n de izquierda Francia Insumisa, liderada por otro exsenador socialista, Jean-Luc M¨¦lenchon, la gran amenaza a la izquierda del PS. La partida de Lienemann se conoce solo un d¨ªa despu¨¦s de otro portazo sonoro, el del eurodiputado Emmanuel Maurel, del que tambi¨¦n se espera un acercamiento a M¨¦lenchon.
Para Lienemann, el PS es ¡°un pollo sin cabeza¡± que se encuentra ¡°al fin de un ciclo abierto en 1971 en Epinay". "Hoy en d¨ªa, el PS avanza hacia una muerte lenta, no quiere ni asumir las lecciones del quinquenio de Fran?ois Hollande ni evaluar la dimensi¨®n del divorcio con la poblaci¨®n de izquierdas¡±, critic¨®.
El secretario general del PS, Olivier Faure, elegido hace solo seis meses, en plena crisis de un partido que hace un a?o cosech¨®, con el candidato Beno?t Hamon ¡ªotro que se ha marchado para fundar su propio movimiento de izquierdas, G¨¦n¨¦ration.s¡ª el peor resultado de su historia, 6,3% en las elecciones presidenciales, mostr¨® este s¨¢bado su amargura por la ¨²ltima oleada de abandonos. ¡°Cuando se pretende reconciliar a las izquierdas no se empieza por dividirlas¡±, dijo durante su discurso ante la formaci¨®n socialista.
Pero la idea de que es imposible reflotar el partido de Mitterrand no es nueva. ¡°Este partido est¨¢ muerto y, m¨¢s a¨²n, tiene que morir, tiene que desaparecer porque no tiene sentido ya. Tiene que morir para, eventualmente, renacer un d¨ªa¡±, afirm¨® la exministra de Cultura socialista Aur¨¦lie Filippetti, una de las que se rebelaron en pleno mandato de Hollande (2012-2017), durante un encuentro el viernes con varios periodistas extranjeros.
Tampoco las fugas desde la izquierda del partido ¡ªy de la m¨¢s a la derecha tambi¨¦n, aquella que se fue con Emmanuel Macron aun antes de las elecciones¡ª es un fen¨®meno nuevo. Hace dos a?os que el partido se desangra tanto desde la izquierda como desde la derecha. Un goteo que, cuando un diario como Le Monde lo empieza a enumerar como hizo este s¨¢bado, suena a aut¨¦ntica hemorragia. Socialistas de larga data como Jean-Yves Le Drian, ministro de Defensa con Hollande, Christophe Castaner, Benjamin Griveaux, Richard Ferrand o G¨¦rard Collomb, forman o ¡ªen el caso de Collomb han formado hasta hace poco¡ª parte del Gobierno de Emmanuel Macron y de su movimiento La Rep¨²blica en Marcha (LREM). Una formaci¨®n que tambi¨¦n logr¨® el apoyo del antiguo primer ministro de Hollande y hoy candidato a la alcald¨ªa de Barcelona, Manuel Valls.
Desde la izquierda del socialismo, una de las marchas m¨¢s sonadas fue la del candidato presidencial Beno?t Hamon. Junto a ¨¦l se fueron otros antiguos electos socialistas como Dominique Bertinotti, R¨¦gis Juanico o Guillaume Balas. Tambi¨¦n el Movimiento de J¨®venes Socialistas (MJS) anunci¨® a comienzos de a?o su divorcio de los socialistas y su adhesi¨®n al movimiento de Hamon. Otros, como Arnaud Montebourg o Najat Vallaud-Belkacem, han dejado la pol¨ªtica, al igual que Filippetti.
Ante los que todav¨ªa quieren creer en el proyecto socialista, Faure quiso asegurarles el s¨¢bado que, ¡°si hay voluntad, habr¨¢ un camino¡±. ¡°No sois la ¨²ltima p¨¢gina de un libro, sois, por el contrario, el comienzo de un nuevo cap¨ªtulo¡±, les anim¨®. Los ¨²ltimos abandonos, sin embargo, complican un poco m¨¢s esa nueva p¨¢gina a escribir. Y no solo a los socialistas franceses. Un PS galo exang¨¹e debilita tambi¨¦n, un poco m¨¢s, el frente proeuropeo en un momento en que los populismos euroesc¨¦pticos, tanto de derechas como de izquierdas, avanzan en numerosos pa¨ªses. El debilitamiento del PS, un partido claramente europe¨ªsta, deja a la Francia Insumisa de M¨¦lenchon como ¨²nica alternativa, de momento, de izquierdas. Pero es una izquierda que no cree necesariamente en el proyecto europeo amenazado hoy en d¨ªa desde tantos bandos.
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