Teher¨¢n recibe el apoyo de Rusia tras el incidente en el golfo de Om¨¢n
Mosc¨² llama a no sacar "conclusiones precipitadas" despu¨¦s de que Washington atribuyese el incidente a Ir¨¢n
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EE UU e Ir¨¢n han intercambiado este viernes acusaciones sobre la responsabilidad de los ataques a dos petroleros en el golfo de Om¨¢n la v¨ªspera. Teher¨¢n no solo rechaz¨® las alegaciones de Washington, sino que sugiri¨® que son sus aliados Arabia Saud¨ª y Emiratos ?rabes Unidos quienes est¨¢n detr¨¢s. La Rep¨²blica Isl¨¢mica recibi¨® el apoyo de China y Rusia, que pidi¨® no sacar ¡°conclusiones precipitadas¡±, en una clara alusi¨®n a las acusaciones estadounidenses. El sabotaje a los buques no constituye un conflicto m¨¢s de los que salpican Oriente Pr¨®ximo. Dado el creciente encono entre la Casa Blanca de Trump y el r¨¦gimen iran¨ª, existe el peligro real de que se convierta en una mecha que conecte todos los incendios de la regi¨®n.
El presidente iran¨ª, Hasan Rohan¨ª, ha acusado a EE UU de ¡°representar una grave amenaza para la estabilidad en la regi¨®n y en el mundo, al violar todas las normas internacionales¡±. Rohan¨ª, que ha intervenido este viernes en una cumbre regional en Kishkek (Kirguist¨¢n), recibi¨® el apoyo de sus hom¨®logos chino y ruso, que ven en la crisis una ocasi¨®n para avanzar sus intereses en Oriente Pr¨®ximo a la vez que se reafirman frente a Trump. Desde Mosc¨², el Ministerio de Exteriores conden¨® el ataque a los barcos pero inst¨® a no sacar ¡°conclusiones precipitadas¡±, una clara referencia a la atribuci¨®n del incidente a Teher¨¢n por parte de la Casa Blanca. Es ¡°inaceptable¡± acusar a alguien ¡°hasta la conclusi¨®n de una investigaci¨®n internacional¡±, subrayaba. En Kishkek, Putin dijo que el responsable de la desestabilizaci¨®n de la regi¨®n es Washington por romper el pacto nuclear.
El mensaje ruso era el contrario del que sal¨ªa de Washington. ¡°Lo ha hecho Ir¨¢n¡±, sentenci¨® el presidente de EE UU, Donald Trump, durante una entrevista con Fox, su cadena de televisi¨®n favorita. Como prueba se refiri¨® al v¨ªdeo difundido horas antes por el Departamento de Defensa en el que, seg¨²n los militares, se ve a miembros de la Guardia Revolucionaria iran¨ª retirando una mina adherida al casco de uno de los buques afectados y que al parecer no lleg¨® a explotar.
Lo inusual de la rapidez con que se desclasificaron las im¨¢genes se ha interpretado como un intento de Washington por convencer a la comunidad internacional de la responsabilidad de Teher¨¢n. S¨®lo han servido para reforzar las convicciones de los convencidos. No ayuda que el propietario de uno de los buques, el Kokuka Courageous, anunciara que su tripulaci¨®nvio algo ¡°que volaba hacia el barco¡± antes de la primera explosi¨®n.
Adem¨¢s de negar cualquier relaci¨®n con el incidente naval, Ir¨¢n se ha arrogado la seguridad del estrecho de Ormuz. ¡°Estamos a cargo de mantener la seguridad en el Estrecho y rescatamos a las tripulaciones de los petroleros atacados en el menor tiempo posible (¡) las acusaciones del secretario de Estado Pompeo a Ir¨¢n son alarmantes¡±, declar¨® el portavoz del Ministerio de Exteriores iran¨ª, Abbas Musavi, citado por la agencia estatal IRNA.
Eso es justamente lo que preocupa a sus vecinos de la pen¨ªnsula Ar¨¢biga, en especial a Arabia Saud¨ª y Emiratos ?rabes que perciben a la Rep¨²blica Isl¨¢mica no s¨®lo como un rival regional, sino como un Estado con ambiciones imperiales. Desde su perspectiva, las t¨¢cticas empleadas son familiares. No s¨®lo porque el ¨²ltimo incidente se produce apenas un mes despu¨¦s de otro similar frente a la costa emirat¨ª, sino porque desde la revoluci¨®n de 1979 Ir¨¢n tiene un largo historial de operaciones encubiertas y apoyo a grupos armados en Oriente Pr¨®ximo que les hace desconfiar.
