Brasil, una econom¨ªa a c¨¢mara lenta
El pr¨®ximo presidente heredar¨¢ un pa¨ªs que crece por debajo de su potencial lastrado por la corrupci¨®n, la crisis pol¨ªtica y la ausencia de reformas
Brasil va este domingo a las urnas para elegir al presidente que conducir¨¢ su destino en los pr¨®ximos cuatro a?os. Decide entre el ultraderechista Jair Bolsonaro y Fernando Haddad (del Partido de los Trabajadores) qui¨¦n de los dos ser¨¢ capaz de poner el pa¨ªs de 209 millones de personas en el camino de una firme recuperaci¨®n econ¨®mica, despu¨¦s de dos a?os de mejor¨ªa a medio gas.
¡°El dinero dej¨® de circular por aqu¨ª¡±, se lamenta Maria Ferreira Lima, due?a de un min¨²sculo quiosco de camisetas en la popular calle del 25 de Marzo, en el centro de S?o Paulo. Lima ha pasado 35 de sus 58 a?os trabajando en la zona que aglutina cientos de tiendas que venden desde ropa de beb¨¦, a ollas y adornos dom¨¦sticos. La v¨ªa 25 de Marzo se convirti¨® en un term¨®metro de la econom¨ªa brasile?a. Y Lima, en testigo de la temperatura actual. ¡°Otros a?os no se pod¨ªa caminar por aqu¨ª de tanta gente que compraba¡±, recuerda. Eran tiempos en los que a Brasil le faltaba mano de obra, cuando las nuevas infraestructuras alrededor de Petrobras mov¨ªan la econom¨ªa. Ahora los tiempos son otros. El gigante petrolero est¨¢ en el centro de una investigaci¨®n que paraliz¨® la pol¨ªtica y los negocios, y desde entonces el pa¨ªs no es el mismo. Lima, que ya tuvo una tienda all¨ª, vio c¨®mo la crisis, que empez¨® a dar las primeras se?ales en 2014 ¡ªel mismo a?o en que empez¨® la investigaci¨®n Lava Jato sobre los sobornos en la petrolera¡ª, redujo el p¨²blico de la calle comercial. Ella misma tuvo que cerrar las puertas de su tienda y quedarse con su quiosco de camisetas. Las m¨¢s vendidas son las que llevan la cara de su candidato a presidente: Bolsonaro. Espera verlo gobernar a partir de enero de 2019.
La due?a del quiosco es un reflejo del Brasil que heredar¨¢ el pr¨®ximo mandatario. Un pa¨ªs donde la gente no aguanta m¨¢s rebajas de sus expectativas de futuro, que espera que el dinero vuelva a circular y la econom¨ªa resurja despu¨¦s de cuatro a?os de par¨¢lisis. Fueron dos a?os de recesi¨®n, entre 2015 y 2016, y otros dos bajo una recuperaci¨®n an¨¦mica. El pa¨ªs a¨²n no ha retomado la actividad de los a?os precrisis, aunque los expertos apuntan a que, quiz¨¢, en 2020, pueda lograrlo.
La previsi¨®n es que en 2018 el PIB mejore un 1,4%, despu¨¦s de haber crecido solo un 1% en 2017. Son resultados insignificantes para un pa¨ªs con tantos retos por delante. ¡°En este momento no hay garant¨ªas de que este ritmo se mantenga¡±, explica Silvia Matos, del Instituto de Econom¨ªa (Ibre) de la Fundaci¨®n Get¨²lio Vargas. Todo apunta a que ser¨¢ el ultraderechista Jair Bolsonaro, que cuenta con 12 puntos de ventaja sobre el progresista Fernando Haddad, seg¨²n la ¨²ltima encuesta, quien tendr¨¢ que lidiar con este cuadro econ¨®mico.
La tarea m¨¢s urgente para el nuevo mandatario, a ojos de los ciudadanos, es retomar la confianza de un pa¨ªs partido en dos por la pol¨ªtica y, al mismo tiempo, mejorar el ritmo de la actividad econ¨®mica para romper el c¨ªrculo vicioso instalado hace algunos a?os, como se?ala el empresario Marcio Nahas, que tambi¨¦n tiene un negocio en la calle del 25 de Marzo. ¡°El desempleo creci¨®. Con m¨¢s gente sin trabajo se vende menos en las tiendas. Y con ventas inferiores, los empresarios tuvieron que recortar¡±, comenta Nahas, due?o de una tradicional tienda de tejidos, cercana al quiosco de Lima, y que explica que tuvo que reducir un 30% su plantilla para sobrevivir a los tiempos dif¨ªciles.
