Trump tiene su eje del mal: Venezuela, Cuba, Nicaragua
La ofensiva contra Maduro es la punta de lanza de una pol¨ªtica regional de mano dura de Washington contra los reg¨ªmenes autoritarios de Latinoam¨¦rica, a los que se refiere como una ¡°troika tir¨¢nica¡±
Como ocurre con muchas de esas ideas que pasan a la historia (v¨¦ase el muro que Trump quiere construir en la frontera con M¨¦xico), el famoso ¡°eje del mal¡± que marc¨® la era de Bush hijo surgi¨® como poco m¨¢s que un recurso ret¨®rico. El presidente George W. Bush pronunci¨® esas palabras por primera vez en su discurso del estado de la Uni¨®n de 2002, englobando Irak, Ir¨¢n y Corea del Norte. Aquello, que dio la vuelta el mundo, parec¨ªa sintetizar meses de reflexi¨®n sobre los contrapesos y riesgos planetarios tras el 11-S. A?os despu¨¦s, sin embargo, uno de los redactores de dicho discurso, David Frum, contar¨ªa en sus memorias que la expresi¨®n tan solo buscaba crear una argumentaci¨®n para invadir Irak. Otro de los redactores de la Casa Blanca, Michael Gerson, se le hab¨ªa acercado unas semanas antes de ese gran d¨ªa en el Capitolio con un ¡°encargo¡±. Le dijo: ¡°?Puedes resumir en una o dos frases nuestro mejor argumento para ir a por Irak?¡±. Y Frum encontr¨® una frase redonda que pas¨® a la posteridad.
Antes, los halcones que rodeaban a Bush ya hab¨ªan mu?ido el discurso de la inevitabilidad de la guerra de Irak. Uno de ellos era el n¨²mero tres del Departamento de Estado: John Robert Bolton. Ten¨ªa 53 a?os, ven¨ªa recomendado por Dick Cheney y se hizo famoso en la ¨¦poca por haber llegado a decir que Naciones Unidas no exist¨ªa: ¡°Existe una comunidad internacional que puede ser liderada por el ¨²nico poder real que existe en el mundo, Estados Unidos¡±, se despach¨®.
Hoy, 17 a?os despu¨¦s, John Bolton sigue en la brecha. Esta vez, como consejero de Seguridad Nacional del Gobierno de Donald Trump. As¨ª que cuando el pasado noviembre, en un discurso en Miami, englob¨® a Venezuela, Cuba y Nicaragua bajo la expresi¨®n ¡°troika tir¨¢nica¡±, reson¨® con fuerza el eco de aquel eje del mal, pero en versi¨®n Guerra Fr¨ªa: ¡°Nos enfrentamos de nuevo en este hemisferio a las destructivas fuerzas de la opresi¨®n, el socialismo y el totalitarismo. En Cuba, Venezuela y Nicaragua vemos el peligro de ideolog¨ªas venenosas sin control¡±, subray¨®.
La arremetida contra Maduro dista mucho, hoy por hoy, de la operaci¨®n en Irak. M¨¢s de 40 pa¨ªses ¡ªtodas las potencias europeas (salvo Italia) y las americanas (salvo M¨¦xico y Uruguay)¡ª se alinean con Washington y contra el r¨¦gimen autoritario de Nicol¨¢s Maduro al reconocer al l¨ªder opositor y presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaid¨®, como ¨²nico presidente leg¨ªtimo de Venezuela. La opci¨®n de una intervenci¨®n militar, adem¨¢s, no se contempla todav¨ªa, si bien Washington ha dejado claro que es una de tantas sobre la mesa.
Lo que s¨ª avanza esta batalla es un plan m¨¢s amplio del Estados Unidos de Trump para Latinoam¨¦rica. Bolton lo hizo expl¨ªcito en su intervenci¨®n de Miami: ¡°Esta troika de la tiran¨ªa, este tri¨¢ngulo de terror que une a La Habana, Caracas y Managua, es la causa de un sufrimiento humano inmenso, el motivo de una enorme inestabilidad regional y la g¨¦nesis de una cuna s¨®rdida de comunismo en el hemisferio¡±. ¡°Estados Unidos desea ver c¨®mo cada punta de ese tri¨¢ngulo cae, en La Habana, en Caracas, en Managua¡±, remach¨®. Ese mismo d¨ªa se anunciaron nuevas sanciones a Cuba y Venezuela.
Existe un flujo de intercambio y colaboraci¨®n entre estos pa¨ªses que la Administraci¨®n de Trump puede torpedear a golpe de sanciones, con la asfixia econ¨®mica al pulm¨®n petrolero. Venezuela provee a Cuba de crudo barato (en tiempo de Ch¨¢vez llegaron a venderse 115.000 barriles diarios con grandes descuentos). Y mientras, el r¨¦gimen castrista protege a Caracas con sus servicios de inteligencia. El secretario general de la Organizaci¨®n de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, gran opositor de Maduro, ha llegado a cifrar en 45.000 el n¨²mero de cubanos presentes en el pa¨ªs caribe?o, calific¨¢ndolos de ¡°fuerza de ocupaci¨®n¡±.
Por su parte, Nicaragua recibe a su vez apoyo del r¨¦gimen de Maduro. Samantha Sultoon, analista del Atlantic Council y experta en sanciones, pon¨ªa un ejemplo del efecto domin¨® de los castigos en un art¨ªculo reciente. Con el endurecimiento de las sanciones, dec¨ªa, ¡°el gran benefactor de Nicaragua durante mucho tiempo ha tenido que recortar sus ayudas anuales en cientos de millones, lo que ha llevado a Ortega a sus propios recortes. El anuncio en abril de la bajada de las pensiones p¨²blicas erosion¨® su apoyo¡±. Y las penalizaciones del 28 de enero a la petrolera PDVSA castigan directamente a su subsidiaria nicarag¨¹ense, Alabinsa.
