Trump llama, pero Ir¨¢n no contesta al tel¨¦fono
Teher¨¢n se niega a renegociar el pacto nuclear, como quiere la Casa Blanca, con un presidente que ha llevado la situaci¨®n al l¨ªmite
Existe un patr¨®n en la estrategia de pol¨ªtica exterior de Donald Trump, que muchos sit¨²an en su experiencia en el mundo de los negocios. ¡°El presidente primero lanza una fanfarronada, luego intimida y provoca una crisis, para forzar a la otra parte a ceder y llegar a un acuerdo que ser¨¢, por m¨ªnimas que sean las concesiones, ¡®el mejor del mundo¡±, explica Mark Cancian, del Centro de Estudios Internacionales y Estrat¨¦gicos, con sede en Washington. ¡°Ese m¨¦todo de fanfarronada e intimidaci¨®n es muy diferente as los m¨¦todos tradicionales de la diplomacia¡±, a?ade. As¨ª present¨®, por ejemplo, su renegociaci¨®n del NAFTA, el acuerdo comercial con M¨¦xico y Canad¨¢: las peque?as realizadas por los dos pa¨ªses ante la amenaza de una ruptura convirtieron un acuerdo ¡°horrible¡± en ¡°el mejor de la historia¡±, que justifica la tensi¨®n que lo precedi¨® y el deterioro de la confianza entre los socios.
A ese patr¨®n parece obedecer su estrategia con Ir¨¢n: el presidente siempre confi¨® en que llevando la situaci¨®n al l¨ªmite lograr¨ªa atraer a Ir¨¢n a la mesa negociadora. Pero en este complicad¨ªsimo frente, puede haber ido demasiado lejos. El l¨ªder supremo de Ir¨¢n, el ayatol¨¢ Ali Jamenei, declar¨® el pasado martes que su pa¨ªs ¡°no busca una guerra¡± con Estados Unidos. En medio del redoble de tambores por su refuerzo militar en el golfo P¨¦rsico, Trump hizo saber dos d¨ªas despu¨¦s que ¨¦l tampoco quiere que la lecci¨®n que pretende dar a la Rep¨²blica Isl¨¢mica llegue tan lejos. En su habitual estilo, el inquilino de la Casa Blanca ha pasado su n¨²mero a los dirigentes iran¨ªes y se proclama seguro de que Teher¨¢n ¡°estar¨¢ dispuesto a hablar pronto¡±. Todo indica que su tel¨¦fono no va a sonar.
Los apoyos internacionales del presidente norteamericano son escasos. Con la relaci¨®n transatl¨¢ntica cada vez m¨¢s maltrecha tras dos a?os de desplantes de Trump, sus aliados europeos no dan signos de querer acompa?ar a Estados Unidos en una escalada b¨¦lica basada en una inteligencia poco transparente, que inevitablemente evoca a las circunstancias que rodearon la invasi¨®n de Irak de 2003.?No obstante, la preocupaci¨®n que han causado los ataques esta semana contra cuatro petroleros en aguas de Emiratos ?rabes e instalaciones de bombeo de crudo en Arabia Saud¨ª, han llevado a rey saud¨ª a convocar una reuni¨®n de urgencia de los l¨ªderes ¨¢rabes el pr¨®ximo d¨ªa 30 en La Meca.
El mundo pide calma. Y, a 18 meses de las elecciones presidenciales en EE UU, lo ¨²ltimo que le conviene a Trump es enfangarse en un endiablado conflicto con Ir¨¢n que le distraiga de su mensaje de ¡°Am¨¦rica primero¡±. As¨ª que la Casa Blanca trata de echar el freno. Seg¨²n oficiales an¨®nimos citados por The Washington Post, el Gobierno estadounidense contempla un plazo de seis meses para que las sanciones obliguen al r¨¦gimen iran¨ª a buscar un acuerdo o enfrentarse a una revuelta en las calles. El presidente asegur¨® el mi¨¦rcoles por Twitter que conf¨ªa en que ¡°Ir¨¢n va a querer hablar pronto¡±.
