Brasil entra en una nueva era con la extrema derecha de Bolsonaro
El exmilitar en la reserva asume este martes la presidencia de un pa¨ªs que ensaya un Gobierno ultraderechista por primera vez en su historia democr¨¢tica
Brasil se dispone a dar el ¨²ltimo paso hacia un cambio radical con la llegada a la presidencia de Jair Messias Bolsonaro, un militar en la reserva que asume este martes el cargo. Tras 13 a?os de un Gobierno de centroizquierda, seguido por dos a?os de transici¨®n con el presidente Michel Temer despu¨¦s del impeachment de Dilma Rousseff, Brasil prueba por primera vez en su historia democr¨¢tica un Gobierno de extrema derecha, demostrando que el p¨¦ndulo se ha movido con fuerza hacia los extremos. Un 75% de los ciudadanos aprueba las medidas anunciadas por Bolsonaro desde que fue elegido el 28 de octubre.
Los ecos de la recesi¨®n econ¨®mica que dur¨® hasta 2017 y las denuncias de corrupci¨®n contra el Partido de los Trabajadores (PT), que gobern¨® el pa¨ªs durante 13 a?os, allanaron el ascenso de Bolsonaro. Se trata de un pol¨ªtico con rasgos autoritarios que recuerda con nostalgia los tiempos de la dictadura militar, que no se toma en serio los avances sociales conseguidos en el pa¨ªs y se alinea con los Gobiernos de Estados Unidos, Israel, Italia y Hungr¨ªa. Bolsonaro fue elegido en segunda vuelta con el voto de 58 millones de brasile?os (el 55%s), derrotando a Fernando Haddad, del PT, formaci¨®n que muchos en Brasil asocian a la crisis econ¨®mica y la corrupci¨®n.
Ni las amenazas de dejar en su m¨ªnima expresi¨®n los derechos laborales, ignorar el cambio clim¨¢tico, limitar las inversiones en cultura y dejar el pa¨ªs en manos del conservadurismo religioso frenaron la victoria de Bolsonaro. ¡°No soy el salvador de la patria, pero Brasil no pod¨ªa seguir acerc¨¢ndose al comunismo, al socialismo, con el populismo y el desgaste de los valores familiares¡±, dijo pocos d¨ªas despu¨¦s de ganar las elecciones.
Bolsonaro ha reforzado su posici¨®n de l¨ªder que ataca a los rojos ¡ªel color que se asocia al PT¡ª al anunciar que retiraba la invitaci¨®n, hecha por la diplomacia del presidente Michel Temer, a los mandatarios de Venezuela, Cuba y Nicaragua para asistir a la toma de posesi¨®n.
M¨¢s militares
Brasil ya no teme a los militares como en los tiempos de la dictadura que dur¨® 21 a?os (1964-1985). Bolsonaro llega al poder rodeado por ellos, como prometi¨® durante su campa?a. Su vicepresidente, Hamilton Mour?o, es un general en la reserva. Siete de sus 22 ministros tambi¨¦n son militares retirados, o tuvieron formaci¨®n en el Ej¨¦rcito. Otros Gabinetes han tenido como ministros a militares, pero nunca en esta proporci¨®n. Uno de ellos, el general retirado Alberto Santos Cruz, va a ocupar el puesto de ministro de la Secretar¨ªa de Gobierno, y va a compartir con otro ministro civil, Onyx Lorenzoni, la tarea de relacionarse con el Congreso, lo que supone un mayor control de las negociaciones con los parlamentarios. ¡°?Qu¨¦ diputado se va a atrever a retrasar unas negociaciones con el Gobierno ante la presencia de un militar?¡±, ironiza un observador pol¨ªtico.
Por ahora, un 75% de los brasile?os apoya las medidas que Bolsonaro ha tomado en este periodo de transici¨®n, seg¨²n una encuesta del instituto Ibope. El optimismo ante el cambio de Gobierno ha contagiado tambi¨¦n las expectativas econ¨®micas. Un 47% de los entrevistados por el instituto Datafolha cree que el empleo crecer¨¢ en los pr¨®ximos meses. ¡°Es la luna de miel que le toca a todos los nuevos gobernantes¡±, opina Claudio Couto, polit¨®logo de S?o Paulo.
