L¨®pez, el dilema de S¨¢nchez

El Gobierno espa?ol ha declarado que no entregar¨¢ a Leopoldo L¨®pez a las autoridades venezolanas y que, adem¨¢s, el l¨ªder opositor no ha solicitado asilo. V¨ªa Twitter, Pedro S¨¢nchez inform¨® de que reconoc¨ªa a Juan Guaid¨® como presidente interino. Sin embargo, en el mismo comunicado expresa que ha mantenido los canales de di¨¢logo con todos los sectores, incluyendo un encuentro entre el embajador y el ministro de Exteriores de Nicol¨¢s Maduro.

Surgen por tanto muchas dudas. ?Qu¨¦ escenarios se abren y qu¨¦ regulan las normas internacionales y nacionales en este caso in¨¦dito? La respuesta no es sencilla.

Desde el punto de vista del derecho internacional, la residencia del embajador se encuentra amparada por la protecci¨®n diplom¨¢tica de la inviolabilidad de los lugares de la misi¨®n. Las autoridades venezolanas no pueden entrar ¡ªy, menos a¨²n, detener a L¨®pez¡ª?sin autorizaci¨®n de Espa?a. Esto implicar¨ªa una violaci¨®n del derecho internacional, responsabilidad internacional y la consecuente reacci¨®n espa?ola; por no hablar del aumento de la tensi¨®n en una relaci¨®n ya problem¨¢tica.

Adem¨¢s, la figura de hu¨¦sped no est¨¢ regulada en dicho derecho. Es una pr¨¢ctica pol¨ªtica que algunos pa¨ªses han venido utilizando, amparada en dicha inviolabilidad. Al no haber norma, esta se encuentra en un limbo jur¨ªdico, lo que cobra importancia cuando la estancia se alarga y no hay salida pol¨ªtica.

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Para complicar el panorama, la legislaci¨®n espa?ola no reconoce el asilo diplom¨¢tico (aquel que se concede en el pa¨ªs del solicitante), solo el territorial, y para ello L¨®pez tendr¨ªa que abandonar Venezuela. ?C¨®mo podr¨ªa hacerlo sin autorizaci¨®n de Maduro, a quien Espa?a no reconoce como presidente leg¨ªtimo?

Tampoco proceder¨ªa pedir el salvoconducto (autorizaci¨®n de Venezuela para sacarlo del pa¨ªs), al no haber estatuto de asilado de por medio y, de proceder, ?a qui¨¦n se lo solicitar¨ªa? Guaid¨® no tiene el control efectivo de la fuerza p¨²blica, por lo que no puede garantizar la protecci¨®n de L¨®pez y de su familia. Necesariamente, Espa?a tendr¨ªa que negociar con Maduro, con lo que la nota diplom¨¢tica de petici¨®n de salvoconducto constituir¨ªa un reconocimiento expreso de este.

A diferencia de los Estados de Am¨¦rica Latina, Espa?a no es parte del Convenio de Caracas, que regula el asilo. Se aplican normas de la Convenci¨®n de Ginebra sobre Refugiados de 1951 pero, como ya se?alamos, en el caso espa?ol la ley exige que la persona se encuentre fuera del pa¨ªs de su nacionalidad, lo que no es el caso. Pedro S¨¢nchez tampoco puede abstraerse del hecho que existe una importante comunidad espa?ola a quien debe dar protecci¨®n consular y necesita mantener los contactos con autoridades de Maduro ¡ªesto explica, en parte, por qu¨¦ Espa?a no ha declarado persona non grata al embajador de Venezuela en Madrid¡ª, reconociendo la realidad de que el control a¨²n lo tiene Maduro. Solo desde la pol¨ªtica, y con la voluntad de todas las partes, podr¨¢ encontrarse la salida. ?Ser¨ªa un principio para resolver la crisis venezolana?

Paulina Astroza es profesora de Derecho Internacional P¨²blico y Relaciones Internacionales en la Universidad de Concepci¨®n (Chile). Este art¨ªculo ha sido elaborado por Agenda P¨²blica para El Pa¨ªs.