El primer pacto migratorio mundial se abre paso frente al nacionalismo

Por primera vez en la historia de la ONU, la gran mayor¨ªa de sus miembros ¡ª184 de los 193 que integran la organizaci¨®n¡ª ha llegado a un acuerdo para ordenar y dar seguridad al flujo de migrantes. El pacto no es vinculante, porque esa era la ¨²nica forma de amarrarlo tras 18 meses de negociaciones sobre el tema m¨¢s inflamable y divisivo de cuantos ocupan la agenda pol¨ªtica mundial. Lo que este lunes y este martes va a adoptar en Marrakech se llama Pacto mundial para la migraci¨®n segura, ordenada y regular, un primer marco de cooperaci¨®n que se ha convertido en escenario de la tensi¨®n entre la oleada nacionalista que avanza en Europa y Estados Unidos y la necesidad de actuar juntos sobre un fen¨®meno global.

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Redactado en el tono de las intenciones y con la vaguedad necesaria para acomodar los intereses de todos, el pacto es un esfuerzo com¨²n pionero para abordar la migraci¨®n desde un punto de vista integral, contemplando desaf¨ªos y oportunidades. Pone el acento en asuntos elementales como la seguridad de los migrantes ¡ªen ¡°salvar vidas¡±¡ª, en que tengan acceso a servicios b¨¢sicos al margen de si est¨¢n en una situaci¨®n irregular o no, en combatir el tr¨¢fico de personas, la trata y la discriminaci¨®n, y en promover la inclusi¨®n en las sociedades de llegada. Junto a fines como fomentar las v¨ªas de migraci¨®n regular, tambi¨¦n habla de facilitar el regreso y de ¡°minimizar los factores adversos y estructurales que obligan a las personas a abandonar su pa¨ªs de origen¡±.

Estados Unidos se hab¨ªa apartado del acuerdo desde el principio. Luego se esfumaron Israel y Australia; Chile ha anunciado este domingo que no firmar¨¢ el texto. Pero donde el pacto ha desencadenado un incendio pol¨ªtico es en Europa, donde hasta ahora solo se hab¨ªa desmarcado Hungr¨ªa con la cruzada antimigratoria de Viktor Orb¨¢n. Las fuerzas ultranacionalistas de varios pa¨ªses se han lanzado en las ¨²ltimas semanas con furia a escenificar su rechazo al texto que hab¨ªan pactado en julio. Creen que es un intento de socavar la soberan¨ªa nacional ¡ªaunque el pacto dice expl¨ªcitamente lo contrario: que los Estados deciden su pol¨ªtica migratoria¡ª y una forma velada de reconocerles derechos a los migrantes que alentar¨ªa las llegadas, pese a que el texto de la ONU no les reconoce m¨¢s derechos que los humanos y especifica que solo los refugiados tienen una protecci¨®n jur¨ªdica especial.

En B¨¦lgica, la negativa a respaldar el texto por parte de la derecha nacionalista flamenca se ha llevado por delante al Gobierno de coalici¨®n del que formaba parte. Roto el Ejecutivo, el pa¨ªs estar¨¢ en Marrakech. Austria, que ejerce la presidencia rotatoria de la Uni¨®n Europea, se ha retirado del acuerdo porque teme que genere precedentes para un derecho a migrar. Polonia, Rep¨²blica Checa, Eslovaquia y Bulgaria han hecho lo mismo, encastillados en una visi¨®n negativa de todo lo que tenga que ver con migraciones. Italia ha criticado el pacto y deja en suspenso la decisi¨®n de si lo adoptar¨¢ o no, y en Alemania, la canciller, Angela Merkel, se ha visto obligada a someterlo a la aprobaci¨®n del Parlamento tras una intensa campa?a de la extrema derecha en redes sociales. Todo esto pese a la flexibilidad con la que se ha planteado: el pacto no es vinculante, no exige una partida econ¨®mica directa y el seguimiento de lo avanzado se har¨¢ cada cuatro a?os.

En este panorama, Estados Unidos, que no quiso involucrarse ni en la negociaci¨®n del documento, vio oportuno recordar hace dos d¨ªas por qu¨¦. En un comunicado de su Embajada ante la ONU afirma que el pacto est¨¢ ¡°a favor de la migraci¨®n¡± y no tiene en cuenta que una ¡°inmigraci¨®n legal bien gestionada debe empezar y terminar con controles nacionales efectivos de las fronteras¡±. Defiende su soberan¨ªa para decidir a qui¨¦n admite en su territorio ¡ªque el pacto no cuestiona¡ª, critica que no distinga ¡°adecuadamente¡± entre migrantes regulares e irregulares, y advierte de que el texto de la ONU pretende acabar generando directrices internacionales que ser¨ªan vinculantes.

El acuerdo migratorio ha hecho supurar las heridas de una Europa que gestion¨® dividida la llegada de un mill¨®n de personas en 2015, muchas de ellas huyendo de la guerra en Siria. La ret¨®rica xen¨®foba ha ido ganando terreno desde entonces y ha visto en la cita de Marrakech la plataforma perfecta para hacerse o¨ªr. Pese a las cr¨ªticas, el pacto es el principal esfuerzo conjunto para gestionar de un modo racional el movimiento migratorio creciente. En este momento hay 257 millones de personas que se han trasladado a vivir en otro pa¨ªs, el 3,4% de la poblaci¨®n mundial, y miles est¨¢n ya en el camino.

El texto recalca que la migraci¨®n es un fen¨®meno global, que no puede ser abordado por ning¨²n pa¨ªs en solitario y habla de responsabilidad compartida acerca de ¡°las necesidades y preocupaciones mutuas sobre la migraci¨®n¡±. El respeto a los derechos humanos y la protecci¨®n a los menores recorren todo el documento. Entre sus objetivos de m¨ªnimos destaca el compromiso de que los Estados detengan a los migrantes solo como ¨²ltimo recurso y que, si lo hacen, la detenci¨®n ¡°dure lo menos posible¡±, un punto que Estados Unidos ha criticado. El pacto de la ONU pide que se revisen las leyes para ¡°determinar si conviene sancionar la entrada o la estancia irregulares¡±, y que, si las hay, que esas sanciones sean ¡°proporcionadas, equitativas, no discriminatorias¡±.

En cuanto a los ni?os, plantea que se vele de forma especial por ellos en todo el proceso, que se haga lo posible por reducir la apatridia ¡ªque se registren los nacimientos de los migrantes y se les d¨¦ una nacionalidad¡ª y que, por ejemplo, se forme a los funcionarios de fronteras sobre los derechos de los menores, como el de no ser separados de sus familias, para evitar lo que les ocurri¨® en junio a unos 2.000 ni?os en Estados Unidos. En este aspecto, Washington tambi¨¦n ha hecho notar su malestar, diciendo que ¡°es el derecho soberano de las naciones determinar c¨®mo detener a menores humanamente en el contexto migratorio¡±.

Algunos activistas de ONG consultados indicaron que solo el contexto pol¨ªtico regresivo existente explica la pol¨¦mica en torno a un pacto modesto, de m¨ªnimos. Tal vez por eso, la representante especial de la ONU para Migraciones Internacionales, la jurista canadiense Louise Arbour, ha insistido sobre un punto clave respecto a la soberan¨ªa de los pa¨ªses firmantes: ¡°[Con la firma del pacto] Veremos un incremento en la cosecha de los beneficios de la migraci¨®n y, muy importante, reduciremos algunos aspectos negativos. (¡­) Finalmente, la abrumadora mayor¨ªa de los miembros de la ONU apoyan este proyecto. (¡­) Y no se fuerza en nada a nadie¡±.