En total, Brasil suma 12,7 millones de personas sin empleo con una tasa de paro del 12,1%. Cuando cuatro a?os atr¨¢s se celebraron elecciones, el paro era del 4,8% y el pa¨ªs se complac¨ªa de tener una situaci¨®n de pleno empleo. Hoy ese pasado parece un espejismo. En el camino estallaron algunos problemas fiscales que afloraron una burbuja en el mercado de trabajo. Entre estas medidas destacan subvenciones fiscales a las empresas con el intento de incentivar el consumo, e inversiones p¨²blicas equivocadas del Ejecutivo de Dilma Rousseff (que gobern¨® entre 2011 y 2016, cuando fue destituida por el Congreso). Ambos incentivos ampliaron los gastos p¨²blicos sin una contrapartida en t¨¦rminos de recaudaci¨®n fiscal.
La deuda p¨²blica pas¨® de un 55,4% del PIB en 2014 a un 77,3% este a?o, seg¨²n los c¨¢lculos del Banco Central de Brasil. Para el Fondo Monetario Internacional (cuya metodolog¨ªa incluye los t¨ªtulos del Tesoro como garant¨ªa de compromisos), el cuadro cl¨ªnico es a¨²n m¨¢s agudo, con un 85,92% (dato de agosto) de deuda sobre el PIB. Esa es otra espada sobre la cabeza del pr¨®ximo presidente. Se trata, seg¨²n los expertos, de una bomba de relojer¨ªa que puede estallar y profundizar el marco negativo de la econom¨ªa si los ajustes no se realizan a tiempo. Brasil lleva ya cinco a?os sin lograr alcanzar un super¨¢vit en las cuentas p¨²blicas. Aunque haya congelado los gastos p¨²blicos en 2017.
El d¨¦ficit primario esperado para este a?o supera los 31.000 millones de euros, cifra equivalente a un 2% del PIB, y la expectativa para 2019 es que el resultado siga siendo negativo. ¡°Sea quien sea el pr¨®ximo presidente de Brasil, encontrar¨¢ una situaci¨®n extremamente fr¨¢gil¡±, alerta el economista Claudio Frischtak. Y no hay milagros para revertir la situaci¨®n a pesar de que as¨ª se ha prometido durante la campa?a electoral. Bolsonaro, por ejemplo, asegura que llevar¨¢ a cero el d¨¦ficit en 2019 sin subir los impuestos, algo que demandar¨ªa un crecimiento de un 4,5%. ¡°Eso es imposible¡±, sentencia Frischtak. Por su parte, Haddad tiene propuestas de inversi¨®n p¨²blica en sectores que emplean mucha mano de obra, como las infraestructuras, algo que ayudar¨ªa a crear una ola de optimismo para que crezca el consumo y la recaudaci¨®n del Gobierno.
Reforma de las pensiones
Independiente de cu¨¢l sea la soluci¨®n a corto plazo, los economistas consultados por EL PA?S coinciden en apuntar la reforma de las pensiones como la base para una transformaci¨®n s¨®lida en Brasil. La ca¨ªda de la natalidad y la mayor esperanza de vida han invertido la pir¨¢mide demogr¨¢fica. El sistema es dif¨ªcilmente sostenible sin cambiar las matem¨¢ticas. En 2017 el d¨¦ficit de la caja de las pensiones era de 63.000 millones de euros, un 18,5% superior al de 2016. ¡°La reforma del sistema de pensiones es la espina dorsal de un ajuste fiscal¡±, defiende Zeina Latif, economista jefe de la XP Investimentos. ¡°Es prioritaria una agenda de ajustes. Si no hay un sentido de urgencia en este tema, el precio a pagar ser¨¢ muy alto¡±, a?ade.
