Hasan Rohani: el art¨ªfice de la ilusi¨®n de Ir¨¢n se queda solo

Hasan Rohani ha perdido la sonrisa. El presidente que logr¨® sacar a Ir¨¢n del aislamiento internacional con su apuesta por el di¨¢logo y el acuerdo nuclear ha visto desmoronarse su trabajo en el ¨²ltimo a?o. La salida de Estados Unidos de aquel pacto no lo ha dejado cojo, lo ha dinamitado. Sin la esperada inversi¨®n extranjera y, lo que es a¨²n m¨¢s grave, con crecientes dificultades para exportar su petr¨®leo, debido a las sanciones americanas, ha tenido que inclinarse ante sus ultraconservadores rivales pol¨ªticos en busca de unidad frente a la amenaza externa.

¡°Las presiones de los enemigos constituyen una guerra sin precedentes en la historia de nuestra revoluci¨®n isl¨¢mica (¡­), pero creo que podremos superar estas dificultades si nos mantenemos unidos¡±, declaraba cariacontecido Rohani (Sorkheh, 1948) a mediados de mayo.

Pocos d¨ªas antes, el presidente iran¨ª hab¨ªa anunciado que su pa¨ªs dejaba de respetar algunos de los compromisos adquiridos en el Plan Integral de Acci¨®n Conjunta (PIAC, nombre oficial del acuerdo nuclear), firmado en 2015. Entonces, Teher¨¢n acept¨® limitar su programa at¨®mico a cambio del levantamiento de las sanciones que frenaban el desarrollo, y los inspectores de la ONU han confirmado que ha cumplido su parte.

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As¨ª que el llamamiento a la unidad de Rohani sonaba a derrota. El cl¨¦rigo con aspecto bonach¨®n que lleg¨® a la presidencia en 2013 con la promesa de mejorar la econom¨ªa y los derechos civiles, se ve¨ªa obligado a buscar el apoyo de quienes siempre criticaron su empe?o en negociar una salida a la crisis nuclear. Incluso ha tenido que salir en defensa de la poderosa Guardia Revolucionaria, a cuyas actividades extramilitares aspiraba a poner coto, ante su inclusi¨®n en la lista de organizaciones terroristas de EE UU.

Abogado y diplom¨¢tico adem¨¢s de cl¨¦rigo, Rohani se forj¨® en la lucha contra el sah. Despu¨¦s del triunfo de la revoluci¨®n, en 1979, inici¨® una carrera pol¨ªtica que le llev¨® a las principales instituciones del pa¨ªs, desde el Parlamento hasta la Asamblea de Expertos, pasando por el Consejo Supremo de Defensa durante la guerra con Irak (1980-1988) y el Consejo Supremo de Seguridad Nacional, del que lleg¨® a ser secretario y, como tal, jefe negociador nuclear al inicio de las conversaciones (2004-2005). En esa capacidad, logr¨® evitar que Ir¨¢n fuera remitido al Consejo de Seguridad de la ONU y se gan¨® el apodo de ¡°cl¨¦rigo diplom¨¢tico¡±, pero ces¨® al llegar a la presidencia Mahmud Ahmadineyad.

Result¨® significativo que, ocho a?os despu¨¦s, Rohani sucediera en el cargo a aquel presidente cuyo estilo populista y bomb¨¢stico hizo del programa nuclear iran¨ª un instrumento de desaf¨ªo a la comunidad internacional, a la vez que despilfarraba los mayores ingresos del petr¨®leo que Ir¨¢n hab¨ªa tenido nunca. Su pragmatismo y talante moderado le granjearon el apoyo de muchos reformistas desencantados que, como ¨¦l, defend¨ªan el di¨¢logo para salir del ostracismo.

¡°No es momento de negociar, sino de resistir¡±, ha concedido sin embargo esta semana despu¨¦s de que el presidente norteamericano, Donald Trump, amenazara con ¡°el fin oficial de Ir¨¢n¡±.

Sus palabras se hac¨ªan eco de las pronunciadas con anterioridad por el l¨ªder supremo y m¨¢xima autoridad pol¨ªtica iran¨ª, el ayatol¨¢ Ali Jamenei. A diferencia de ¨¦ste, que es designado de por vida por una asamblea de cl¨¦rigos, Rohani es el m¨¢s alto cargo electo de la rep¨²blica y fue reelegido en 2017 con cinco millones m¨¢s de votos que la primera vez gracias a la firma del PIAC.

De ah¨ª, el duro golpe de que Trump sacara a EE UU del acuerdo como hab¨ªa prometido en campa?a. La presi¨®n econ¨®mica, a la que ahora Washington ha a?adido la militar, ha dejado a Rohani debilitado ante votantes y rivales pol¨ªticos. Los primeros se preguntan de qu¨¦ ha servido todo el esfuerzo; los segundos le restriegan el ¡°ya lo advertimos¡± y le acusan de mostrarse blando ante la humillaci¨®n infligida por el enemigo.

El presidente iran¨ª se est¨¢ quedando solo. Es un triste colof¨®n para el hombre que logr¨® volver a ilusionar a su pa¨ªs despu¨¦s del trauma de 2009, cuando las autoridades reprimieron con dureza las protestas populares por la reelecci¨®n de Ahmadineyad.

Tras dos mandatos, no puede volver a presentarse, pero a¨²n tiene dos a?os de Gobierno por delante. Si los iran¨ªes terminan vi¨¦ndole como responsable de sus problemas, habr¨¢ muchas posibilidades de que quien le suceda pertenezca al sector m¨¢s antioccidental del r¨¦gimen iran¨ª.

Rohani se cas¨® a los 20 a?os con Sahebeh, una prima seis a?os m¨¢s joven, y tienen tres hijas y un hijo. Su ¨²nico hermano var¨®n, Hosein Fereydun, tambi¨¦n pol¨ªtico y diplom¨¢tico, ha sido recientemente condenado por corrupci¨®n.