El Gobierno belga se tambalea por una disputa sobre inmigraci¨®n
Los nacionalistas flamencos se niegan a firmar el pacto migratorio de Naciones Unidas
El conflicto en torno a la firma del pacto migratorio auspiciado por Naciones Unidas amenaza con hacer saltar por los aires la coalici¨®n de cuatro partidos que gobierna B¨¦lgica. La derecha nacionalista flamenca de la N-VA, la formaci¨®n m¨¢s votada del pa¨ªs, se niega en redondo a rubricar el acuerdo a pesar de su car¨¢cter no vinculante. Enfrente, los liberales franc¨®fonos del primer ministro, Charles Michel, han dejado claro que B¨¦lgica estampar¨¢ su firma en el mismo tal y como se comprometi¨® a hacer.
Tras una negociaci¨®n infructuosa para convencer a sus socios de Gobierno, el mandatario belga ha optado por seguir adelante sin su consentimiento. Y para dotar de legitimidad a la decisi¨®n, ha llevado el asunto al Parlamento belga, que este mi¨¦rcoles aprob¨® en comisi¨®n la adhesi¨®n al pacto con el apoyo de varios partidos de la oposici¨®n, y hoy se espera que haga lo mismo el pleno de la C¨¢mara. Michel insiste en que el aval de los diputados es suficiente para que su pa¨ªs adopte formalmente el texto en Marrakech los pr¨®ximos lunes y martes. La N-VA no opina lo mismo, y amenaza con dejar caer el fr¨¢gil cuatripartito que dirige el pa¨ªs si el Gobierno se suma al pacto sin su autorizaci¨®n.
La vulnerabilidad es patente. Michel, del Movimiento Reformador, manda con solo el 9,6% de los sufragios, la tercera fuerza del pa¨ªs, frente al 20,3% de la N-VA. Los separatistas flamencos se han alineado en su negativa con otros pa¨ªses de la UE como Hungr¨ªa, Austria, Polonia, Rep¨²blica Checa, Eslovaquia y Bulgaria, que tampoco piensan validarlo. Fuera del mapa comunitario, Estados Unidos, Israel y Australia tambi¨¦n se han desmarcado del mismo.
La b¨²squeda de alternativas contin¨²a. Los liberales ofrecieron a sus socios flamencos a?adir una declaraci¨®n interpretativa para aclarar algunos de sus aspectos, como han hecho Holanda y Dinamarca, pero el partido flamenco no ha cambiado un ¨¢pice su posici¨®n. El acuerdo de Naciones Unidas fija 23 objetivos para una migraci¨®n segura, ordenada y regulada. Entre ellos la lucha contra las mafias que trafican con seres humanos, la defensa de los derechos de los trabajadores inmigrantes o un cambio de narrativa sobre la migraci¨®n hacia un enfoque m¨¢s positivo.
Sus defensores lo presentan como un hito del multilateralismo. Pero la percepci¨®n de la N-VA, como la del canciller austriaco Sebastian Kurz, o su hom¨®logo h¨²ngaro Viktor Orb¨¢n, est¨¢ muy alejada de esa definici¨®n. Ven el pacto como una intromisi¨®n de la ONU en la soberan¨ªa de los Estados en materia migratoria. Y su contenido choca con sus restrictivas pol¨ªticas dom¨¦sticas.
En pleno debate pol¨ªtico sobre la cuesti¨®n, la irrupci¨®n de una campa?a xen¨®foba lanzada por la N-VA ha tensado a¨²n m¨¢s la cuerda. ¡°Pacto de Naciones Unidas sobre migraci¨®n = acceso a derechos sociales para los inmigrantes clandestinos¡±, se pod¨ªa leer sobre un cartel con cuatro mujeres portando velo. Sus l¨ªderes recularon pocas horas despu¨¦s y retiraron la propaganda ante la tormenta de cr¨ªticas que recibi¨®.
La campa?a es el ¨²ltimo s¨ªntoma de la radicalizaci¨®n de los nacionalistas flamencos a menos de seis meses de las elecciones belgas. Los exabruptos de Theo Francken, el controvertido titular de Inmigraci¨®n que ofreci¨® asilo al expresidente catal¨¢n Carles Puigdemont antes de su llegada, han sido objeto de cr¨ªticas durante toda la legislatura. El ¨²ltimo fue hace dos semanas, cuando admiti¨® que su pol¨ªtica migratoria se inspira en el Vlaams Belang, un grup¨²sculo de extrema derecha abiertamente racista con una presencia residual en las instituciones belgas.
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