¡°El c¨¢lculo que probablemente est¨¢n haciendo en la Casa Blanca, en la Administraci¨®n Trump, es que cayendo Venezuela y cortando cualquier subsidio que todav¨ªa pueda existir en Cuba, la situaci¨®n va a deteriorarse de una manera significativa y esto podr¨ªa llevar a la ca¨ªda del r¨¦gimen castrista. Pero no hay, sin embargo, ninguna garant¨ªa de que eso va a ocurrir. Sabemos que Cuba sobrevivi¨® al periodo especial posterior a la ca¨ªda del imperio sovi¨¦tico, en los 90, sabemos que ese r¨¦gimen est¨¢ preparado para vivir condiciones econ¨®micas extremas¡±, apunta Juan Carlos Hidalgo, analista especializado en Am¨¦rica Latina del instituto conservador Cato, en Washington. En el caso venezolano, sin embargo, considera que la situaci¨®n es m¨¢s propicia ¡°para que Nicol¨¢s Maduro y el chavismo caigan¡±.
La sombra de China y Rusia
En cuanto lleg¨® a la Casa Blanca, Trump liquid¨® el proceso de deshielo que su predecesor, Barack Obama, hab¨ªa iniciado con Cuba frustrado por los magros resultados que hab¨ªa dado hasta entonces la estrategia de sanciones. Volvi¨® a limitar los viajes a la isla y vet¨® el flujo comercial con el conglomerado militar (que supon¨ªa el 60% de la econom¨ªa del pa¨ªs). Las sanciones contra Venezuela y Nicaragua por violaci¨®n de derechos y por narcotr¨¢fico tambi¨¦n se reforzaron y, tal como explican fuentes de la Administraci¨®n, se estudian nuevos castigos. ¡°Somos conscientes de los lazos entre dichos pa¨ªses y c¨®mo lo que ocurre con uno afecta a los otros, pero cuando abordamos el programa de sanciones de un pa¨ªs, lo hacemos en funci¨®n de su situaci¨®n individual¡±, explica un alto funcionario de la Administraci¨®n.
La ofensiva de Estados Unidos contra Maduro y, de retruque, contra Cuba y Nicaragua, tambi¨¦n puede servir para contrarrestar la influencia de China y Rusia en la regi¨®n. Desde 2007, el gigante asi¨¢tico ha invertido m¨¢s de 62.000 millones de d¨®lares en Venezuela, sobre todo a trav¨¦s de pr¨¦stamos, seg¨²n los datos de la base de datos financieros Bloomberg. Tras China, Rusia es el segundo socio comercial y acreedor m¨¢s importante de Venezuela, adem¨¢s de un importante proveedor de armamento. No hay cifras oficiales, pero las estimaciones m¨¢s comunes est¨¢n entre 17.000 y 20.000 millones de d¨®lares de inversi¨®n desde 2006 por parte del Kremlin y la petrolera estatal Rosneft.
La Administraci¨®n ve adem¨¢s a Venezuela convertida en un narcoestado que surte de fondos al grupo terrorista liban¨¦s Hezbol¨¢. Es el elemento que constituir¨ªa a Venezuela como una amenaza para la seguridad nacional de EE UU y, por tanto, la idea de que ¡°todas las opciones est¨¢n sobre la mesa¡±, incluida la militar. Maduro sigue de momento enrocado y protegido por los mandos del ej¨¦rcito. ¡°Seguiremos hablando con Gobiernos de todo el mundo para que se sit¨²en en el lado correcto de este problema¡±, dijo esta semana Elliott Abrams, enviado especial de EE UU para Venezuela. Abrams fue unos de los grandes art¨ªfices de la pol¨ªtica sobre Nicaragua con Ronald Reagan y fue condenado ¡ªy luego perdonado¡ª por mentir en el esc¨¢ndalo de Ir¨¢n-contra, la venta de armas al Gobierno iran¨ª para financiar clandestinamente a la guerrilla antisandinista de Nicaragua. La pol¨ªtica de Trump para Am¨¦rica Latina est¨¢ llena de viejos conocidos.
OFENSIVA CONTRA LA HABANA
En su ofensiva contra la dictadura cubana, Estados Unidos adem¨¢s, se plantea abrir una puerta que hasta ahora permanec¨ªa cerrada: que los ciudadanos estadounidenses puedan demandar a individuos y compa?¨ªas extranjeras por propiedades confiscadas en su d¨ªa por el Gobierno cubano. Esta medida se aplicar¨ªa permitiendo la entrada en vigor de la Ley Helms-Burton, aprobada en 1996 pero nunca efectiva, gracias a las continuas suspensiones aplicadas desde entonces por cada Gobierno estadounidense, dem¨®crata o republicano, por temor al colapso judicial que se podr¨ªa desatar (el Departamento de Estado calcul¨® en el pasado que podr¨ªan surgir hasta 200.000 pleitos, seg¨²n Reuters).
Pero el pasado 16 de enero, en lugar de dar luz verde a los habituales seis meses de suspensi¨®n de dicha ley, la Administraci¨®n Trump redujo la limitaci¨®n a tan solo 45 d¨ªas, alegando la necesidad de llevar a cabo una "cuidadosa revisi¨®n" del derecho a demandar.
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