¡°Con Bolsonaro, Brasil vuelve a ser campeona del mundo¡±
Las esperanzas de cambio de los seguidores del l¨ªder ultra chocan con las ganas de remontada de los partidarios de Haddad, en una jornada electoral sin percances
Hace 16 a?os que Brasil no levanta la copa de campe¨®n del mundo de f¨²tbol, cuando la selecci¨®n verdeamarelha, con dos goles de Ronaldo ¡ªpara los brasile?os solo hay un Ronaldo que valga¡ª, remat¨® a Alemania en el Mundial de Corea y Jap¨®n. Desde entonces, la pentacampeona no ha logrado acercarse al trono en los siguientes cuatro campeonatos, que han coincidido con el auge mundial y posterior declive del pa¨ªs. Para Fernando, embutido en una bandera de su pa¨ªs, todo eso va a cambiar a partir de este domingo. Mientras besa compulsivamente una r¨¦plica de cart¨®n del trofeo, en el que dos figuras sostienen la Tierra, este hombre de 56 a?os repite convencido: ¡°Con Bolsonaro, Brasil vuelve a ser campeona del mundo¡±.
La fe que despierta el candidato ultraderechista entre sus seguidores ha conseguido incluso espantar el mal augurio que para los brasile?os ha supuesto el n¨²mero 17 los ¨²ltimos cuatro a?os. La cifra que tienen que marcar los votantes que opten por Bolsonaro en las urnas coincide con el resultado que?? Alemania endos¨® a Brasil (1-7) en las semifinales de su Mundial, hace cuatro a?os, una sacudida hist¨®rica.
Los supersticiosos, no obstante, tambi¨¦n tienen un reto con su rival, Fernando Haddad, cuyo n¨²mero de elecci¨®n es el 13. Nada, sin embargo, con tal de tratar de frenar la victoria que han vaticinado las encuestas. Un giro que ha obligado este domingo a la m¨¦dica Sayon¨¦ Andrade de Moura, de 32 a?os, de Salvador de Bah¨ªa, a cambiar su guardia para asegurarse de que pod¨ªa depositar su papeleta por ¡°la izquierda¡±. En los seis a?os que lleva en S?o Paulo, donde vive, no hab¨ªa votado. Pero ahora sus motivos son trascendentales: ¡°Tengo miedo a revivir el periodo m¨¢s oscuro de nuestra historia¡±, explica emocionada esta mujer que viste una camiseta de lema feminista ¡°Luta como uma garota¡± (Pelea como una chica).
Bien distinta es la camiseta de Selma Lucia, que espera ante la escuela de la villa militar donde vot¨® el ultra. El rostro estampado de Bolsonaro, con una mancha roja que simula sangre con su nombre, ocupa la camiseta de esta ama de casa de 53 a?os, que anta?o opt¨® por Lula. ¡°Fue una decepci¨®n, mire c¨®mo est¨¢ el pa¨ªs, la seguridad est¨¢ fatal, la educaci¨®n por los suelos. Si seguimos votando al mismo partido vamos a llevar al pa¨ªs a la ruina. No s¨¦ si Bolsonaro lo va a lograr, pero necesitamos darle un voto de confianza¡±, aseguraba mientras aguardaba al candidato junto a medio centenar de simpatizantes. La presencia de medios de comunicaci¨®n era casi del doble. Finalmente, Bolsonaro entr¨® por la puerta de atr¨¢s de la escuela. Protegido por un fuerte despliegue de seguridad, con un chaleco antibalas ¨Cel candidato fue apu?alado y permaneci¨® tres semanas en el hospital durante la campa?a¨C, el pol¨ªtico ultraconservador apenas salud¨® a su salida durante unos segundos a sus seguidores, entregados a ¨¦l como una estrella de rock, y sin hacer declaraciones a los medios.
Lejos de all¨ª, en Bras¨ªlia Teimosa, en la periferia de Recife, Flavio C?ndido, de 43 a?os, acudi¨® a votar con toda su familia. Todos se mostraban esperanzados en que se diese un vuelco a las encuestas y Haddad lograse la victoria. ¡°Estoy emocionado, mi voto es por la democracia y por el amor¡±, dec¨ªa. ¡°Brasilia Teimosa es as¨ª gracias a Lula y Haddad trabajar¨¢ tambi¨¦n por nosotros¡±. La localidad fue el primer lugar que Lula visit¨® despu¨¦s de ser elegido. Un motivo de orgullo tambi¨¦n para Gisele Regina, de 26 a?os, que igualmente votar¨¢ por el candidato del Partido de los Trabajadores. ¡°La corrupci¨®n no comenz¨® con el PT¡±, dice, sobre las cr¨ªticas que se han vertido sobre la tradicional formaci¨®n de izquierda. ¡°Y no van a acabar, pero es preciso luchar por las conquistas sociales¡±, a?ade.
La esperanza por la remontada choca, en todos los colegios, con la de cambio que reclaman los seguidores de Bolsonaro. En el colegio Santo Agostinho, de S?o Paulo, convertido en centro electoral para brasile?os de otras regiones de este inmenso pa¨ªs, Flavia Cobb, de 51 a?os, administradora de empresas, es tajante: ¡°Estoy cansada de esc¨¢ndalos, de corrupci¨®n, es muy emocionante participar en este d¨ªa. Soy muy patriota, quiero un cambio¡±.
Con informaci¨®n de Javier Lafuente, Joanna Oliveira, Naiara Galarraga y Marina Rossi
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