May logra nuevas garant¨ªas legales de la UE para intentar salvar el Brexit
La primera ministra alcanza un acuerdo con Juncker para evitar que Reino Unido se quede atrapado en la salvaguarda indefinidamente
Theresa May cant¨® victoria y Jean Claude Juncker, a su lado, se ha encargado de advertir de que ha llegado al l¨ªmite en su esfuerzo por arrancar nuevas concesiones a la UE. ¡°No habr¨¢ una tercera negociaci¨®n¡±, ha dicho el presidente de la Comisi¨®n Europea, antes de que la primera ministra de Reino Unido asegurara desde Estrasburgo que hab¨ªa obtenido los mecanismos legalmente vinculantes que le exigi¨® la C¨¢mara de los Comunes para poder aprobar su plan del Brexit. El diablo, como siempre, est¨¢ en los detalles, y los diputados de la oposici¨®n acogieron con escepticismo el anuncio de ¨²ltima hora.
Theresa May ha trabajado los ¨²ltimos d¨ªas con un mandato muy claro del Parlamento: deb¨ªa cambiar los t¨¦rminos acordados con Bruselas respecto al backstop, la llamada salvaguarda irlandesa, si quer¨ªa obtener el respaldo de la C¨¢mara a su plan del Brexit, que ya fue estrepitosamente derrotado en una primera ocasi¨®n el pasado 15 de enero. La salvaguarda, una especie de garant¨ªa impuesta por la UE en el Acuerdo de Retirada firmado con Londres, establece que el Reino Unido permanecer¨¢ dentro de la uni¨®n aduanera durante los casi dos a?os del periodo de transici¨®n, a partir del pr¨®ximo 29 de marzo. Si durante ese plazo no se lograra negociar una relaci¨®n futura definitiva entre los dos bloques, Irlanda del Norte permanecer¨ªa dentro de territorio aduanero europeo y de su mercado interior.
Era el modo de garantizar que no volver¨ªa a imponerse una ¡°frontera dura¡± entre las dos Irlandas que pusiera en peligro la paz alcanzada despu¨¦s del Acuerdo de Viernes Santo. La hipot¨¦tica ruptura de la integridad territorial del Reino Unido, temida por los socios norirlandeses del DUP que sostienen a May, y la amenaza de que el Reino Unido se viera atrapado en una trampa permanente, aborrecida por los euroesc¨¦pticos conservadores, se convirtieron en el principal escollo para sacar adelante el plan en Westminster.
¡°Hemos acordado un instrumento conjunto con fuerza legal comparable a la del propio Acuerdo de Retirada que garantiza que la UE no podr¨¢ actuar con la intenci¨®n de aplicar de modo permanente el backstop. Si as¨ª fuera, el Reino Unido activar¨ªa el mecanismo de arbitraje para suspender la salvaguarda irlandesa¡±, ha explicado May desde la sala de prensa del Parlamento Europeo en Estrasburgo, donde se ha reunido de urgencia con Juncker a ¨²ltima hora de la noche de ayer lunes. May ha explicado adem¨¢s que ambas partes se han comprometido a trabajar desde el minuto uno de las negociaciones sobre la relaci¨®n comercial futura en las llamadas ¡°soluciones alternativas¡± al backstop que le exigi¨® el Parlamento brit¨¢nico a la primera ministra, con el compromiso de que est¨¦n dise?adas en diciembre de 2020.
Pero sobre todo, May ha puesto ¨¦nfasis en anunciar que el Reino Unido realizar¨¢ una ¡°declaraci¨®n unilateral que establezca que si el backstop se llega a aplicar y se rompen las negociaciones sobre nuestra relaci¨®n futura, sin posibilidad de acuerdo, ser¨¢ la posici¨®n de nuestro pa¨ªs instigar aquellas medidas que acaben desactivando este mecanismo¡±.
Con apenas unas horas de tiempo para que los diputados brit¨¢nicos puedan estudiar todos los acuerdos alcanzados a ¨²ltima hora con la UE, antes de la nueva votaci¨®n comprometida para hoy sobre el plan del Brexit, son muchas las dudas que han comenzado a surgir. En primer lugar, recuerdan desde la oposici¨®n laborista y desde las filas euroesc¨¦pticas, el texto en s¨ª del Acuerdo de Retirada no se ha modificado. El abogado general del Estado, Geoffrey Cox, protagonista de las negociaciones de los ¨²ltimos d¨ªas, deber¨¢ explicar hoy mismo a los parlamentarios su an¨¢lisis legal de los acuerdos adoptados. En segundo lugar, el ¡°instrumento conjunto¡± al que hizo referencia May habla de ¡°intermediaci¨®n¡± para resolver diferencias, pero la primera ministra no excluy¨® en su declaraci¨®n que los tribunales europeos no tuvieran tambi¨¦n algo que decir al respecto. Y en tercer lugar, recaer¨¢ tambi¨¦n en Cox el convencer a sus compa?eros de filas parlamentarias de que la ¡°declaraci¨®n unilateral¡± anunciada como novedad por la primera ministra tiene de hecho la rotundidad legal que May quiso darle en sus palabras.
