¡°El ISIS no ha muerto, la guerra sigue¡±
Un belga de 26 a?os detenido por los kurdos en Siria dice lamentar su uni¨®n al califato y pide ser repatriado
Cabizbajo y esposado, el joven combatiente belga Caner, alias Abu Nuh, entra en la sala de un cuartel de los servicios de inteligencia kurdos (Asayih) en el noreste de Siria, cuya localizaci¨®n piden mantener en secreto. Tiene 26 a?os y hace seis que viaj¨® por primera vez a Siria para sumarse a la lucha yihadista. M¨¢s tarde se uni¨® al Estado Isl¨¢mico (ISIS, por sus siglas en ingl¨¦s). En noviembre de 2017 fue apresado por las Fuerzas Democr¨¢ticas Sirias (FDS), de mayor¨ªa kurda, cuando intentaba huir a Turqu¨ªa, pa¨ªs del que tambi¨¦n tiene pasaporte.
¡°Venir a Siria fue un gran error. Era mayor de edad, pero fui est¨²pido¡±, cuenta en franc¨¦s despu¨¦s de que un soldado le quite las esposas y le invite a sentarse en una silla de pl¨¢stico. Acepta hablar con este peri¨®dico, pero asegura que no ha venido voluntariamente a la entrevista, sino que ha sido trasladado desde la c¨¢rcel donde est¨¢ preso sin ser previamente informado del encuentro.
Caner, que no quiere desvelar su apellido, es uno de los ocho belgas presos en las c¨¢rceles kurdas en Siria, donde hay yihadistas encarcelados de otras 49 nacionalidades, mujeres y menores. Nacido y criado en la periferia norte de Bruselas, Caner pertenece a un grupo de 30 j¨®venes belgas de la localidad de Vilvoorde que viajaron a Siria e Irak para combatir con los grupos yihadistas.
¡°Todo empez¨® a los 17 a?os, cuando decid¨ª que si era musulm¨¢n ten¨ªa que rezar cinco veces al d¨ªa y empec¨¦ a ver m¨¢s a menudo a ese grupo de amigos¡±, relata Abu Nuh. All¨ª empez¨® un recorrido cl¨¢sico en la radicalizaci¨®n. Visitas m¨¢s habituales a la mezquita, charlas con los amigos, horas en Internet en p¨¢ginas para conectar con yihadistas...
Hu¨¦rfano de padre desde los 10 a?os, asegura que su madre es musulmana pero no ¡°practicante¡±. En 2012, Caner se traslada con ella, su hermano dos a?os mayor y la hermana menor a Estambul, donde manten¨ªa el contacto con sus amigos de Vilvoorde que hab¨ªan ido a Siria. ¡°A finales de 2012 uno de mis mejores amigos fue el primero en ir a luchar a Siria y me dijo que ten¨ªa que ir a defender a los musulmanes, a las hermanas que violaban y mataba el Ej¨¦rcito de Bachar el Asad¡±.
Un a?o despu¨¦s, en marzo de 2013, Caner viaja a Siria para sumarse a un batall¨®n de extranjeros en el movimiento insurrecto contra El Asad. El ISIS no exist¨ªa y el califato no era m¨¢s que un sue?o disparatado para muchos. ¡°Te dan un mes de formaci¨®n para usar el Kal¨¢shnikov, el lanzagranadas y la ametralladora pesada¡±. Asegura una y otra vez que nunca mat¨® a nadie en el campo de batalla y que combat¨ªa entonces contra muyahidines de Al Nusra (rama local de Al Qaeda en Siria).
Traslado a Raqa
Regres¨® a Turqu¨ªa durante varios meses antes de retornar a Siria, esta vez en 2014, ya con el auge del califato del ISIS, y acompa?ado de su esposa. Un intermediario le puso en contacto con otra joven radical belga de Amberes, Besimi, quien acept¨® la propuesta de mudarse con ¨¦l a Raqa, entonces capital de facto del califato. All¨ª tuvieron dos ni?as y estudiaron ¨¢rabe.
