Qui¨¦nes son los dos principales candidatos para suceder a Merkel
Annegret Kramp-Karrenbauer, preferida de la canciller, representa el consenso, y Friedrich Merz, el giro a la derecha de la CDU, un partido que vive sus horas m¨¢s bajas
La Uni¨®n Dem¨®crata Cristiana (CDU) elige este viernes en Hamburgo al candidato a suceder a Angela Merkel, que gobierna el partido conservador desde hace 18 a?os. La l¨ªder de la CDU y canciller de Alemania anunci¨® el pasado mes de octubre que no se presentar¨ªa a la reelecci¨®n como presidenta de su partido y que este ser¨¢ su ¨²ltimo mandato al frente del Gobierno teut¨®n. Un millar de delegados decide hoy el futuro de la CDU. Los dos candidatos con m¨¢s opciones de sustituir a Merkel son?Annegret Kramp-Karrenbauer, favorita de Merkel y el millonario?Friedrich Merz.?
Annegret Kramp-Karrenbauer, el paraguas en el que caben todas las corrientes
Tiene un nombre interminable y una dilatada carrera pol¨ªtica a sus espaldas. Annegret Kramp-Karrenbauer es la candidata del consenso, la que puede que no acabe de entusiasmar, pero con la que buena parte del partido siente que puede convivir. Es conservadora, pero no tanto. Continuista, pero no del todo. Y sobre todo ha demostrado ser una pol¨ªtica muy eficaz, capaz de ganar elecciones en su peque?o Estado del Sarre.
M¨¢s conocida como AKK, esta pol¨ªtica incansable promete remontar a un partido en horas bajas y reconciliar a una familia pol¨ªtica dividida en la adversidad de la hemorragia electoral. En febrero pasado, Merkel la eligi¨® como secretaria general del partido, para que pudiera rodarse en la pol¨ªtica nacional, lo que fue interpretado como un primer gesto con vistas a una posible sucesi¨®n. Pero nadie pens¨® entonces, y probablemente tampoco la propia Merkel, que todo iba a ir tan r¨¢pido. Las debacles electorales del partido han precipitado una sucesi¨®n que no estaba en el guion y para la que AKK ha tenido poco tiempo de prepararse.
Pero en realidad, lleva casi toda su vida prepar¨¢ndose; desde que en 1981 ingresara en un partido en el que ha ido escalando sin prisa, pero a buen ritmo. En el Gobierno del Sarre, el peque?o Estado fronterizo con Francia del que procede, Kramp-Karrenbauer ha ocupado varios ministerios regionales. En 2011, AKK fue nombrada ministra presidenta del land, en el que viven apenas un mill¨®n de habitantes. Pero su mayor logro pol¨ªtico o al menos el que le report¨® enorme notoriedad y reconocimiento entre sus colegas lleg¨® el a?o pasado, cuando logr¨® una sonada victoria electoral en el Sarre, con la que fren¨® en seco el trepidante ascenso de Martin Schulz, el ef¨ªmero l¨ªder elegido por los socialdem¨®cratas.
AKK tiene 56 a?os y cuenta con 18 a?os de experiencia de gobierno regional as¨ª como escasa experiencia nacional e internacional. Ha demostrado que ser capaz de superar profundas crisis pol¨ªticas y de gobernar en coalici¨®n ¡ªtripartita con liberales y verdes y gran coalici¨®n con socialdem¨®cratas¡ª, algo que requiere una pericia muy necesaria en tiempos de creciente fragmentaci¨®n.
Licenciada en derecho y pol¨ªticas, a Kramp-Karrenbauer le gusta pasear en moto en su tiempo libre con su marido, un ingeniero con el que lleva casada 30 a?os y que se ha ocupado de sus tres hijos mientras ella trabajaba. Quiso ser matrona o maestra, pero acab¨® en pol¨ªtica siendo a¨²n muy joven.
La llaman mini Merkel, pero las comparaciones con la canciller pueden resultar prematuras. Es cierto que ambas comparten un estilo discreto, que reh¨²ye de los aspavientos y de la pol¨ªtica del ego. En sus intervenciones de las ¨²ltimas semanas ha sido m¨¢s factual y menos y mitinera que sus rivales, pero tambi¨¦n m¨¢s plana. Como Merkel, es capaz de dejarse subestimar a pesar de su ingente poder y tambi¨¦n como la canciller, es una laboriosa labradora de consensos, que vende ¡°seguridad y estabilidad en un mundo muy cambiante¡±.
