¡®Suite Montero¡¯ para el fin de los tiempos
Gabriela Montero comparte piezas musicales en las redes sociales que apostrofan sat¨ªricamente a los s¨¢trapas del r¨¦gimen de Nicol¨¢s Maduro
Uno de los canales radiof¨®nicos de la BBC transmite cada noche y desde hace a?os un programa de trasnocho llamado, sin sorpresa alguna, Through the night.
La emisi¨®n comienza poco despu¨¦s de la medianoche londinense y dura unas siete horas durante las cuales difunde lo que, para irnos entendiendo, suele llamarse ¡°m¨²sica cl¨¢sica¡± o ¡°m¨²sica acad¨¦mica¡± o como usted prefiera llamarla. Digo yo que el programa es perfecto para acompa?ar el trabajo de los escritores mel¨®manos a quienes la imaginaci¨®n solo nos visita en horas nocturnas.
Fue sintonizando mi programa favorito cuando escuch¨¦ por vez primera, hace ya varios a?os, una turbadora composici¨®n para piano y orquesta que la compositora e int¨¦rprete venezolana Gabriela Montero titul¨® Ex Patria.
Como los podcasts permanecen disponibles durante un mes, pude en aquel tiempo volver a Ex Patria muchas, much¨ªsimas veces. No exagero al decir que a¨²n lo hago con unci¨®n porque se trata de una brillante eleg¨ªa sinf¨®nica dedicada a la memoria de las decenas de miles de personas que anualmente, y desde hace d¨¦cadas, mueren asesinadas por la violencia criminal y pol¨ªtica en Venezuela.
Sin embargo, no se piense que Ex Patria es m¨²sica program¨¢tica: es una compleja emanaci¨®n compositiva de un esp¨ªritu excepcional que, habiendo escogido el autoexilio, y dicho en sus palabras, se propuso expresar ¡ª ?y vaya si lo logra!¡ª ¡°un pa¨ªs apenas reconocible en el de mi juventud¡±.
Los rese?istas coinciden en se?alar la probidad y original elegancia con que Montero devuelve a Shostakovich lo que la autora venezolana pueda adeudarle. El registro original de Ex Patria, interpretado por la propia Montero, gan¨® el Grammy Latino en el rubro cl¨¢sico en 2015.
A sus logros como concertista de sublime desempe?o, Montero a?ade un rar¨ªsimo don improvistatorio que ella despliega con proverbial jovialidad caraque?a, interactuando sin efectismos con el p¨²blico de sus recitales. Su virtuosismo logra que el auditorio, sencillamente, no pueda sustraerse al hechizo de Montero. Desde hace cosa de d¨ªas, la cr¨ªtica especializada celebra la premi¨¨re europea de su obra m¨¢s reciente: Babel. En el programa, Babel estuvo acompa?ada de obras de Philip Glass, del arreglo que Rudolf Barsh¨¢i hizo de una pieza de c¨¢mara de Shostakovich y de un fragmento del Cuarteto para el fin de los tiempos, de Olivier Messiaen. Desde Bogot¨¢ solo puedo imaginar el venero pol¨ªtico, la singular manera en que un tal programa ¡ªShostakovich, Messiaen, y s¨ª, tambi¨¦n Montero¡ª puede interrogar la consciencia contempor¨¢nea ante la tiran¨ªa y los totalitarismos. Es l¨ªcito imaginarlo porque Gabriela Montero es tambi¨¦n una formidable activista en pro de los derechos humanos que, naturalmente, ha hecho de la tragedia que vive su pa¨ªs un motivo m¨¢s de su inabarcable creatividad.
?ltimamente sus compatiotas tenemos, adem¨¢s de Babel, una raz¨®n m¨¢s para hacer de Gabriela Montero y su arte el emblema musical de lo que, sin duda, parece ya el trecho final de la tiran¨ªa de Nicol¨¢s Maduro. Hablo de una suite de miniaturas para piano que Montero comparte en las redes sociales al paso que las va componiendo. Todas apostrofan sat¨ªricamente a los s¨¢trapas del r¨¦gimen.
La primera, disponible en YouTube y en el timeline de la cuenta @monterogabriela, recrea maravillosamente la jaculatoria que toda Venezuela entona ¡ªdurante un partido de b¨¦isbol o durante un acto de masas de Juan Guaid¨® ¡ª ante la sola menci¨®n de la palabra Maduro.
El anfiteatro entero exclama, al un¨ªsono: ¡°?Co?o e'tumadre!¡±, que es para los venezolanos lo que el madrazo para los mexicanos. Las piezas compuestas por Montero tienen la virtud de ser lo que los alemanes llaman un Ohrwurm: pegadizas frases musicales que no te puedes sacar de la cabeza en todo el d¨ªa.
Otras frases han seguido, y Montero ha prometido m¨¢s y m¨¢s. Aparte las letras -¡ª¡°?Delcy la fea y su hemanito / ir¨¢n la c¨¢rcel de la manito¡±¡ª el cariz par¨®dico de estas bagatelas ha sumado regocijo colectivo y talante combativo a los millones de venezolanos que viralmente las reproducen en v¨ªsperas de la confrontaci¨®n final ente la marea de insurgencia civil y la barbarie armada que intentar¨¢ in¨²tilmente ahogar en sangre lo que ya es indetenible.
?M¨¢s, Gabriela, queremos m¨¢s!
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