Los cambios en materia de jubilaci¨®n no son f¨¢ciles en ning¨²n pa¨ªs, y Brasil no iba a ser la excepci¨®n. El actual presidente, Michel Temer, intent¨® avanzar en esta materia y el Congreso en un principio le dio su apoyo. Pero en las v¨ªsperas de un a?o electoral este apoyo se evapor¨® porque la reforma supon¨ªa aprobar medidas impopulares en un momento en que muchos se jugaban la reelecci¨®n (las elecciones parlamentarias se celebraron el 7 de octubre, coincidiendo con la primera vuelta del sufragio presidencial). En este contexto de intereses cruzados, la reforma qued¨® en el caj¨®n a la espera de lo que decida el pr¨®ximo presidente.
La legislaci¨®n actual establece que los brasile?os se pueden jubilar en funci¨®n del periodo de contribuci¨®n a la seguridad social ¡ª30 a?os para mujeres y 35 para hombres¡ª. Por lo tanto, quien empezaba a trabajar a los 16 o 18 a?os lograba jubilarse antes de los 50, con edad productiva por delante. La propuesta de Temer era fijar una edad m¨ªnima de retiro de 53 a?os para las mujeres y de 55 a?os para los hombres, y subir ese l¨ªmite hasta los 62 y 65 a?os, respectivamente, a lo largo de dos d¨¦cadas.
Sin embargo, m¨¢s del 70% de los brasile?os est¨¢ en contra de la propuesta, seg¨²n una encuesta reciente, lo que demuestra que no ser¨¢ un asunto f¨¢cil tampoco para el pr¨®ximo Gobierno. Hasta el momento, los planteamientos de los candidatos en esta materia son superficiales. Los dos han dicho que buscar¨¢n iniciativas diferentes a la de Temer. Bolsonaro, por ejemplo, quiere seguir el modelo de capitalizaci¨®n, como el que adopt¨® Chile, con la posibilidad de que un trabajador opte por un plan de pensiones privado. Haddad ha defendido que se combatan los privilegios de los que reciben pensiones muy altas ¡ªpol¨ªticos, militares, entre otros¡ª y f¨ªa a la recuperaci¨®n de la econom¨ªa el equilibrio en la caja de las pensiones, ya que un crecimiento mayor supondr¨ªa m¨¢s puestos de trabajo y un aumento de las cotizaciones.
Desigualdad galopante
En las ¨²ltimas d¨¦cadas Brasil ha logrado reducir de forma notable la tasa de pobreza. Sin embargo, sigue siendo un pa¨ªs muy desigual desde el punto de vista econ¨®mico. Las seis mayores fortunas del pa¨ªs acumulan una riqueza equivalente a los recursos que poseen los 100 millones de habitantes m¨¢s pobres, seg¨²n un informe publicado por Oxfam International.
Reformas de calado
Desde el inicio del proceso electoral, el mercado financiero brasile?o apuesta por Bolsonaro como el candidato m¨¢s preparado para conducir las reformas de calado que necesita el pa¨ªs. Con cada encuesta en la que el exmilitar aparec¨ªa por delante, la Bolsa brasile?a sub¨ªa y el d¨®lar ca¨ªa frente al real, la moneda del pa¨ªs. Diputado hace 28 a?os por ocho partidos distintos, el ultraderechista colecciona pol¨¦micas y no mide sus palabras, con discursos belicosos para atacar a sus oponentes. ¡°Vamos a fusilar a petistas [los miembros del PT]¡±, dijo en un mitin. ¡°Vamos a barrer a los rojos de Brasil. O ir¨¢n presos, o se van al exilio¡±, lanz¨® el pasado domingo, lo que llev¨® al delirio a sus seguidores. Ni su fama de machista y hom¨®fobo le han quitado puntos ante los inversores. La narrativa agresiva le otorga, a los ojos de quien lo apoya, una autoridad que ser¨ªa fundamental para promover los cambios profundos que la econom¨ªa requiere.
Bolsonaro ha incluido en su equipo a Paulo Guedes, un economista liberal que pas¨® por Chicago, que es visto como la panacea para todos los males de la econom¨ªa. Bolsonaro apunta a que ser¨¢ su ministro de Econom¨ªa, y promete incentivar el libre mercado, las privatizaciones y un ajuste fiscal severo. Todo eso ha provocado que los inversores vean con buenos ojos su candidatura. ¡°El mercado vive una luna de miel con Bolsonaro¡±, reconoce Silvio Cascione, de la consultor¨ªa Eurasia. ¡°Pero este idilio puede ser m¨¢s corto de lo que se imagina¡±. La advertencia de este experto se basa en que no hay soluciones r¨¢pidas para los problemas complejos de Brasil. Tambi¨¦n es una inc¨®gnita la reacci¨®n de la sociedad cuando se d¨¦ cuenta de que el plan de este candidato es proseguir un ajuste que, en la pr¨¢ctica, les recortar¨¢ derechos. En el juego de equilibrios que tendr¨ªa que efectuar en caso de llegar a la presidencia, sus respuestas podr¨ªan no estar a la altura de sus promesas, decepcionando con ello al mercado.
