La Universidad brit¨¢nica alerta de la fuga de talentos por el Brexit
150 centros claman contra una salida de Europa a las bravas. Ya han perdido un 9% de posgraduados comunitarios y temen una merma de su capacidad investigadora
A menos de tres meses de que el Reino Unido oficialice el Brexit, y con todos los escenarios todav¨ªa abiertos, las universidades que encarnan una de sus joyas de la corona han emitido un grito p¨²blico de alerta. En una carta abierta dirigida al Gobierno, los responsables de centenar y medio de estos centros advierten sobre ¡°el rev¨¦s acad¨¦mico, cultural y cient¨ªfico¡±, del que les llevar¨ªa ¡°d¨¦cadas recuperarnos¡±, si el desengarce brit¨¢nico de Europa se acomete a las bravas. Reclaman, en otras palabras, una salida con acuerdo que evite un impacto catastr¨®fico en el sector, la fuga de talentos, la dificultad de fichar acad¨¦micos estrella y la merma en la capacidad de investigaci¨®n que se nutre mayormente de los fondos comunitarios.
El grupo Russell, aglutinador de veinticuatro de las universidades punteras del pa¨ªs, entre ellas Cambridge y Oxford, y que ha liderado la iniciativa, expone con cifras la aprensi¨®n con la que se vive en los recintos acad¨¦micos la entrada del nuevo a?o. La falsa impresi¨®n positiva que brinda el aumento en un 1% de los estudiantes de la Uni¨®n Europea enrolados en universidades brit¨¢nicas en 2018-19, viene contrarrestada por el descenso de los que se matricularon en cursos de posgrado (5%) y sobre todo por el declive del 9%, por segundo a?o consecutivo, entre los posgraduados dedicados a proyectos de investigaci¨®n. Estos ¨²ltimos, sobre todo, contribuyen a un bagaje de excelencia que amenaza con verse deteriorado.
Los rectores de las 150 universidades que suscriben la misiva se declaran ¡°unidos en la visi¨®n de que un abandono de la UE sin acuerdo entra?a una de las mayores amenazas que hemos afrontado nunca¡±. Y han elegido para difundirla la semana previa a la apertura del Parlamento brit¨¢nico, donde la primera ministra, Theresa May, deber¨¢ lidiar a m¨²ltiples bandas con euroesc¨¦pticos y eur¨®filos para imponer un principio de acuerdo fraguado con Bruselas que, incluso de acabar prosperando, dejar¨ªa muchos interrogantes en el aire sobre la relaci¨®n definitiva entre el Reino Unido y lo que en estas islas se apoda como ¡°el Continente¡±.
¡°Estamos s¨®lo a unas semanas vista [del 29 de marzo fijado para el Brexit] y queremos reclamar garant¨ªas al Gobierno¡±, explica a EL PA?S la responsable de pol¨ªtica internacional del Russell Group, Jessica Cole. Su funci¨®n no es la de defender p¨²blicamente la opci¨®n m¨¢s id¨®nea de salida de la UE, o incluso la no salida (aunque haya sido notoria la campa?a de las universidades contra el Brexit), pero s¨ª la de preservar su ¡°condici¨®n de universidades de primer orden¡±. Y eso pasa por la financiaci¨®n de proyectos sobre la lucha contra el c¨¢ncer o de tecnolog¨ªas para combatir el cambio clim¨¢tico que requieren ingentes fondos de financiaci¨®n.
La instituci¨®n en datos
Presencia comunitaria. Las universidades de Reino Unido acogen a 50.000 trabajadores y 130.000 alumnos procedentes de pa¨ªses comunitarios.
Matriculaciones. El Russell Group ¡ªque integra a universidades como las de Oxford, Cambridge, Edimburgo, el King's College de Londres o la London School of Economics, ha registrado un descenso del 9% en las matriculaciones de ciudadanos comunitarios en sus programas de posgrado y un 3% en el n¨²mero total de inscripciones.
Impacto en la econom¨ªa. Seg¨²n el mismo grupo, cada libra invertida en las universidades tiene un impacto en la econom¨ªa nacional de nueve libras. El sector contribuye cada a?o al PIB con 21 millardos de libras y da empleo a 944.000 trabajadores.
