Arde el Atl¨¢ntico (Bolsonaro, Trump, Brexit...)

La quema del Atl¨¢ntico avanza a gran velocidad. Olas como llamaradas prenden fuego en m¨²ltiples direcciones a todo lo que ese oc¨¦ano simboliza en t¨¦rminos hist¨®ricos y pol¨ªticos: la relaci¨®n entre Europa y EE UU; el librecambismo; el respeto a las minor¨ªas; la influencia de las familias pol¨ªticas democristiana y socialdem¨®crata. Todo arde en el tri¨¢ngulo entre Cornualles, Maine y R¨ªo. El ¨²ltimo fogonazo es la victoria de Jair Bolsonaro en Brasil. Antes vinieron las del Brexit y Donald Trump. Son el s¨ªntoma de algo profundo, un malestar enorme hacia el sistema que ha regido las suertes de Occidente en las ¨²ltimas d¨¦cadas. El incendio no es irreversible todav¨ªa. Pero es cada vez m¨¢s tangible. Veamos.

La relaci¨®n Europa / EE UU se halla en su punto m¨¢s bajo desde la Segunda Guerra Mundial. Las desavenencias entre los dos principales pilares del mundo democr¨¢tico son m¨²ltiples, desde la pol¨ªtica comercial hasta la lucha al cambio clim¨¢tico, desde las fricciones en pol¨ªtica militar hasta la geopol¨ªtica (especialmente en la actitud hacia Ir¨¢n pero no solo). En privado, las canciller¨ªas europeas expresan con contundencia su desagrado con la Administraci¨®n Trump. A menudo, se reitera que el v¨ªnculo entre ambos bloques es fuerte y puede resistir al paso de cualquier tormenta temporal. Pero el da?o es grave.

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El librecambismo tambi¨¦n afronta un desaf¨ªo de calado desconocido en d¨¦cadas. Es uno de los rasgos definitorios del mundo atl¨¢ntico. El proteccionismo de Trump le est¨¢ asestando un golpe que puede cambiar su fisionom¨ªa. La UE permanece aferrada al concepto, sigue negociando pactos librecambistas, pero las opiniones p¨²blicas de sus sociedades dudan de forma creciente de los beneficios del libre comercio.

Respeto minor¨ªas. La lecci¨®n aprendida tras siglos de brutal intolerancia ha producido a orillas del Atl¨¢ntico las sociedades con mayor grado de respeto a las minor¨ªas por orientaci¨®n sexual, religiosa o caracter¨ªsticas ¨¦tnicas. Nada perfecto, pero la humanidad no ha alcanzado cotas mejores. Esto est¨¢ sufriendo una clara erosi¨®n, en las calles y en Parlamentos. Los delitos de odio est¨¢n al alza en Reino Unido tras el Brexit; inquietantes episodios de violencia pol¨ªtica han marcado la campa?a brasile?a; en EE UU la Administraci¨®n planea recortar derechos a los transexuales; en todas partes proliferan brotes de xenofobia, y antisemitismo e islamofobia.

Familias pol¨ªticas. La socialdemocracia europea, que tanta influencia ha tenido en plasmar las sociedades atl¨¢nticas desde la posguerra, se halla exang¨¹e y, en algunos pa¨ªses, directamente en v¨ªas de extinci¨®n. Su contraparte democristiana tambi¨¦n sufre una brutal erosi¨®n.

La lista podr¨ªa seguir. La ira que prende fuego al Atl¨¢ntico tiene mil justificaciones. La rampante corrupci¨®n, el discutible reparto de la riqueza, la precariedad que corroe todo. Las aves f¨¦nix que brotan de las cenizas de la hoguera son Bolsonaro, Trump, Farage y Salvini. Si el incendio sigue, habr¨¢ que buscarle un nuevo nombre al Atl¨¢ntico, porque ser¨¢ completamente otra cosa.?