Ese recelo, oportunamente sazonado con las diferencias ¨¦tnicas y confesionales (las monarqu¨ªas ¨¢rabes son sun¨ªes; la Rep¨²blica Isl¨¢mica, mayoritariamente persa y chi¨ª), se agrav¨® tras la primavera ¨¢rabe. Teher¨¢n mostr¨® sus simpat¨ªas hacia los grupos islamistas, cuya adhesi¨®n aunque sea formal a la democracia cuestiona a reyes y emires absolutistas. Por eso les inquiet¨® la posibilidad de su reintegraci¨®n a la comunidad internacional con el acuerdo nuclear que firm¨® con las grandes potencias en 2015. A los ¨¢rabes, les acomodaba el estatus de paria que arrastraba desde el asalto a la Embajada de Estados Unidos tras la revoluci¨®n.
La llegada de Trump a la Casa Blanca fue celebrada en Abu Dabi y Riad, cuyos hombres fuertes, Mohamed Bin Zayed y Mohamed Bin Salm¨¢n, respectivamente, han apostado por plantar cara a Teher¨¢n. Ambos celebraron la salida de EE UU del acuerdo nuclear el a?o pasado y han alentado su mano dura hacia Ir¨¢n, tanto para frenar las ambiciones de ¨¦ste como para consolidar su propio liderazgo. De ah¨ª tambi¨¦n su creciente actividad para contrarrestar las actividades iran¨ªes en apoyo al Ham¨¢s palestino, el Hezbol¨¢ liban¨¦s, las milicias iraqu¨ªes o el r¨¦gimen sirio, e incluso la apertura de un nuevo frente en Yemen, donde la influencia iran¨ª era muy limitada. ?
Otros vecinos, incluso entre las propias monarqu¨ªas ¨¢rabes como Om¨¢n, Kuwait o Qatar, han tomado distancias y apuestan por dialogar con Ir¨¢n. No est¨¢ claro a qui¨¦n beneficia la renovada tensi¨®n. Tanto Ir¨¢n como Arabia Saud¨ª, EAU, Irak y Kuwait exportan la mayor parte de su crudo por el estrecho de Ormuz; lo mismo hace Qatar con el gas natural licuado, del que es el mayor exportador mundial. ?
La opacidad del sistema iran¨ª tambi¨¦n alienta las sospechas. A pesar de las firmes negativas de Rohan¨ª, el poder ¨²ltimo est¨¢ en manos del l¨ªder supremo, Ali Jamenei, quien desconf¨ªa profundamente de Occidente. El fiasco del acuerdo nuclear ha inflamado la lucha entre las elites gobernantes. Los ataques pueden ser tanto una respuesta a la presi¨®n de Washington como obra de quienes desean cerrar la v¨ªa del di¨¢logo para siempre.
Con tantos focos de conflicto, el sabotaje a los petroleros no constituye uno m¨¢s. Existe el peligro real de que se conviertan en una mecha que conecte todos los incendios de la zona. De hecho, portavoces saud¨ªes y emirat¨ªes han vinculado los incidentes navales con los ataques con drones y misiles que los rebeldes Huthi de Yemen est¨¢n lanzado estos d¨ªas contra infraestructuras civiles de Arabia Saud¨ª (y cuya respuesta por la aviaci¨®n de Riad ha quedado eclipsada por los ¨²ltimo sucesos). Un grupo de expertos de la ONU ha concluido recientemente que los Huthi reciben drones y misiles de Teher¨¢n, pero que no siguen autom¨¢ticamente sus ¨®rdenes.
Aunque algunos portavoces iran¨ªes amenazan peri¨®dicamente con cerrar Ormuz (por el que transita una quinta parte del petr¨®leo que se consume en el mundo), ni siquiera durante la guerra con Irak (1980-1988) lleg¨® a hacerlo. No obstante, tanto Arabia Saud¨ª como Emiratos han invertido en oleoductos que les permiten reducir el volumen de oro negro que cruza ese estrecho. Algunos analistas vieron los ataques de mayo, en aguas territoriales emirat¨ªes, como un mensaje de que ni as¨ª estaban seguros. Pero el ¨²ltimo incidente ha ocurrido frente a la costa iran¨ª. Adem¨¢s, a diferencia del pasado cuando un sabotaje similar hubiera disparado el precio del petr¨®leo, ahora la preocupaci¨®n por la ca¨ªda en la demanda ha frenado la subida.
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