La diplomacia busca la manera de abrir v¨ªas de di¨¢logo, pero todas esas rutas secundarias parecen estar cortadas a un Gobierno estadounidense cada vez m¨¢s aislado en el mundo. ¡°No, no hay posibilidad de negociaciones. No s¨¦ por qu¨¦ el presidente Trump se muestra tan confiado, pero est¨¢ completamente equivocado¡±, respond¨ªa el ministro iran¨ª de Asuntos Exteriores, Mohammad Javad Zarif, al ser preguntado al respecto.
Tal ha sido el objetivo declarado de Trump desde que el a?o pasado sacara a Estados Unidos del acuerdo nuclear de 2015, por el que Ir¨¢n acept¨® limitar su programa at¨®mico a cambio del levantamiento de las sanciones que castigaban su econom¨ªa. El presidente norteamericano estim¨® que el pacto era insuficiente para impedir que Teher¨¢n desarrollara armas nucleares y no frenaba ni su programa de misiles bal¨ªsticos, ni su interferencia en los pa¨ªses vecinos. De ah¨ª que, con el objetivo de forzar a Ir¨¢n a renegociarlo, Washington intente impedirle exportar su petr¨®leo y haya fomentado un clima preb¨¦lico.
¡°Ni Jamenei ni [el presidente Hasan] Rohani van a telefonear directamente a Trump¡±, afirma Luciano Zaccara, profesor de la Universidad de Qatar, con larga experiencia en Ir¨¢n. ¡°El l¨ªder ha dicho muy claro esta semana no a la guerra y a las negociaciones. Ir¨¢n siempre ha subrayado que no va a sentarse a hablar bajo presi¨®n y nunca lo ha hecho. Despu¨¦s de que se filtrara que Trump hab¨ªa dicho a sus asesores que no quer¨ªa llegar a un conflicto armado, hay quien considera que si cesa a [su consejero de Seguridad Nacional John] Bolton y Estados Unidos cambia de actitud, Jamenei podr¨ªa dar el visto bueno para rebajar el tono; es una visi¨®n optimista que no me convence¡±, resume en conversaci¨®n telef¨®nica.
En efecto, el l¨ªder supremo, que tiene la ¨²ltima palabra en los temas de seguridad nacional, se ha manifestado tajante: ¡°Negociar con Estados Unidos es veneno, y con la actual Administraci¨®n, doble veneno¡±. Sin embargo, su elecci¨®n de t¨¦rminos remite a otra situaci¨®n que tambi¨¦n parec¨ªa irresoluble. Ir¨¢n acept¨® poner fin a la guerra con Irak en 1988 despu¨¦s de que un misil norteamericano derribara un avi¨®n comercial iran¨ª con 290 personas a bordo. El ayatol¨¢ Ruhola Jomeini, fundador de la Rep¨²blica Isl¨¢mica y predecesor de Jamenei, dijo que era una decisi¨®n ¡°m¨¢s mortal que ingerir veneno¡±; aun as¨ª, opt¨® por encomendarse a Dios y ¡°beberlo para su satisfacci¨®n¡±.
Desde el entorno de Jamenei, se ha tachado de ¡°guerra psicol¨®gica¡± que EE UU haya enviado al golfo P¨¦rsico un portaaviones, bombarderos B-52 y misiles Patriot. No obstante, la presi¨®n econ¨®mica est¨¢ teniendo efecto. El presidente Rohani ha llegado a comparar la situaci¨®n actual a aquel conflicto con Irak. ¡°Al menos entonces no ten¨ªamos un problema con nuestros bancos, las ventas de petr¨®leo o las importaciones y exportaciones, y s¨®lo hab¨ªa sanciones sobre la compra de armas¡±, dijo recientemente.
