Los ¡®tories¡¯ duros se acercan al plan de May por el temor a un retraso del Brexit
La primera ministra brit¨¢nica redobla la presi¨®n y las negociaciones para lograr la aprobaci¨®n del plan pactado con la UE
Theresa May insiste hasta el final en la estrategia de presi¨®n para aprobar su pacto del Brexit con la UE. La primera ministra brit¨¢nica subray¨® este domingo que la ¨²nica soluci¨®n ¡°patri¨®tica¡± para evitar una pr¨®rroga larga de la salida del Reino Unido es apoyar su plan, al tiempo que dej¨® en el aire una nueva votaci¨®n, la tercera, sobre el acuerdo en el Parlamento antes del Consejo Europeo de esta semana. Ante el temor a que una pr¨®rroga del Brexit se convierta en eterna, los tories duros empiezan a acercarse al plan de May, que tambi¨¦n negocia intensamente el apoyo de sus socios norirlandeses del DUP.
La llave que encerr¨® a May en el laberinto del Brexit puede ser la misma que le permita escapar. El Gobierno brit¨¢nico negocia intensamente con los socios norirlandeses del DUP, que sostienen la mayor¨ªa parlamentaria conservadora, para que levanten sus reparos al backstop, la garant¨ªa impuesta por la UE para evitar una nueva frontera entre las dos Irlandas, y den su respaldo al plan de la primera ministra. El apoyo del DUP puede acabar de convencer a muchos euroesc¨¦pticos a los que May presiona con el argumento de que la ¨²nica soluci¨®n ¡°patri¨®tica¡± para esta crisis es votar a favor de su acuerdo, y con la amenaza de una pr¨®rroga a la salida de la UE que se convierta en eterna. Adem¨¢s, su Gobierno baraja no presentar el plan a votaci¨®n antes del Consejo Europeo del pr¨®ximo jueves si no logra los apoyos suficientes.
La C¨¢mara de los Comunes vot¨® el pasado jueves a favor de una moci¨®n del Gobierno redactada de modo que May dispusiera de una ¨²ltima bala en la rec¨¢mara. El texto solicitaba una pr¨®rroga del Brexit, pero pon¨ªa condiciones a su duraci¨®n. Si antes del jueves, cuando se celebre el Consejo Europeo, los diputados respaldan el plan de la primera ministra, la extensi¨®n ser¨ªa breve y por necesidades t¨¦cnicas: el tiempo suficiente para concluir el proceso legislativo que exige el tr¨¢mite de salida de la UE, previsto inicialmente para el 29 de marzo.
Pero, y este es un gran pero, si el plan volviera a ser derrotado por tercera vez, el Reino Unido deber¨¢ participar en las elecciones al Parlamento Europeo de finales de mayo. Las posibilidades de prorrogar indefinidamente el Brexit, ha advertido May en una carta abierta publicada por The Daily Telegraph, se multiplican.
¡°Los l¨ªderes europeos exigir¨¢n una causa clara para otorgar una extensi¨®n. No les bastar¨¢n las razones t¨¦cnicas. Si lo que proponemos es volver a la casilla de salida y negociar un nuevo acuerdo, la pr¨®rroga deber¨¢ ser mucho m¨¢s larga. Exigir¨¢ en la pr¨¢ctica que el Reino Unido participe en las elecciones de mayo. La idea de que los brit¨¢nicos acudan a las urnas europeas tres a?os despu¨¦s de votar por el Brexit apenas se sostiene. No podr¨ªa un s¨ªmbolo m¨¢s poderoso del fracaso pol¨ªtico colectivo del Parlamento¡±, ha escrito May.
Figuras relevantes del euroescepticismo han comenzado a darse cuenta de la trampa en la que su fanatismo y la estrategia de desgaste de la primera ministra les ha hecho caer. Ian Duncan Smith, el exl¨ªder del Partido Conservador y furibundo defensor de la salida de la UE, sugiri¨® este fin de semana a sus compa?eros de barco que todos ¡°deber¨ªan saltar juntos¡± si el DUP decide respaldar el plan de May. Y Jacob Rees-Mogg, el ultracat¨®lico que lidera el Grupo de Investigaciones Europeas, la facci¨®n parlamentaria conservadora en la que se concentran los euroesc¨¦pticos, ha comenzado a dar se?ales de querer ondear la bandera blanca.