La duda es si esa euforia continuar¨¢ y durante cu¨¢nto tiempo. Es la gran pregunta que diplom¨¢ticos de todos los Estados que se relacionan con Brasil se hacen. Desde su victoria, Bolsonaro ha estado mandando mensajes dirigidos a sus votantes y a reforzar su imagen de l¨ªder popular antizquierda.
Un ejemplo es la campa?a medi¨¢tica que ha llevado a cabo para mostrarse como una persona normal y corriente, con la difusi¨®n de unas fotos en las que se le ve comiendo pan con leche condensada o tendiendo la ropa. Tambi¨¦n ha decidido que Brasil no acoger¨¢ la conferencia del clima en 2019, como estaba previsto ¡ªfinalmente lo har¨¢ Chile¡ª, ha anunciado el traslado de la embajada de Brasil en Israel de Tel Aviv a Jerusal¨¦n, y ha dicho que el pa¨ªs debe retirarse del pacto migratorio de la ONU firmado en diciembre por 160 pa¨ªses.
Sobre la promesa de abandonar el Acuerdo de Par¨ªs contra el cambio clim¨¢tico, finalmente, matiz¨® su decisi¨®n porque dejarlo supondr¨ªa la p¨¦rdida de certificados internacionales de calidad necesarios para que el sector agr¨ªcola pueda exportar. En otros frentes, como un encantador de serpientes, Bolsonaro ha logrado convertir en enemigos gigantes a los inmigrantes, que apenas representan un 0,4% de la poblaci¨®n.
Su discurso busca coincidir con el del presidente Donald Trump, a quien Bolsonaro deliberadamente imita. Aunque en Washington aplauden su disposici¨®n, apenas se ver¨¢n representados en la toma de posesi¨®n de este martes. Solo asistir¨¢ el secretario de Estado, Mike Pompeo.
Fuera de Brasil, reina la incertidumbre. Los pa¨ªses que tienen relaciones comerciales con el pa¨ªs no saben qu¨¦ pasar¨¢ a partir de esta semana. La percepci¨®n generalizada es que Bolsonaro a¨²n sigue preso de la euforia propia del candidato vencedor y todav¨ªa no se ha puesto la ropa del presidente ponderado y conciliador que, seg¨²n la opini¨®n general, deber¨ªa ser.¡°Nos preguntamos hasta qu¨¦ punto todo lo que ha dicho es un juego de palabras para agradar a sus electores y qu¨¦ se va a poner en pr¨¢ctica de verdad¡±, comenta un diplom¨¢tico, preocupado por las empresas extranjeras presentes en Brasil.
La imprecisi¨®n de sus discursos ya ha tenido consecuencias, seg¨²n Oliver Stuenkel, especialista en relaciones internacionales. ¡°El impacto que Bolsonaro ha tenido en la pol¨ªtica exterior ya es enorme, especialmente en la cuesti¨®n clim¨¢tica, que Brasil podr¨ªa haber liderado¡±, opina Stuenkel, que tiene contactos con diplom¨¢ticos de todo el mundo. El juego empieza de verdad a partir de ahora. Sin un norte claro, Bolsonaro podr¨ªa perder fuerza, sobre todo si su estilo agresivo perjudica la marcha de la econom¨ªa y afecta donde m¨¢s duele a la gente, en su bolsillo. La recuperaci¨®n econ¨®mica es clave para que el presidente electo logre mantener el apoyo inicial.
Con un desempleo del 11,6%, Brasil a¨²n se recupera de dos a?os de recesi¨®n y un modesto crecimiento del PIB en 2018 de poco m¨¢s del 1,3%. El margen de maniobra del nuevo Gobierno no es muy grande, porque adem¨¢s ha prometido reducir el tama?o del Estado. El gasto p¨²blico lleva congelado un par de a?os y Bolsonaro no parece dispuesto a cambiar esa realidad.
¡°El pueblo me eligi¨® porque quiere menos Estado y m¨¢s mercado¡±, repite el nuevo presidente. Oliver Stuenkel ve aqu¨ª una paradoja: ¡°Si la econom¨ªa crece, Bolsonaro se sentir¨¢ m¨¢s seguro para no respetar las reglas del juego¡±. Y advierte: ¡°Es como si el crecimiento de la econom¨ªa fuera peligroso para la democracia en Brasil¡±, a?ade.? En otras palabras, la tolerancia popular a cambios de reglas del juego democr¨¢tico puede crecer si la econom¨ªa va bien. Un p¨¦simo sentimiento para un Gobierno que empieza ahora.
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