La reimposici¨®n de sanciones no s¨®lo ha golpeado gravemente su econom¨ªa (espantando a los inversores extranjeros, depreciando la moneda y disparando la inflaci¨®n), sino que ha dado alas a los sectores m¨¢s intransigentes del r¨¦gimen que nunca vieron con buenos ojos el acuerdo nuclear. Pero incluso los moderados recelan de las intenciones del presidente norteamericano.
"Nadie en Ir¨¢n est¨¢ dispuesto a negociar con Trump, ya que no hay ninguna confianza en ¨¦l. ?C¨®mo podemos negociar con un Gobierno que anuncia oficialmente que su objetivo es el cambio del sistema iran¨ª?", explicaba Kamal Kharrazi, asesor de Jamenei que fue ministro de Exteriores con el reformista Mohamed Jatam¨ª.
De momento, no hay se?ales de que Teher¨¢n busque volver a negociar. Los dirigentes parecen interpretar que Estados Unidos ya ha jugado todas sus cartas y que ahora es su turno de presionar con la reanudaci¨®n escalonada de las actividades nucleares, tal como ha anunciado Rohani. Todo ello sin dejar de prepararse para una eventual agresi¨®n exterior, tal como alardea la Guardia Revolucionaria.
En EE UU, la situaci¨®n alimenta el temor a una guerra que el comandante en jefe del pa¨ªs nunca quiso. En su reuni¨®n del jueves en la Casa Blanca, el ministro de Defensa en funciones, Patrick Shahanan, y su equipo presentaron al presidente una serie de opciones militares para un conflicto que se antoja muy diferente a la guerra de Irak. Un pa¨ªs mucho m¨¢s grande y poblado, sin unas fuerzas armadas muy poderosas pero con numerosas milicias repartidas por la regi¨®n que podr¨ªan plantear una imprevisible guerra de guerrillas.
El mensaje de Trump al Pent¨¢gono entra?a un aviso a los dos halcones, Mike Pompeo y John Bolton, secretario de Estado y consejero de Seguridad Nacional, a quienes responsabiliza de haberle arrastrado a dos encrucijadas, en Ir¨¢n y en Venezuela, hasta la fecha est¨¦riles y de pron¨®stico poco claro. El presidente asegur¨® en Twitter que ¡°no hay peleas internas¡±, sino que ¡°se expresan diferentes opiniones¡± y despu¨¦s ¨¦l mismo toma ¡°la concluyente decisi¨®n final¡±. Las tensiones de Pompeo y Bolton con el Pent¨¢gono resultan evidentes, y ahora tambi¨¦n existir¨ªan fisuras, seg¨²n publicaba Politico el viernes, entre los dos halcones. El objetivo de Pompeo ser¨ªa apretar a Ir¨¢n hacia la negociaci¨®n, mientras que Bolton es profundamente esc¨¦ptico sobre el valor y la posibilidad de un di¨¢logo.
La reimposici¨®n de sanciones no s¨®lo ha golpeado gravemente la econom¨ªa iran¨ª (espantando a los inversores extranjeros, depreciando la moneda y disparando la inflaci¨®n), sino que ha dado alas a los sectores m¨¢s intransigentes del r¨¦gimen que nunca vieron con buenos ojos el acuerdo nuclear. Pero incluso los moderados recelan de las intenciones del presidente norteamericano.
"Nadie en Ir¨¢n est¨¢ dispuesto a negociar con Trump, ya que no hay ninguna confianza en ¨¦l. ?C¨®mo podemos negociar con un Gobierno que anuncia oficialmente que su objetivo es el cambio del sistema iran¨ª?", explicaba Kamal Kharrazi, asesor de Jamenei que fue ministro de Exteriores con el reformista Mohamed Jatam¨ª.