¡°El plan de la primera ministra es una basura, todo el mundo lo sabe. Ha sido derrotado en dos ocasiones (con mi voto en contra) y su ¨²ltima versi¨®n apenas conten¨ªa ligeras mejoras del texto original. Sin embargo, el Brexit est¨¢ ahora mismo contra las cuerdas. Mi desdichada conclusi¨®n es que, con un Gobierno d¨¦bil, un Gabinete y un Parlamento plagado de proeuropeos envalentonados, no nos queda m¨¢s remedio que aceptar este plan. Podemos seguir luchando y aspirar a algo mejor, pero perder¨ªamos la batalla, y con ella, cualquier esperanza de un Brexit¡±, escrib¨ªa este fin de semana Esther McVey, la exministra de Trabajo y Pensiones, quien dimiti¨® de su cargo en protesta por el modo en que May hab¨ªa manejado las negociaciones con la UE. Sus palabras, al afirmar que respaldar¨ªa el texto en una tercera votaci¨®n ¡°con la nariz tapada¡±, resumen gr¨¢ficamente la sensaci¨®n de resignaci¨®n que comienza a extenderse en el ala dura del Partido Conservador.
Oficialmente, el Gobierno de May no ha tomado a¨²n la decisi¨®n de someter una tercera vez su plan a la votaci¨®n de la C¨¢mara de los Comunes. La aritm¨¦tica parlamentaria reduce mucho el margen de maniobra. La primera ministra deber torcer el brazo a los 15 conservadores radicales dispuestos hasta el final a inmolarse, y al pu?ado de laboristas que comparten con ellos su sentimiento antieuropeo. ¡°Solo volveremos a someter el plan a la votaci¨®n de la C¨¢mara si tenemos la suficiente confianza de que nuestros diputados y los del DUP est¨¢n dispuestos en esta ocasi¨®n a darle su respaldo¡±, advirti¨® este domingo el ministro de Econom¨ªa, Philip Hammond, en la BBC. Hammond ha sido una de las voces moderadas en el seno del Gabinete, defensor de la necesidad de un consenso parlamentario que pusiera soluci¨®n a esta crisis. Con la llave de las finanzas p¨²blicas en su mano, se ha encargado durante todo este tiempo de advertir de las penurias econ¨®micas que un Brexit desordenado podr¨ªa acarrear para el Reino Unido.
Esta semana ser¨¢ clave tambi¨¦n para el Partido Laborista. Su l¨ªder, Jeremy Corbyn, es consciente de que la turbulencia pol¨ªtica que vive el pa¨ªs afecta a todas las formaciones, y que todas tendr¨¢n su cuota de responsabilidad en el desenlace del drama. Corbyn anunci¨® este domingo el respaldo oficial de su partido a la enmienda presentada por dos de sus diputados, Peter Kyle y Phil Wilson. El texto solicita que la ciudadan¨ªa brit¨¢nica pueda votar en refer¨¦ndum el plan de May, si finalmente sale adelante. El l¨ªder laborista persiste en su estrategia de nadar y guardar la ropa: s¨ª, con la boca peque?a, al nuevo refer¨¦ndum que le exigen sus bases, pero a condici¨®n de que salga adelante un plan que, parad¨®jicamente, ser¨¢ rechazado por los diputados laboristas por orden expresa de su direcci¨®n.
Comienza una nueva semana dram¨¢tica con dos escenarios: Westminster y Bruselas. Theresa May ha insistido hasta el final en su estrategia de tensi¨®n y ha apurado los plazos. Nada garantiza que finalmente se salga con la suya, pero existe un consenso extendido en Londres de que el Brexit, salga o no adelante su plan, supondr¨¢ su particular canto del cisne. Nadie imagina que la primera ministra pueda seguir al frente del Partido Conservador en los pr¨®ximos meses, ni mucho menos que sea su cabeza de cartel en unas elecciones generales.
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