Caner reh¨²sa hablar de su periodo como combatiente yihadista, que reduce a pocos meses, puesto que fue herido por metralla en la espalda. El metal le da?¨® los nervios, cuenta, paraliz¨¢ndole la pierna derecha e inutiliz¨¢ndolo para la lucha. ¡°Claro que se puede ir a combatir y no matar a nadie¡±, sostiene. Consciente de que sus palabras pueden tornarse contra ¨¦l en el futuro, Caner alega haber sido un ¡°simple soldado¡±. ¡°No puedo pasarme la vida entre rejas¡±. Sin embargo, en Bruselas le acusan de albergar a yihadistas cuando pasaban por Estambul y de reclutar a otros j¨®venes, adem¨¢s de ser un soldado del ISIS, por lo que ha sido condenado a 15 a?os de c¨¢rcel en ausencia.
¡°?No puedo seguir aqu¨ª, llevo ya 16 meses!¡±, exclama nervioso. Entre rejas pudo recibir una llamada de su mujer, cautiva en un campo habilitado para acoger a los familiares de los terroristas y a sus hijos. ¡°Mi hija menor de un a?o muri¨® de fr¨ªo en el campo, ya solo me queda la mayor, de cuatro¡±. La beb¨¦ fallecida es uno de los 136 menores que han muerto en los ¨²ltimos meses por desnutrici¨®n aguda o hipotermia. Caner asegura que al quedar impedido para luchar, su mujer y ¨¦l recib¨ªan una pensi¨®n de 100 d¨®lares mensuales para vivir. Una rutina austera y pocas salidas de la casa a la que se mudaron en Tabqa, al suroeste de Raqa. Por ello, niega haber presenciado ejecuciones, aunque s¨ª latigazos a personas castigadas por los yihadistas. En cuatro a?os con el ISIS, insiste en que nunca mat¨® ni vio matar, al tiempo que se dice v¨ªctima de los bombardeos de la coalici¨®n internacional liderada por EE UU. Afirma que tampoco tuvo m¨¢s esposas, ni esclavas yazid¨ªes, que asegura que eran generalmente compradas por saud¨ªes, esa ¡°banda de vagabundos pervertidos y vagos¡±. A 20.000 d¨®lares cada mujer, seg¨²n dice haber o¨ªdo.
Mientras Europa debate la repatriaci¨®n de sus nacionales, las FDS presionan por que sea efectiva o, en su defecto, por la creaci¨®n de un tribunal internacional ad hoc. Una posibilidad a la que el Gobierno belga se muestra favorable. ¡°?Qu¨¦ va a pasar conmigo?¡±, pregunta nervioso. ¡°No entiendo. Estas semanas han repatriado a los marroqu¨ªes, a los argelinos y a los saud¨ªes. A algunos se los llevan ilegalmente a Irak¡±.
Dos combatientes belgas han sido juzgados y condenados a muerte por la justicia iraqu¨ª y han solicitado conmutar la pena por cadena perpetua. Caner quiere ser repatriado porque alega que est¨¢ en manos de una milicia (la kurda) que es una entidad no estatal que no ofrece garant¨ªas para un juicio justo. ¡°Est¨¢n los derechos humanos y luego est¨¢n los no derechos de los terroristas. Porque cuando te tachan de terrorista eres como un animal¡±. Preguntado sobre los derechos en el califato para juzgar a ciudadanos en Siria, afirma ¡°que no se puede comparar¡±.
Dice arrepentirse de haber dejado B¨¦lgica. ¡°El Estado Isl¨¢mico era una mentira, es un Estado terrorista que acab¨® aterrorizando a su propio pueblo¡±. El miedo, dice, le impidi¨® dejar el califato porque el ISIS mataba a los suyos si lo intentaban. Pero apunta: ¡°El ISIS no ha muerto y la guerra sigue. Yo estoy en la c¨¢rcel, pero los miles de sirios e iraqu¨ªes radicales con los que combat¨ª est¨¢n ah¨ª fuera¡±, concluye.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.