La 4T contra la maldita realidad
L¨®pez Obrador tiene la mejor de las intenciones, pero la econom¨ªa no se modificar¨¢ solo porque le exijamos que sea m¨¢s justa. Ni la corrupci¨®n ser¨¢ erradicada al conjuro de un solo hombre
El problema con la realidad es que es muy terca. M¨¢s tard¨® en salir el programa de becas para los j¨®venes propuesto por el nuevo presidente de M¨¦xico que empresas dedicadas a ofrecerle a los muchachos no trabajar a cambio de un ¡°moche¡±. Est¨¢ claro que la corrupci¨®n no se ha enterado de que lleg¨® un r¨¦gimen que decidi¨® que ya no existe. Tampoco los sicarios y facinerosos se dieron por aludidos con los anuncios de que la violencia y la inseguridad p¨²blica habr¨ªan de remitir en virtud del arribo de un nuevo r¨¦gimen.
Por el contrario, a cuatro meses del arranque de este Gobierno, la estad¨ªstica de asesinados, feminicidios y desaparecidos se mantiene al auge e incluso la delincuencia sigue inventando nuevas modalidades para reproducirse. En los ¨²ltimos d¨ªas se publicaron noticias de una concesionaria de autos de lujo de una importante avenida de Canc¨²n que fue incendiada (carros incluidos) o de que los autobuses y microbuses en la Ciudad de M¨¦xico son explotados con granadas; ambos casos presumiblemente como exigencia por el pago de una extorsi¨®n. Probablemente por la misma raz¨®n dos empleadas de un puesto de hamburguesas fueron secuestradas por los asaltantes hace unos d¨ªas en un lugar de Guanajuato.
La econom¨ªa tambi¨¦n se ha mostrado mucho m¨¢s remisa para espabilarse al exhorto de los buenos deseos del nuevo Gobierno. Los ingresos petroleros ser¨¢n menores a lo esperado y la recaudaci¨®n fiscal por debajo de lo presupuestado. Y esto no es el resultado de una mano negra ni de la mala leche de los empresarios, sino de un entorno internacional desfavorable y de una estimaci¨®n inicial demasiado optimista de parte de los nuevos funcionarios. En la pr¨¢ctica esto significa que L¨®pez Obrador tendr¨¢ mucho menos dinero que el esperado aun cuando profundice el recorte de salarios a la burocracia y suprima el gasto suntuario. Contra las promesas de campa?a de un crecimiento del 4% en el PIB para 2019, reducidas al 3% al tomar posesi¨®n, hoy se da por descontado que no alcanzar¨¢ un 2%; es decir, por debajo del promedio de los ¨²ltimos sexenios.
El nuevo presidente est¨¢ convencido de que sus medidas buscan el bien de todos los mexicanos, que sus intenciones son las mejores y que, a diferencia de mandatarios anteriores, ¨¦l no piensa enriquecer a sus amigos o a s¨ª mismo, o dedicarse al disfrute fr¨ªvolo e irresponsable del poder. Yo le creo.
Por desgracia, la realidad suele operar al margen de toda consideraci¨®n ¨¦tica; simplemente se desenvuelve de acuerdo a su propia l¨®gica. Y peor para nosotros si no somos capaces de entender esa l¨®gica. Una pared mal construida habr¨¢ de caerse as¨ª sea destinada a proteger un orfanatorio; una bien construida resistir¨¢ perfectamente las balas de un pelot¨®n de fusilamiento sin importar que all¨ª se masacre a inocentes. L¨®pez Obrador tiene la mejor de las intenciones pero la econom¨ªa no se modificar¨¢ solo porque le exijamos que sea m¨¢s justa; ni la corrupci¨®n ser¨¢ erradicada al conjuro de un solo hombre, as¨ª sea el presidente.
El pueblo no es bueno ni malo per se; la gente simplemente hace lo que tiene que hacer para sobrevivir. Y las estrategias de supervivencia est¨¢n viciadas por un sistema viciado. En el peor de los casos descarrilar¨¢ trenes si tiene que hacerlo, linchar¨¢ sin piedad a presuntos ladrones ante la mera sospecha, har¨¢ trampas para hacerse de un subsidio adicional, provocar¨¢ un bloqueo de carreteras sin importar a quien afecte con tal de resolver su problema. En otras ocasiones esa misma gente compartir¨¢ su alimento y actuar¨¢ bajo c¨®digos de honor sin importar sacrificios. Pero no se puede gobernar asumiendo que los mexicanos solo somos lo segundo.
A estas alturas AMLO debe saber que el sapo no se transform¨® en pr¨ªncipe simplemente por darle un beso intencionado. M¨¦xico no cambi¨® el 1 de diciembre. Inseguridad, corrupci¨®n, econom¨ªa desigual y distorsionada gozan de cabal salud.
Se entiende que cuatro meses es poco tiempo para esperar alg¨²n cambio significativo. Pero me da la impresi¨®n de que L¨®pez Obrador realmente cre¨ªa que los mexicanos comenzar¨ªan actuar distinto si llegaba un presidente capaz de mostrar una disposici¨®n honesta y sacrificada. No ha sido as¨ª.
Tambi¨¦n me preocupa verlo cada vez m¨¢s irritado, o quiz¨¢ confundido, por una realidad tan esquiva y que su reacci¨®n sea la descalificaci¨®n y la confrontaci¨®n. Como si el sapo tuviese la culpa de no haberse transformado en pr¨ªncipe y a fuerza de reclamos pudi¨¦semos conseguirlo.
Entre m¨¢s pronto se de cuenta el presidente de que su voluntad no basta para vencer a la realidad o para convencer a los otros de las bondades de sus medidas, m¨¢s pronto comenzar¨¢ a tratar de entender y sumar la voluntad de los muchos que siguen actuando en el M¨¦xico de antes. Que por desgracia sigue siendo el M¨¦xico de hoy.
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