El ministro de Exteriores gana apoyos como candidato para un Brexit moderado

Los euroesc¨¦pticos brit¨¢nicos han vuelto a darse un tiro en el pie. Michael Gove, que se perfilaba como mayor rival del favorito, Boris Johnson, ha comenzado desde este fin de semana a deslizarse por la marginalidad al confesar de un modo oportunista su consumo pasado de coca¨ªna. El exalcalde de Londres, por su parte, ha propuesto una bajada de impuestos a las rentas altas recibida con frialdad. Y el ministro de Exteriores, Jeremy Hunt, que se presenta como el candidato responsable capaz de llevar al Brexit a buen puerto, ha visto subir sus apoyos.

Se acabaron los pa?os calientes, y la lucha pol¨ªtica por el liderazgo del Partido Conservador se convirti¨® desde este lunes en una cuesti¨®n personal. La formaci¨®n ha anunciado los nombres de los diez pol¨ªticos que han reunido los apoyos necesarios y han registrado su nombre en la competici¨®n. Los dos candidatos que hasta hace nada aparec¨ªan en todas las encuestas como favoritos no han tardado en bajar la guardia y abrir un hueco al que sus rivales se han lanzado. Johnson, al dar muestra de su conocida inconsistencia. Gove, al revelar su fama de taimado con una confesi¨®n que se ha vuelto en su contra.

El exalcalde de Londres, que evita al m¨ªnimo las apariciones p¨²blicas en una campa?a dise?ada para minimizar errores, ha anunciado? en su columna semanal de The Daily Telegraph su prop¨®sito de subir de 55.000 euros anuales a 90.000 la cifra de ingresos a partir de la cual se pagar¨ªa el tipo m¨¢ximo del 40% en el impuesto sobre la renta. La rebaja fiscal siempre es, en teor¨ªa, mercanc¨ªa ganadora en campa?a. Pero en un pa¨ªs reci¨¦n salido de la austeridad, con una base electoral que apoya el Brexit como castigo al establishment, y cuando Johnson pretend¨ªa cultivar una imagen inclusiva y moderna, la jugada se le ha vuelto en contra. ¡°Es el modo de presentar a los conservadores como el partido de los privilegiados, que se dedica solamente a ayudar a los m¨¢s ricos¡±, ha dicho Dominic Raab, quien parad¨®jicamente se presenta a s¨ª mismo como el candidato del Brexit duro y la pol¨ªtica econ¨®mica m¨¢s thatcheriana. ¡°Yo nunca usar¨ªa nuestro sistema impositivo para dar otra rebaja a los que ya son ricos. M¨¢s bien lo destinar¨ªa a ayudar a las peque?as y medianas empresas¡±, ha defendido Gove, quien por primera vez en muchas horas vio la oportunidad de salir de la trampa y pasar al ataque. Porque su oportunista confesi¨®n de que hace veinte a?os, cuando ejerc¨ªa de periodista, consumi¨® coca¨ªna en varias ocasiones, ha despertado poca solidaridad. El actual ministro de Medio Ambiente, que hace tres a?os hizo historia pol¨ªtica al traicionar en el ¨²ltimo segundo a Johnson y cuestionar su capacidad, ha sido acusado de hip¨®crita por pretender de medios y rivales una comprensi¨®n hacia su pasado uso de drogas que ¨¦l no tuvo nunca, en su etapa al frente de Educaci¨®n, con los profesores cazados en ese renuncio.

En medio de los problemas autoinfligidos de Johnson y Gove, ha surgido con fuerza la figura de Jeremy Hunt. El ministro de Asuntos Exteriores, considerado por sus cr¨ªticos como una r¨¦plica en masculino de la ambig¨¹edad y tibieza de Theresa May, ha conseguido de momento transmitir una imagen de responsabilidad de la que carecen los favoritos. Y ha logrado apoyos de peso en el lanzamiento de su candidatura. La ministra de Trabajo y Pensiones, Amber Rudd, y la de Defensa, Penny Mordaunt, le expresaron su respaldo. ¡°Conf¨ªo en ¨¦l para gestionar el Brexit, porque le he visto actuar en las reuniones del Consejo de Ministros del ¨²ltimo a?o. Todos los bandos le otorgan credibilidad, pero tampoco ¨¦l dud¨® en tomar partido, y lo hizo por una salida de la UE con acuerdo¡±, ha dicho Mordaunt.