M¨¢s cambios
Los agentes econ¨®micos esperan que el pr¨®ximo presidente haga tambi¨¦n otras reformas, como la tributaria. Y que fortalezca una agenda de cambios para que el Estado sea m¨¢s eficaz y mejoren las inversiones productivas. De una tasa de inversi¨®n del 20,4% del PIB en 2014, Brasil pas¨® a un 15,6% en 2017, muy lejos de las necesidades para lograr un crecimiento sostenible. Dif¨ªcil deslindar de este menor gasto la crisis pol¨ªtica que estall¨® con las investigaciones de Lava Jato sobre Petrobras. Las empresas de construcci¨®n e infraestructuras se vieron implicadas en las denuncias de soborno, y el pa¨ªs vivi¨® un efecto domin¨®. Todo se estanc¨®. ¡°Vivimos una crisis pol¨ªtica que no fue totalmente resuelta con la destituci¨®n de Rousseff¡±, recuerda Silvia Matos, de la FGV.
La par¨¢lisis econ¨®mica contamin¨® tambi¨¦n el comercio exterior de Brasil. Las exportaciones cayeron de 256.000 a 225.000 millones el a?o pasado. ¡°No sabemos c¨®mo va a terminar la guerra comercial entre China y Estados Unidos y eso nos afecta¡±, comenta Jos¨¦ Augusto Castro, presidente de la Asociaci¨®n Brasile?a de Comercio Exterior. ¡°A ello hay que a?adir que Argentina atraviesa una crisis severa, y no hay mercado que pueda suplir su menor actividad¡±, dice. Bolsonaro ha recordado que hay que profundizar las relaciones con EE UU, hoy el segundo socio comercial de Brasil, despu¨¦s de China. Argentina es el tercero. Eso puede dejar en segundo plano el proyecto de expansi¨®n de los pa¨ªses emergentes (BRICS), que fue perseguido por los diferentes Gobiernos del PT (2003 a 2016). El candidato conservador tambi¨¦n hizo gestos de aproximaci¨®n con el presidente argentino, Mauricio Macri, y con el presidente chileno, Sebasti¨¢n Pi?era, indicando por d¨®nde puede caminar su diplomacia.
Sin embargo, otras decisiones necesarias para darle soporte a los cambios econ¨®micos pasar¨¢n por el Congreso, que se estrenar¨¢ en enero de 2019 con una renovaci¨®n in¨¦dita de un 50% de los 513 esca?os y con 30 partidos representados. Con la popularidad en alza, Bolsonaro logr¨® obtener 52 diputados para su partido, el Partido Social Liberal (PSL). Gan¨® tambi¨¦n el apoyo de otros grupos que se identifican con ¨¦l, como los ruralistas, evang¨¦licos y los diputados que apoyan que la poblaci¨®n se pueda armar. Tendr¨¢, sin embargo, que negociar con todos los colores, incluido el propio PT, que sac¨® 56 diputados, la mayor bancada de la C¨¢mara baja. ¡°La credibilidad de un Gobierno de Bolsonaro solo se cimentar¨¢ si existe una buena relaci¨®n con el Congreso¡±, dice Frischtak.
Ah¨ª empiezan las dudas sobre el futuro de un eventual Gobierno ultraderechista. ¡°No veo a Bolsonaro con facilidad para controlar el Congreso¡±, dice Sergio Vale, economista de la MB Associados. Como ¨¦l, Silvia Matos teme que las reformas necesarias para impulsar la econom¨ªa no sean aprobadas. ¡°Esa es de las mayores incertidumbres del mercado¡±, dice Matos. La poblaci¨®n que lo apoya mayoritariamente, sin embargo, pone todas sus ilusiones en que la mano dura traiga el optimismo de vuelta al pa¨ªs. Si las encuestas son correctas y Bolsonaro gana, la verdad empezar¨¢ a conocerse en enero del pr¨®ximo a?o.
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