Las miserias de la diplomacia colombiana
El Centro Democr¨¢tico vincul¨® el proceso de paz al narcotr¨¢fico y Trump seguramente no distinga ahora entre Santos y Duque
Dice un proverbio ¨¢rabe que "Al¨¢ le dio a los seres humanos dos orejas, dos ojos y una boca, para ver y escuchar dos veces antes de hablar". Y, agrega el refr¨¢n, "que es mejor no abrir los labios si no se est¨¢ seguro de lo que se va a decir". Siempre habr¨¢ consecuencias negativas cuando se habla m¨¢s de lo que se debe. Lo anterior aplica para la diplomacia colombiana, la cual ha vivido uno de los peores meses en su historia. No es una referencia a unas semanas negativas de un Gobierno que lleva apenas ocho meses, sino a una de las peores ¨¦pocas diplom¨¢ticas en varios a?os.
El junio de 2018, cuando el entonces candidato Iv¨¢n Duque gan¨® la presidencia, lo primero que hizo fue viajar a Washington. Se reuni¨® con el jefe de la CIA, el Departamento de Estado y en general el establecimiento republicano. All¨ª, Duque dijo dos cosas. Por un lado, ratific¨® las mentiras que por a?os su partido, el Centro Democr¨¢tico, hab¨ªa esparcido en las esferas pol¨ªticas norteamericanas. Seg¨²n esta versi¨®n, el proceso de paz y el Gobierno del entonces presidente Juan Manuel Santos eran los culpables del aumento de los cultivos de uso il¨ªcito. Lo segundo fue que, con la llegada del uribismo al poder todo se iba a resolver. Que la ¡°mano dura¡± regresaba y en cuesti¨®n de meses las cosas comenzar¨ªan a mejorar. De entrada, narcotizaron nuevamente las relaciones entre ambos pa¨ªses.
Luego, nombr¨® dos actores de la derecha m¨¢s dura para que lo representar¨¢n en los espacios pol¨ªticos m¨¢s importantes de Washington. Por un lado, a Francisco Santos en la Embajada de los Estados Unidos; por otro lado, al radical religioso Alejandro Ord¨®?ez en la embajada de la OEA. Su misi¨®n era, literalmente, ser los escuderos y replicadores de la pol¨ªtica norteamericana en la regi¨®n. Narcotr¨¢fico y Venezuela eran los temas. De hecho, Colombia fue la punta de lanza de la estrategia para desestabilizar a Maduro.
En los meses siguientes, el presidente Duque viaj¨® dos veces m¨¢s. En el ¨²ltimo de esos viajes, se vio con el presidente Trump. Parec¨ªa, que hab¨ªa una ¡°luna de miel¡± entre ambos Gobiernos. Sin embargo, eso dur¨® poco. Hace apenas tres semanas, Trump se refiri¨® a Duque como un buen tipo, pero, que no hab¨ªa hecho nada en el tema de narcotr¨¢fico. Incluso, dijo que ahora entraba m¨¢s droga a Estados Unidos que antes. Hace apenas unos d¨ªas, nuevamente el presidente Trump arremeti¨®, y se refiri¨® a Colombia como una gran amenaza para la seguridad de los Estados Unidos.
En la primera ocasi¨®n el presidente guard¨® silencio. Su canciller no apareci¨® por ning¨²n lado y los ministros pr¨¢cticamente se escondieron. En la segunda ocasi¨®n todos los ministros se escondieron, incluido el canciller y el ¨²nico que habl¨® fue el presidente Duque. Lo hizo manifestando la necesidad de la corresponsabilidad en la lucha contra las drogas. El pasado domingo, 14 de abril, fue a C¨²cuta el secretario de Estado norteamericano, el se?or Mike Pompeo. Con ¨¦l se vio el Duque. Nuevamente quedaba claro que Colombia seria la punta de lanza contra Maduro en la regi¨®n y mostraba que las humillaciones diplom¨¢ticas no le importaban.
As¨ª las cosas, el Gobierno Duque fue a Estados Unidos cuando nadie lo estaba invitando. Fue la diplomacia colombiana la que presion¨® las visitas; prometi¨® cosas que nadie le estaba pidiendo; se comprometi¨® con fechas que eran imposibles de cumplir. Sacrific¨® lo que se hab¨ªa hecho en a?os de diplomacia para desnarcotizar las relaciones. Pero, sobre todo, fue v¨ªctima de su propio invento. Durante a?os su partido dijo mentiras sobre el tema de narcotr¨¢fico, se encarg¨® de expandir rumores con su lobby y al final seguramente lo que ocurre con Trump es que no distingue entre Santos y Duque, entre un Gobierno y el otro.
Tambi¨¦n es claro que las palabras soberan¨ªa y dignidad no est¨¢n en el vocabulario del Gobierno colombiano. Ahora, su principal aliado muestra la miseria de la estrategia diplom¨¢tica y esto durar¨¢ por los menos 18 meses. Todo parece indicar que el presidente Trump est¨¢ planeando posicionar el miedo como su principal arma electoral y Colombia est¨¢ en la mira.
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