Una decepci¨®n para el avance de las mujeres
Las activistas indias temen un retroceso de los pocos resultados logrados tras el MeToo
¡°Si gana el BJP no me voy a quedar quieta, seguir¨¦ dando la batalla para contrarrestar la mayor amenaza posible para las mujeres indias¡ aunque eso me cueste la c¨¢rcel, tambi¨¦n resistir¨¦ all¨ª. Luchar¨¦¡±. Entre gui?os y sonrisas a juego con un esplendoroso sari, Ranjana Kumari, activista de larga data y directora de la ONG Centre for Social Research, recurr¨ªa a la complicidad de las bromas para contener su temor en v¨ªsperas del anuncio de la victoria del partido de Narendra Modi.
¡°El BJP nos quiere como esposas, madres o hijas; pretende reforzar el papel tradicional de las mujeres, no hay m¨¢s que ver la escasa presencia femenina en sus filas: solo el 11,5% de los candidatos¡±, apunta Kumari, bindi rojo en el entrecejo y perteneciente a una estirpe de combatientes (su padre fue uno de los h¨¦roes de la independencia india). ?Y qu¨¦ hay de las ministras? ¡°Ornamentales, decorativas, como la titular de Exteriores, un puesto tradicionalmente de peso en cualquier Gabinete pero a la que Modi ha tenido de visita por pa¨ªses irrelevantes. El que llevaba las riendas del Ministerio era ¨¦l¡±.
Kumari, que lleva un cuarto de siglo intentando que se apruebe la ley de cuotas, consistente en reservar el 33% de los puestos para las mujeres en el Parlamento y las Asambleas estatales ¡ªuna cifra que s¨ª se aplica en los panchayat, o Gobiernos locales¡ª, recurre a un ejemplo muy gr¨¢fico para retratar el escaso inter¨¦s que la cuesti¨®n de g¨¦nero ha merecido al primer Ejecutivo de Modi. ¡°Con el apoyo de 45 diputados le hemos escrito 5.000 cartas para pedirle una reuni¨®n. No nos ha contestado siquiera, pero mientras tanto pon¨ªa bajo la lupa a activistas de otros ¨¢mbitos: Amnist¨ªa Internacional, ecologistas, etc¨¦tera. La voz de las mujeres era simplemente deso¨ªda¡±.
Kumari, y otras muchas activistas, temen que la mayor¨ªa absoluta del BJP d¨¦ al traste con el t¨ªmido impacto del movimiento MeToo en la India, tard¨ªo y limitado a sectores como la clase media urbana. ¡°Todos los ¨¢mbitos ¡ªfamilia, comunidad, casta, religi¨®n¡ª se confabulan para quitar poder a las mujeres. Y cuando pol¨ªticos como Modi hablan de que nos van a proteger, me echo a temblar: la protecci¨®n te hace m¨¢s vulnerable. Eso de la protecci¨®n es parte de la ideolog¨ªa masculina¡±.
En las ant¨ªpodas, y aunque la organizaci¨®n que lidera no pertenece oficialmente al BJP, Alok Kumar, presidente en funciones del Vishva Hindu Parishad (VHP, Consejo Mundial Hind¨², uno de los principales grupos hindutva), cree que la victoria de Modi ser¨¢ buena para todos, mujeres incluidas. ¡°Las mujeres son iguales que los hombres, pero en la India no hemos llegado a ese nivel. Deben tener iguales derechos, pero tambi¨¦n obligaciones, y la primera es fomentar la armon¨ªa social desde los hogares. Nos preocupa mucho ver tantas tensiones en el seno de las familias. Las familias nucleares est¨¢n creciendo y las peticiones de divorcio se han disparado. Queremos revitalizar los valores hind¨²es en el seno de nuestras familias para mejorar la cohesi¨®n social¡±, explicaba este jueves en Delhi.
Eppur si muove, hay t¨ªmidas se?ales de que la perspectiva de g¨¦nero se abre paso, si no en la agenda pol¨ªtica, s¨ª en la vida cotidiana. Pese a que s¨®lo el 9% de la Polic¨ªa de Nueva Delhi son mujeres, se las ingenian para atender en primera instancia a las cong¨¦neres que denuncian cualquier acto de violencia de g¨¦nero. Hay coches patrulla a cargo de parejas de agentes de sexo femenino. Algunos taxis de la capital india lucen adhesivos bien visibles que rezan: ¡°Este coche respeta a las mujeres¡±. Y en la extensa red del metro de la ciudad hay tambi¨¦n vagones reservados para ellas, aunque algunas activistas consideran que la segregaci¨®n no ayuda mucho a conquistar el espacio p¨²blico.
Pero la realidad sigue d¨¢ndose de bruces con recurrentes noticias de ataques con ¨¢cido, violaciones masivas o, simplemente, reveses judiciales a intentos de denunciar una situaci¨®n de acoso en el trabajo. La ¨²ltima contrariedad se produjo hace unas semanas, cuando el presidente del Tribunal Supremo, Ranjan Gogoi, fue absuelto de una denuncia de acoso sexual presentada por una antigua empleada. A la mujer no se le permiti¨® comparecer acompa?ada de un abogado durante el proceso.
Una piloto de la compa?¨ªa a¨¦rea nacional, Air India, acaba de denunciar tambi¨¦n a un compa?ero senior por acoso sexual en el trabajo, y el presidente de la aerol¨ªnea ha prometido tolerancia cero al respecto. Pero en un pa¨ªs donde en 2016 se registraron 38.947 violaciones (datos oficiales) y son comunes los feminicidios, estos detalles parecen una gota de agua: tal vez un reflejo condicionado del MeToo. Con una representaci¨®n pol¨ªtica a¨²n escasa ¡ªy programas electorales m¨¢s que nimios en temas de g¨¦nero¡ª, Kumari pone el dedo en la llaga: ¡°El 23% de las ni?as no han sido escolarizadas. ?C¨®mo no van a importar las cuotas? Solo hay contadas excepciones: el Trinamool Congress en Bengala Occidental [liderado por una mujer], que ha reservado el 42% de sus candidaturas a las mujeres, y el BJD de Odisha, con el 33%¡±.
No todo est¨¢ perdido: ambos partidos han logrado revalidar su victoria.
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