La creciente indignaci¨®n contra Orb¨¢n sale a las calles

¡°Hace un mes esto era algo impensable¡±, afirma Andr¨¢s Bir¨®-Nagy. El polit¨®logo h¨²ngaro se refiere a la oleada de protestas que se suceden en su pa¨ªs desde que el pasado 12 de diciembre el Gobierno de Viktor Orb¨¢n aprobara la conocida como?ley de esclavitud. Una norma que permite a todas las empresas elevar de 250 a 400 las horas extra anuales por trabajador y que da un plazo de hasta tres a?os para abonar el pago de esas horas al empleado. Este s¨¢bado miles de ciudadanos han vuelto a salir a las calles de Budapest desafiando el fr¨ªo y la nieve para manifestarse contra la pol¨¦mica reforma del Ejecutivo. Han sido alrededor de 10.000, seg¨²n informan los medios h¨²ngaros. Desde que empez¨® 2019 ya se ha contabilizado una quincena de protestas por todo el pa¨ªs. El enfado de los trabajadores va en aumento.?

Las marchas contra Orb¨¢n est¨¢n siendo lideradas sobre todo por los j¨®venes, desde universitarios o reci¨¦n licenciados hasta empleados de las f¨¢bricas. Esta indignaci¨®n ha conseguido algo que parec¨ªa impensable en el pa¨ªs centroeuropeo: unir a los diferentes partidos de la oposici¨®n, que llevan fragmentados y que han sido incapaces de ofrecer una alternativa al mandato de Orb¨¢n desde que el l¨ªder de Fidesz se hiciera con el poder en 2010.

"Es momento de?dejar nuestros intereses partidistas a un lado y recuperar el Estado de derecho en Hungr¨ªa", dice la diputada ecologista Bernadett Sz¨¦l?

¡°Es un hecho ins¨®lito: ahora est¨¢n sentados en la misma mesa los partidos socialdem¨®cratas, los verdes, liberales, y hasta el ultraderechista Jobbik¡±, dice el polit¨®logo Andr¨¢s Bir¨®-Nagy, codirector del laboratorio de ideas Policy Solutions. Todos piden la derogaci¨®n de esta ley, pero tambi¨¦n han elaborado un manifiesto de cinco puntos en el que tambi¨¦n exigen al Gobierno la independencia del sistema judicial, el fin de la propaganda medi¨¢tica estatal y la libertad de prensa, que Hungr¨ªa sea miembro de la Oficina Europea de Lucha contra el Fraude y que mejoren las condiciones laborales del cuerpo policial. Algunos de los grupos sindicales amenazan con ir a la huelga general si el Ejecutivo de Orb¨¢n se niega a negociar.

¡°Tenemos que seguir manteniendo la presi¨®n. Es momento de dejar nuestros intereses partidistas a un lado y recuperar el Estado de derecho en Hungr¨ªa¡±, sostiene Bernadett Sz¨¦l, expresidenta del partido ecologista LMP. El pasado 17 de diciembre, esta diputada independiente fue forzada a abandonar la redacci¨®n de la televisi¨®n p¨²blica h¨²ngara despu¨¦s de haber pasado la noche all¨ª junto a otros pol¨ªticos para exigir leer en directo el manifiesto de cinco puntos. El v¨ªdeo que muestra la expulsi¨®n de estos diputados del edificio p¨²blico se viraliz¨® en poco tiempo.

¡°Es pronto para saber el impacto de estas manifestaciones. Pero lo que est¨¢ claro es que el Gobierno no se lo esperaba. Est¨¢n confundidos, lo que supone un peque?o logro para los opositores¡±, asegura P¨¦ter Krek¨®, director del centro de reflexi¨®n h¨²ngaro Political Capital.

El Ejecutivo, por su parte, emiti¨® un comunicado en el que critica que la oposici¨®n solo est¨¢ interesada en la ¡°pelea pol¨ªtica del momento¡± y que las ¡°violentas protestas callejeras¡± est¨¢n financiadas por el magnate y fil¨¢ntropo George Soros, archienemigo de Orb¨¢n. Hasta ahora las manifestaciones han sido mayormente pac¨ªficas, aunque s¨ª se han dado algunos enfrentamientos con la polic¨ªa, que ha utilizado gases lacrim¨®genos.?

Desde que en 2010 Viktor Orb¨¢n se hiciera con el poder del Gobierno h¨²ngaro, el l¨ªder y fundador de Fidesz ha llevado a cabo una serie de pol¨ªticas ultraconservadoras y liberales que han deteriorado mucho la relaci¨®n de Budapest con Bruselas. Su reforma de los tribunales ordinarios ha debilitado la independencia del poder judicial, seg¨²n critica la oposici¨®n.

El 5% de la poblaci¨®n h¨²ngara en edad de trabajar lo hace fuera de sus fronteras, en otros pa¨ªses de la UE

La libertad de expresi¨®n tambi¨¦n ha quedado mermada con el auge de los medios gubernamentales y el cierre de las principales cabeceras independientes. Normas como la ley Stop Soros, que criminaliza la ayuda a los migrantes, socava los valores fundamentales de la Uni¨®n Europea, seg¨²n Bruselas. El pasado diciembre, la Universidad Central Europea (CEU), financiada por Soros, anunci¨® que abandona Budapest y se marcha a Viena presionada por el Gobierno.?

¡°Hasta ahora la gente no se ve¨ªa afectada directamente por los cambios del Gobierno, aunque eran de car¨¢cter constitucional y han socavado nuestra democracia. Pero la ley de la esclavitud les toca de verdad, les obliga a trabajar m¨¢s horas. Ha sido la gota que ha colmado el vaso¡±, subraya el analista Krek¨®.

La ley de horas extra ha sido una medida para intentar contentar a los empresarios, sobre todo a las multinacionales extranjeras radicadas en Hungr¨ªa, que llevaban tiempo quej¨¢ndose por la falta de personal en un pa¨ªs que, seg¨²n el FMI, tiene previsto un crecimiento del PIB del 3% para este a?o. El 5% de la poblaci¨®n h¨²ngara en edad de trabajar lo hace fuera de sus fronteras, en otro pa¨ªs de la UE. Desde 2010 entre 350.000 y 500.000 personas han abandonado Hungr¨ªa.?La mayor¨ªa son j¨®venes y buscan oportunidades laborales con un mejor salario que los casi 600 euros netos de media que les pagan en Hungr¨ªa. ¡°Si los inmigrantes no pueden venir al pa¨ªs y hay demanda de trabajo, ?qui¨¦n trabaja?¡±, se pregunta ir¨®nicamente Krek¨®.

¡°Los j¨®venes sienten que no tienen futuro aqu¨ª, muchos est¨¢n cansados de esta atm¨®sfera pol¨ªtica y conservadora¡±, explica Bir¨®-Nagy. El partido pol¨ªtico que concentra esa indignaci¨®n juvenil es Momentum, una formaci¨®n que no logr¨® entrar en el parlamento en las ¨²ltimas elecciones. Su vicepresidenta, Anna Don¨¢th, de 31 a?os, anunci¨® hace unas semanas que ¡°2019 ser¨¢ el a?o de la resistencia¡±. 2019 tambi¨¦n ser¨¢ un a?o electoral en Hungr¨ªa: en primavera se celebrar¨¢n las elecciones al Parlamento Europeo y en oto?o habr¨¢ comicios locales. ¡°Estoy convencido de que esta movilizaci¨®n ciudadana puede llegar a influir en los resultados¡±, asegura B¨¢lazs B¨¢r¨¢ny, del partido socialista h¨²ngaro MSZP.?