Los dirigentes iran¨ªes no son los ¨²nicos que desconf¨ªan. ¡°Si Trump realmente quiere hablar [con Ir¨¢n] deber¨ªa cesar a Bolton, anular su pol¨ªtica de cero exportaciones de petr¨®leo, dar margen de maniobra a Teher¨¢n y abrir una v¨ªa de comunicaci¨®n¡±, sugiere Ellie Geranmayeh, especialista en Ir¨¢n del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR, en sus siglas inglesas). Entonces, ?es posible el di¨¢logo? ¡°Es posible, pero en este momento no parece probable, ya que resulta muy dif¨ªcil que Estados Unidos cumpla esas condiciones¡±, argumenta por tel¨¦fono.
Ambas partes han llegado tan lejos en su escalada verbal y de gestos que cuesta ver c¨®mo van a salir de la situaci¨®n. Geranmayeh considera ¡°naif pensar que Ir¨¢n va a sacar la bandera blanca; desde la perspectiva del liderazgo iran¨ª, sentar¨ªa un peligroso precedente de que responde a la presi¨®n¡±, se?ala. ¡°Ser¨ªa un signo de debilidad cuando, por mucho que Rohani haya descrito una situaci¨®n casi de guerra, ni siquiera se ha disparado un tiro¡±, concurre Zaccara.
Para Geranmayeh otro problema es el car¨¢cter de Trump. ¡°Busca una cumbre p¨²blica al estilo de las que ha mantenido con los l¨ªderes chino y norcoreano; eso pone las cosas muy dif¨ªciles para los iran¨ªes, ya que la pol¨ªtica interna no permitir¨ªa a Rohani una reuni¨®n de ese tipo tras el fiasco del acuerdo nuclear¡±, explica la investigadora del ECFR, que recuerda que si el presidente iran¨ª no lleg¨® a reunirse con Obama dif¨ªcilmente va a hacerlo con su controvertido sucesor. En su opini¨®n, una cumbre con Trump no garantizar¨ªa a Rohani el levantamiento de las sanciones y el coste interno ser¨ªa muy peligroso. ¡°Su gobierno no puede arriesgarse a otro fracaso diplom¨¢tico¡±, asegura.
Existe un amplio consenso en la necesidad de activar en las pr¨®ximas semanas un canal de comunicaci¨®n que permita mantener contactos discretos con resultados tangibles. A este respecto, Geranmayeh ve como una oportunidad perdida por ambas partes la visita que Zarif hizo a la ONU en abril, antes de la escalada, y en la que ofreci¨® a EE. UU. un intercambio de los ciudadanos de cada pa¨ªs presos en el otro. ¡°Se necesita una plataforma que permita abordar cuestiones concretas distintas de la nuclear. Hoy por hoy, parece muy dif¨ªcil que las dos partes puedan reunirse sobre el asunto nuclear porque las posiciones est¨¢n demasiado enfrentadas¡±, resume.
En cuanto qu¨¦ pa¨ªses puede ayudar a establecer ese canal discreto de comunicaci¨®n, que Om¨¢n ofreci¨® en los proleg¨®menos del acuerdo nuclear, Irak encabeza la lista. Por un lado tiene l¨ªnea directa tanto con Teher¨¢n como con Washington. Por otro, ya ha actuado como tal durante la reciente visita del secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, que sirvi¨® para comunicar las l¨ªneas rojas de ambas partes y evitar malos entendidos.
Geranmayeh defiende que tambi¨¦n algunos pa¨ªses clave en Europa, ¡°aquellos con m¨¢s huella en Oriente Pr¨®ximo como Francia y el Reino Unido, incluso Alemania, que estuvo con ellos en el inicio de las negociaciones nucleares, podr¨ªan utilizar sus canales de comunicaci¨®n al m¨¢s alto nivel para establecer un mecanismo que disminuyera la tensi¨®n¡±. Sugiere que, por ejemplo, podr¨ªan utilizar sus fuerzas navales en el golfo P¨¦rsico y aleda?os para prevenir errores.
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