Pero a la vez es cierto que en su oposici¨®n al matrimonio gay y en su concepci¨®n de la familia cl¨¢sica se ha desmarcado de Merkel. ¡°[Kramp-Karrenbauer ] es m¨¢s conservadora y tiene valores sociales cat¨®licos y m¨¢s tradicionales¡±, seg¨²n Kristina Dunz, autora de una biograf¨ªa de la pol¨ªtica. ¡°Es m¨¢s luchadora y m¨¢s emocional¡±, a?ade. En materia migratoria por ejemplo se ha mostrado tajante y pide que los demandantes de asilo que hayan cometido un delito ¡°no vuelvan a poner un pie en Alemania¡±.
Ella en cualquier caso, se ha empe?ado en los ¨²ltimos tiempos en acentuar diferencias, consciente de que el partido tiene sed de cambio y de una profunda renovaci¨®n y de que ella, una pol¨ªtica criada en la CDU, s¨ªmbolo del aparato, representa solo un cambio a medias.
Friedrich Merz, el millonario europe¨ªsta
Friedrich Merz es el candidato de la venganza, un represaliado por la canciller Angela Merkel hace 16 a?os, que emerge de su vida de feliz millonario con el deseo de ser el ¨²ltimo en re¨ªr. Cuenta que ha venido a enderezar el partido conservador, a devolverlo a unas esencias que considera que con Merkel se han diluido.
Merz se presenta como el hombre capaz de diezmar a la extrema derecha, AfD, la bestia negra de la pol¨ªtica alemana. A Merkel le acusan en su partido de haber escorado la CDU al centro sobre todo con su pol¨ªtica de refugiados y de haber abierto un hueco pol¨ªtico en el flanco derecho a los extremistas. Merz promete corregir ese rumbo, dotar de un perfil m¨¢s definido al partido y recuperar al menos a parte de los votantes migrados; una promesa que resulta muy atractiva dentro del partido.
A estas alturas no est¨¢ del todo claro qu¨¦ significa eso ni c¨®mo piensa recuperar el terreno electoral ganado por la extrema derecha como promete. Pero lo cierto es que se ha presentado como el salvador de un partido en horas bajas y en el que bulle un deseo de cambio y muchos han comprado su mensaje.
De ¨¦l dicen que es temperamental y que tiene la piel muy fina, todo un contraste frente al grueso psicotefl¨®n con el que Merkel camina por la pol¨ªtica alemana. En la distancia corta, Merz, de 63 a?os exuda una seguridad en s¨ª mismo y una locuacidad aplastantes. Wolfgang Sch?uble, presidente del Bundestag alem¨¢n y gran pope de la pol¨ªtica alemana es su gran mentor y su amigo personal.
El candidato sorpresa est¨¢ casado, tiene tres hijos y vive en el gran Estado federado del oeste de Alemania. Merz es un defensor del modelo de familia m¨¢s cl¨¢sico.
Tras abandonar la pol¨ªtica hace diez a?os, Merz se pas¨® al mundo de los negocios, donde ha amasado ingentes fortunas. Ha presidido varios consejos de Administraci¨®n en Alemania, entre otros, el de BlackRock, el gigante de fondos de inversi¨®n estadounidense y es un ferviente creyente en las bondades de la econom¨ªa de mercado y el libre comercio.
La inesperada presentaci¨®n de su candidatura minutos despu¨¦s de que Merkel anunciara su retirada fue una bomba, que contra todo pron¨®stico cay¨® inicialmente muy bien entre las filas conservadoras. La prensa m¨¢s contraria a Merkel le dedic¨® extensos reportajes y alabanzas y las encuestas le daban hace semanas como claro ganador. Pero en seguida se extendi¨® el escepticismo ante un hombre inmensamente rico.
A Merz no se le conocen esc¨¢ndalos financieros ni pr¨¢cticas ilegales en su gesti¨®n del patrimonio, pero la Alemania que reverencia la austeridad no acaba de digerir bien la imagen de un l¨ªder millonario. Porque al fin y al cabo, los alemanes conviven desde hace 13 a?os con una canciller que vive en un apartamento modesto, cocina sopa de patatas y dedica sus vacaciones al senderismo. El contraste es abismal. Y porque la acumulaci¨®n de riqueza genera suspicacias en una sociedad que convive mal con la ostentaci¨®n y sobre todo el despilfarro.
Despu¨¦s de mucha presi¨®n, Merz reconoci¨® al sensacionalista Bild que gana cerca de un mill¨®n de euros brutos al a?o. Son ya c¨¦lebres tambi¨¦n sus dos aviones. Pero para estupor de muchos votantes, Merz dijo que se consideraba un alem¨¢n de ¡°clase media-alta¡±, lo que provoc¨® una cascada de cr¨ªticas por parte de quienes dudan que conozca la realidad alemana; no solo la de las exitosas pymes, sino tambi¨¦n la de los comedores populares y los subsidios sociales. Los empresarios sin embargo le adoran, seg¨²n las encuestas, porque ven en ¨¦l a un gran conocedor de la arquitectura financiera y a un hombre capaz de crear riqueza.
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