May se aferra a su plan del Brexit y redobla la presi¨®n para aprobarlo
La C¨¢mara de los Comunes retomar¨¢ el mi¨¦rcoles el debate sobre el acuerdo del Gobierno con la UE, que fue aplazado en diciembre ante la falta de consenso
Las situaciones extraordinarias requieren respuestas extraordinarias. Theresa May tiene poco m¨¢s de una semana para resucitar un acuerdo del Brexit que sigue tan l¨¢nguido en apoyos como antes del receso navide?o. Ensayos de la cat¨¢strofe, como los 150 camiones que se movilizar¨¢n este lunes en el puerto de Dover; presiones individuales sobre los diputados euroesc¨¦pticos; la apelaci¨®n de la primera ministra a su partido y al Parlamento para que salven ¡°la democracia y el bienestar de Reino Unido¡± ante la posibilidad de adentrarse en un ¡°territorio inexplorado¡± si no hay consenso sobre el pacto;?y hasta la idea de prolongar a¨²n m¨¢s las negociaciones con la UE. La tregua del 20 de diciembre ha terminado.
Si el equipo de May confiaba en que la Navidad atemperara los ¨¢nimos de los euroesc¨¦pticos, diera tiempo para la reflexi¨®n a los indecisos y suavizara la firmeza de Bruselas, ya ha tenido tiempo de comprobar que la estrategia no ha funcionado. ¡°Realmente, no puedo creer que el Gobierno haya sido tan est¨²pido. El problema durante todo este tiempo ha sido que mientras nuestros negociadores se han comportado con la UE como si fueran amigos, ellos nos han tratado como adversarios¡±, escrib¨ªa este domingo Ian Duncan Smith, exl¨ªder del Partido Conservador y una de las voces antieuropeas m¨¢s agresivas, en las p¨¢ginas del Mail on Sunday.
Compart¨ªa espacio en el mismo diario en el que la primera ministra realizaba su en¨¦sima apelaci¨®n a la sensatez y ped¨ªa apoyo a su plan del Brexit. Utilizaba los mismos argumentos que ha repetido machaconamente durante las ¨²ltimas semanas y que no le han servido para asegurar una mayor¨ªa de respaldo. Su propuesta, asegur¨®, servir¨¢ para dar cumplimiento a la decisi¨®n de los ciudadanos brit¨¢nicos en el refer¨¦ndum de 2016 y proteger¨¢ al mismo tiempo los empleos de la industria brit¨¢nica. Frente a los que piden una segunda consulta o a los que quieren abandonar la UE de una vez por todas, a las bravas y sin acuerdo, la primera ministra elev¨® el tono de agresividad de su mensaje: ¡°Ambos grupos est¨¢n motivados por lo que creen que sirve mejor a los intereses del pa¨ªs. Pero ambos deben darse cuenta del riesgo en que colocan a nuestra democracia y al bienestar de nuestros ciudadanos¡±.
Adem¨¢s, en una entrevista este domingo con la BBC, May ha admitido que no cree que ¡°nadie pueda decir exactamente qu¨¦ ocurrir¨ªa si el acuerdo del Brexit es rechazado¡±. Y ha a?adido que?si al final no hay consenso para salir de la UE, Reino Unido se adentrar¨¢ en un ¡°territorio inexplorado¡±.
May no tira la toalla. Durante los pr¨®ximos d¨ªas recurrir¨¢ al miedo, disfrazado de prudencia. A las presiones, presentadas como di¨¢logo. Y a las t¨¢cticas parlamentarias, camufladas como nuevas cesiones. El Departamento de Transporte pondr¨¢ este lunes en marcha en los alrededores del puerto de Dover, punto de entrada de las mercanc¨ªas procedentes del continente, un supuesto ensayo de respuesta ante la posibilidad de que el 29 de marzo Reino Unido abandone la UE sin acuerdo.
Un total de 150 camiones de mercanc¨ªa pesada se concentrar¨¢n en plena hora punta, a las ocho de la ma?ana hora inglesa, en el aeropuerto de Manston, inactivo desde hace cuatro a?os, para comprobar la eficacia de las medidas dise?adas en previsi¨®n de un colapso en el tr¨¢fico. El Gobierno defiende este ejercicio como una muestra de sensatez, pero la imagen puede ser m¨¢s aterradora que cualquier discurso.
