Ataque al Congreso: ?El principio del fin?
En Venezuela, las acciones del Tribunal Supremo contra el Legislativo violentan la separaci¨®n de poderes esencial a cualquier democracia
La ¨²ltima arremetida contra varios diputados del legislativo de Venezuela, la detenci¨®n de su vicepresidente de la Asamblea Nacional (AN), ?dgar Zambrano, y el impedimento el martes a los diputados ¡ªcon un pretexto balad¨ª¡ª de ingresar al , tiene algo de d¨¦j¨¤ vu, por lo que hay en ello de reiteraci¨®n en el atropello contra la democracia. Lo que viene ocurriendo tiene particular gravedad y pone de relieve tres asuntos.
Primero, pasos represivos muy concretos para liquidar, ya, al Poder Legislativo. Eso, a trav¨¦s de duras medidas ¡ªcontra varios diputados y su vicepresidente¡ª para trabar el funcionamiento de la Asamblea Nacional elegida democr¨¢ticamente el 2015. Dos a?os despu¨¦s el r¨¦gimen gest¨® una Asamblea Nacional Constituyente (ANC) como poder paralelo para inmovilizar al Legislativo.
De una surrealista cohabitaci¨®n, en el mismo inmueble, entre la Asamblea Nacional democr¨¢ticamente elegida y la ANC gestada por el r¨¦gimen el 2017, el local est¨¢ pasando a ser gradualmente ocupado s¨®lo por la ANC; simb¨®lica expresi¨®n inmobiliaria de la liquidaci¨®n del ¨²ltimo vestigio de los checks and balances de la democracia. Como lo ha expresado, con precisi¨®n, la Academia de Ciencias Pol¨ªticas y Sociales de Venezuela, se est¨¢ ante una desviaci¨®n de poder que ¡°tiene por finalidad impedir el funcionamiento del ¨®rgano del poder p¨²blico que, precisamente, representa la voluntad popular¡±.
Segundo, un sistema judicial y de ministerio p¨²blico cuyas ¨²ltimos visos de independencia frente al Ejecutivo se han esfumado por completo en las ¨²ltimas dos semanas. Se recubre, ahora, de torpes formalidades el zarpazo contra una inmunidad parlamentaria que ya se encuentra liquidada. Con celeridad digna de mejor causa, e indudable atropello de las normas constitucionales sobre esa inmunidad, inmediatamente despu¨¦s de la acusaci¨®n por el disciplinado Fiscal General Tarek William Saab, la Sala Plena del Tribunal Supremo de Justicia emiti¨® las sentencias N¡ã 17, 18 y 19 de 2, 7 y 8 de mayo contra varios diputados y con base en las cuales fue detenido el 8 de mayo el vicepresidente de la Asamblea Nacional.
Las acciones del Tribunal Supremo contra el Legislativo violentan la separaci¨®n de poderes esencial a cualquier democracia ¡ªcontenida en el art¨ªculo 136 constitucional¡ª as¨ª como la disposici¨®n que establece que los diputados no pueden ser procesados sin la ¡°previa autorizaci¨®n de la Asamblea Nacional para que pueda ordenarse su detenci¨®n y continuar su enjuiciamiento¡±.
Tercero, un impacto en la comunidad internacional que ahonda el aislamiento del r¨¦gimen y abre el abanico de quienes buscan una soluci¨®n democr¨¢tica a la crisis institucional en Venezuela. Cierto que una Organizaci¨®n de Estados Americanos (OEA) en crisis y debilitada por errores en su conducci¨®n, no es hoy el foro de la fuerza y legitimidad que dio aprobaci¨®n el 2001 a la fundamental Carta Democr¨¢tica Interamericana.
Pero es sintom¨¢tico que en la sesi¨®n del Consejo Permanente de este lunes se haya aprobado por consenso una resoluci¨®n que rechaza estos ataques a los miembros del legislativo. Pa¨ªses que han procurado cuidado en el pasado cercano vertebrar una dif¨ªcil posici¨®n de distancia/equilibrio ¡ªM¨¦xico, Rep¨²blica Dominicana o Uruguay¡ª no se opusieron a esa firme condena.
En paralelo, destacan en este contexto de ¡°situaci¨®n l¨ªmite¡± importantes movimientos de piezas en el escenario global apuntando hacia una salida pac¨ªfica y negociada de la situaci¨®n. No es irrelevante el dinamismo que se avizora desde la Uni¨®n Europea, el papel de Noruega ¡ªpa¨ªs curtido en procesos de mediaci¨®n y soluci¨®n de conflictos¡ª y los di¨¢logos que ya viene impulsando, contactos entre Elliot Abrams con integrantes del r¨¦gimen de Maduro y los ¡°buenos oficios¡± de algunos ante actores ineludibles como Rusia, Cuba y China para quienes el colapso de las instituciones en Venezuela no puede ser para nada indiferente.
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