Los or¨ªgenes del atraso
Desde la Carta Magna de 1215, el pueblo ten¨ªa el derecho de exigir o cuestionar al rey sobre su comportamiento: ah¨ª radicaba el fundamento de su libertad
Comencemos por comparar los pa¨ªses angloparlantes con los hispanoparlantes para extraer algunas conclusiones a partir de las enormes diferencias existentes entre ambos. Los primeros promov¨ªan ideales pol¨ªticos y sociales, como los valores democr¨¢ticos, la libertad, la igualdad y la justicia basada en el derecho, mientras que los reyes y virreyes espa?oles carec¨ªan de ideales pol¨ªticos y sociales al impedir todo g¨¦nero de libertades y cancelar la aplicaci¨®n de la justicia con arreglo a la ley para gobernar de acuerdo a los estados de ¨¢nimo de los jerarcas en turno. ?Cu¨¢l democracia en las colonias ib¨¦ricas en Am¨¦rica? ?Cu¨¢l igualdad entre los arist¨®cratas gobernantes de la Nueva Espa?a y las masas hambrientas e ignorantes de ind¨ªgenas impedidas de cualquier posibilidad de evoluci¨®n? M¨¦xico y Am¨¦rica Latina habr¨ªan de pagar muy caro el costo de la autocracia padecida a trav¨¦s de los siglos, en lugar de practicar un autogobierno al estilo ingl¨¦s.
El triunfo de Inglaterra y de Estados Unidos estaba a la vista. ?Espa?a contaba con un parlamento electo? ?No! ?Exist¨ªa en la pen¨ªnsula un habeas corpus para que un juez determinara la procedencia de un arresto? ?No! ?Exist¨ªa una garant¨ªa ciudadana en contra de la autoridad? ?No! ?Todos los espa?oles, incluidos los soberanos, eran iguales ante la ley? ?Claro que no, ¨¦sta se negociaba y se enajenaba al primer postor, la excepci¨®n era la regla, la corrupci¨®n y la impunidad y la descomposici¨®n social, algunas de las consecuencias! ?En el imperio espa?ol se pod¨ªa practicar el libre mercado para estimular la competencia entre todos los concursantes? ?Por supuesto que no, los monopolios espa?oles impidieron las libertades comerciales, provocaron los privilegios, incrementaron la concentraci¨®n de riqueza en pocas manos y, colateralmente propiciaron el arribo de los piratas, ¨¢vidos de vender a precios atractivos los productos controlados desde Madrid! ?Cu¨¢l libertad de prensa o libertad religiosa en los territorios, en donde no se pon¨ªa el sol? Los violadores de las leyes de la censura pod¨ªan acabar sus d¨ªas en los s¨®tanos de la Santa Inquisici¨®n. ?Ay de aqu¨¦l que practicara una religi¨®n distinta de la cat¨®lica porque podr¨ªa perecer incinerado en una pira p¨²blica!
?A d¨®nde van los pa¨ªses que incineraban a los cient¨ªficos en la pira con sus obras, que no castigaban ni castigan la mentira ni el robo ni respetaban la propiedad ni los derechos ciudadanos ni la voluntad popular? ?A d¨®nde pod¨ªa ir una naci¨®n que no se preocupaba por los dem¨¢s ni le importaba la comunidad ni exist¨ªan parlamentos ni libre mercado ni libertad de prensa ni de cultos ni de consciencia y el clero cat¨®lico financiaba revoluciones con las limosnas con tal de no perder sus privilegios ni su poder pol¨ªtico? ?A d¨®nde van los pa¨ªses dirigidos por tiranos semianalfabetos, monarqu¨ªas absolutas, en donde las desigualdades econ¨®micas produc¨ªan envidias y corajes que terminan en revoluciones que solo complican el estado de cosas?
?Cu¨¢ndo un soberano espa?ol se someti¨® a ley alguna? Carlos I de Inglaterra y Escocia fue ejecutado, al igual que a?os m¨¢s tarde lo ser¨ªa Luis XVI, de Francia. Carlos IV y Fernando VII, un par de est¨²pidos que hab¨ªan cambiado el rostro del mundo, deber¨ªan haber acabado sus d¨ªas en la guillotina para el bien de Espa?a.
Desde la Carta Magna de 1215, el pueblo ten¨ªa el derecho de exigir o cuestionar al rey sobre su comportamiento: ah¨ª radicaba el fundamento de su libertad, la anglosajona, que se explicaba a trav¨¦s de la supremac¨ªa del parlamento, the rule of law, que controlaba a los soberanos y al gobierno y garantizaba las libertades individuales. En Espa?a y en sus colonias la ley jam¨¢s hab¨ªa contado, era letra muerta, y, por ello, se pod¨ªa localizar en este hecho el origen del atraso ibero y hemisf¨¦rico¡
De lo anterior se pueden extraer tres valiosas conclusiones para estimular el desarrollo de Iberoam¨¦rica: Estado de derecho, Estado de derecho y Estado de derecho, las tres claves para alcanzar la prosperidad y empezar a erradicar la desigualdad social. En M¨¦xico jam¨¢s hemos tenido un Estado de derecho y en la actual administraci¨®n de L¨®pez Obrador se ven remotas o casi imposibles las posibilidades de empezar siquiera a construirlo...
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