Al mismo tiempo, los l¨ªderes parlamentarios conservadores preparan una enmienda, que podr¨ªa votarse este mismo martes, por la que se condiciona la aprobaci¨®n del acuerdo del Brexit a que la C¨¢mara de los Comunes se reserve el derecho a sacar unilateralmente a Reino Unido de la uni¨®n aduanera. Para ello, deber¨ªa advertir de la decisi¨®n con un a?o de plazo. El efecto de esta enmienda, si fuera aprobada, ser¨ªa doble: convencer¨ªa a los diputados euroesc¨¦pticos y a los unionistas norirlandeses del DUP de que el llamado backstop, la salvaguarda irlandesa impuesta por Bruselas, no ata para siempre a Londres a las reglas comunitarias. Y demostrar¨ªa a la UE de que existe una mayor¨ªa en Westminster dispuesta a llegar a un acuerdo siempre que la otra parte est¨¦ dispuesta a ser algo m¨¢s flexible.
¡°Esa aprobaci¨®n condicionada no ser¨ªa suficiente para que el Gobierno sacara adelante su plan, pero bastar¨ªa para demostrar a la UE que existe una mayor¨ªa suficiente para concluir con ¨¦xito este proceso si ellos est¨¢n preparados para ceder algo m¨¢s¡±, explic¨® Nikki da Costa, exdirectora para Asuntos Legales de Downing Street y todav¨ªa muy vinculada al equipo del Ejecutivo responsable de la estrategia.
El mi¨¦rcoles se reanudar¨¢ el debate parlamentario sobre el acuerdo, despu¨¦s de que Theresa May decidiera suspender la votaci¨®n el pasado diciembre presa de un ataque de p¨¢nico ante una derrota que iba a ser masiva y humillante. Entre este lunes y el martes, la primera ministra se reunir¨¢ mano a mano con decenas de diputados conservadores euroesc¨¦pticos o indecisos, as¨ª como con laboristas dispuestos a echar una mano al Gobierno con tal de evitar un Brexit sin acuerdo que traer¨ªa a Reino Unido el caos econ¨®mico, seg¨²n todas las previsiones. El laberinto de intereses cruzados en que se ha transformado la pol¨ªtica brit¨¢nica ha creado aliados insospechados. Diputados laboristas y conservadores preparan una nueva enmienda que puede bloquear la actividad del Gobierno, al prohibir que el Tesoro brit¨¢nico gaste una sola libra en los preparativos para una salida sin acuerdo sin contar con la aprobaci¨®n del Parlamento.
El laborismo se tensa ante el debate de otro refer¨¦ndum
A pesar de la tensi¨®n creciente entre la primera ministra, Theresa May, y el l¨ªder de la oposici¨®n laborista, Jeremy Corbyn, que se observa en sus intercambios parlamentarios, ambos tienen un punto en com¨²n. Defendieron a rega?adientes la permanencia de Reino Unido en la UE y son completamente reacios a someter la cuesti¨®n a un nuevo refer¨¦ndum. La diferencia est¨¢ en que esa posibilidad apenas tiene defensores en el seno del Partido Conservador, mientras que son mayor¨ªa los laboristas que desear¨ªan una nueva consulta. Por eso el asunto se ha convertido en un campo de minas y la tensi¨®n en el principal partido de la oposici¨®n va in crescendo. Los organizadores de la campa?a People's Vote (Voto del Pueblo), que lograron sacar a las calles de Londres a cientos de miles de seguidores en octubre, recibieron este domingo un duro golpe de una voz autorizada del partido. "Ya hubo un voto del pueblo. ?Qui¨¦n, sino el pueblo, vot¨® en el refer¨¦ndum de 2016. Yo defend¨ª la permanencia en la UE, pero respeto el resultado del refer¨¦ndum. Sugerir ahora que los ciudadanos quieren una nueva consulta es una falta de respeto", dijo este domingo Ian Lavery, presidente del Partido Laborista y responsable de preparar a la formaci¨®n ante la posibilidad, a¨²n remota, de unas nuevas elecciones generales. Sus palabras chocaron frontalmente con la estrategia defendida por Keir Stamer, el portavoz laborista para el Brexit, que aboga de un modo cada vez m¨¢s abierto por respaldar una nueva votaci¨®n. Corbyn no desautoriz¨® a Lavery. El l¨ªder laborista a¨²n conf¨ªa en un adelanto electoral que le lleve al poder, y promete ¡ªsin explicar c¨®mo¡ª un acuerdo con la UE m¨¢s beneficioso para los brit¨¢nicos.
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