Un desengarce europeo sin ataduras (o incluso previo acuerdo con Bruselas, seg¨²n su naturaleza final) implicar¨¢ la p¨¦rdida autom¨¢tica del acceso a los recursos del European Research Council (ERC) y del programa Marie Sklodowska-Curie, que en los dos pr¨®ximos dos a?os habr¨ªa brindado al Reino Unido 1.300 millones de euros para proyectos universitarios de investigaci¨®n. El segundo ha sufragado, por ejemplo, la beca de tres a?os y reci¨¦n concluida de la espa?ola Carlota Montagut, estudiante de doctorado en Neurociencia en la prestigiosa UCL de Londres. Carlota, de 27 a?os, confirma el ambiente de inquietud entre los miembros de su laboratorio, volcado en el estudio neuronal del dolor y en c¨®mo tratarlo en enfermedades espec¨ªficas, ante la perspectiva de la falta de fondos y de las trabas para la colaboraci¨®n entre universidades europeas. ¡°Las pr¨®ximas generaciones no podr¨¢n optar¡± al intercambio y cooperaci¨®n comunitaria de talento que ella misma encarna, es su impresi¨®n sobre los nubarrones que se avecinan con el Brexit.
Para conjurar ese escenario , el grupo Russell exige a May ¡°la ambici¨®n¡± de imponer entre los diputados un acuerdo que permita retener la ¡°capacidad de atraer talento europeo y de colaborar con otras universidades de la UE¡±. O, en su defecto, el dif¨ªcil compromiso del Gobierno de sufragar los proyectos de investigaci¨®n que se ver¨ªan frustrados por una salida abrupta. Se trata de mucho dinero pero, como subraya Cole, cada libra invertida en las universidades revierte en la econom¨ªa nacional por el valor de 9 libras. El sector, detalla, contribuye cada a?o con 21 millardos de libras al PIB y apoya 944.000 puestos de trabajo.
La barcelonesa Andrea Aler y el grecochipriota Andreas Theodorou, ambos matem¨¢ticos instalados en la localidad de Bath, no van a esperar a que se resuelva lo que ya parece la cuadratura del c¨ªrculo. Ella, una doctora en Ciencias Computacionales de 28 a?os, y su pareja, a punto de concluir el doctorado en el mismo ramo (26), est¨¢n haciendo las maletas con destino a la universidad sueca de Ume?. Su plan inicial era permanecer en el Reino Unido trabajando, respectivamente, en el campo de las matem¨¢ticas y la l¨®gica y en el de la inteliegencia artificial. Pero la concurrencia de las empresas y la universidad en proyectos de I+D, dicen, permanece anulada a la espera de que el Gobierno aclare la situaci¨®n. En un momento de sus carreras donde deben decidir el pa¨ªs en el que desarrollar¨¢n todo su potencial, se lamenta Andrea: ¡°No podemos pasarnos meses esperando a que se desvelen las incertidumbres¡±. La ¨²nica raz¨®n por la que se van de este pa¨ªs querido se llama Brexit.
20.000 espa?oles trabajan o estudian en sus campus
El Brexit puede pasar factura a los 12.000 universitarios, 3.000 profesores y 5.000 investigadores espa?oles que estudian o trabajan en el Reino Unido, seg¨²n datos de la embajada de este pa¨ªs. Y, a su vez, tendr¨¢ un efecto en Espa?a, porque este es el segundo destino elegido por los brit¨¢nicos en el programa de movilidad Erasmus.
El embajador en Espa?a, Simon Manley, asegur¨® en una entrevista a la agencia Efe en octubre que los europeos que empiecen sus estudios antes de diciembre de 2019 en Reino Unido se beneficiar¨¢n de los mismos precios que los brit¨¢nicos.
Aunque estos no son unos grandes entusiastas de cambiar de pa¨ªs, Reino Unido es el tercer pa¨ªs receptor de erasmus universitarios (31.362 en 2016) y el segundo (63.274) si a la cuenta se suman los becados de etapas educativas inferiores.
La conferencia de rectores espa?oles (CRUE) emiti¨® un comunicado en noviembre junto a su equivalente en Reino Unido, Universities UK, en el que exhortaban a sus Gobiernos a "garantizar el mantenimiento del alto nivel de colaboraci¨®n en investigaci¨®n e intercambio de estudiantes".
Los rectores creen que con el Brexit peligra el programa europeo Horizonte 2020, que financia investigaciones hasta 2020 con 80.000 millones de euros.
En marzo, adem¨¢s, la UE pondr¨¢ en marcha 20 universidades trasnacionales que compartir¨¢n alumnos, investigadores y personal de administraci¨®n. Y para este programa, la Comisi¨®n no cuenta con las brit¨¢nicas, que lideran los rankings de excelencia. Los rectores europeos, deseosos de no romper los v¨ªnculos, reclaman su integraci¨®n de alguna manera.
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