Los ¨²ltimos d¨ªas del Brexit est¨¢n adquiriendo tintes dram¨¢ticos y de urgencia, y la escenograf¨ªa adoptada por May se ajustaba a este patr¨®n. Casi de madrugada, horas antes de la votaci¨®n crucial, presentaba como un esfuerzo tit¨¢nico un logro que enseguida, desde Londres, comenz¨® a ser analizado con escepticismo por sus adversarios. May juega con el cron¨®metro para poner contra las cuerdas a los diputados indecisos, y a aquellos euroesc¨¦pticos que no quieren cargar con la posibilidad de que no haya Brexit en absoluto.
Porque si, a pesar de los aparentes avances anunciados por May desde Estrasburgo, su plan del Brexit es de nuevo derrotado en Westminster ¡ªy de momento las apuestas siguen muy altas a favor de un segundo fracaso¡ª se activar¨ªan los dos compromisos adquiridos por la primera ministra la semana pasada. En primer lugar, se someter¨ªa a la votaci¨®n de los diputados la posibilidad de que el Reino Unido abandonara finalmente la UE sin ning¨²n tipo de acuerdo, ni periodo de transici¨®n, a partir del pr¨®ximo 29 de marzo. Nada parece indicar que esa opci¨®n cuente con el respaldo mayoritario de la C¨¢mara de los Comunes. Es solo el anhelo de los euroesc¨¦pticos conservadores, que no suman m¨¢s de 80 o 100 parlamentarios.
De ser derrotada esa alternativa, el pr¨®ximo mi¨¦rcoles se trasladar¨ªa al Parlamento la decisi¨®n de ordenar a May que reclame una pr¨®rroga en la fecha de salida de la UE. Los parlamentarios que presentaron hace una semana una moci¨®n en este sentido, la laborista Yvette Cooper, y el conservador Nick Boles, decidieron retirarla y fiarse de las promesas de May. Este mismo lunes anunciaron su intenci¨®n de exigir al Gobierno que fuera fiel a sus compromisos, e incluso amenazaron con la moci¨®n de confianza contra la primera ministra si volv¨ªa a echarse atr¨¢s en sus planes.
La de hoy ser¨¢ una jornada dura para May y su equipo, porque el escepticismo que impera en Westminster va a hacer que sea muy complicado convencer a euroesc¨¦pticos o diputados moderados de uno u otro bando de que lo acordado en las ¨²ltimas horas con la UE es algo diferente a todas las alternativas aireadas y debatidas en los ¨²ltimos d¨ªas. Sir Keir Starmer, el portavoz laborista para el Brexit, ya ten¨ªa anoche mismo ensayada una primera respuesta. Era, vino a decir, el mismo modelo con distinto traje. Se pretend¨ªa dar apariencia de fuerza legal a todo el intercambio de cartas entre Theresa May, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk y el presidente de la Comisi¨®n Europea, Jean-Claude Juncker, que fue aireado en los d¨ªas posteriores a la firma del Acuerdo de Retirada para intentar convencer a los diputados m¨¢s incr¨¦dulos de que la voluntad del Reino Unido y la UE era que el llamado backstop nunca entrara en vigor.
Nadie, en todo el escenario pol¨ªtico brit¨¢nico, cree ya que la fecha del 29 de marzo se cumplir¨¢, y todos ponen sus cartas en la apuesta de que habr¨¢ un retraso en la fecha de salida. Por eso resulta complicado creer que esta vez May se vaya a salir con la suya y convencer finalmente a una mayor¨ªa del Parlamento de que su plan es la mejor opci¨®n para poner punto final a una pesadilla que ha durado ya m¨¢s de dos a?os y agotado fuerzas y recursos de los principales partidos. Ya nadie cree en el Partido Conservador que May ser¨¢ quien les lidere en los pr¨®ximos meses, y el Partido Laborista de Corbyn se desangra en luchas intestinas que tienen como raz¨®n ¨²ltima la ambig¨¹edad de su l¨ªder en torno al Brexit.
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