El carism¨¢tico opositor que aspira a arrebatar al partido de Erdogan la alcald¨ªa de Estambul
El socialdem¨®crata Ekrem Imamoglu se perfila como favorito para desbancar a los islamistas en la repetici¨®n electoral de este domingo
Cuando su partido lo eligi¨® como candidato a la alcald¨ªa de Estambul, apenas el 16% de los electores sab¨ªan qui¨¦n era. S¨ª en Beylikduzu, distrito del extrarradio de la megal¨®polis turca del que fue alcalde entre 2014 y 2019, pero en pocos sitios m¨¢s. Hoy, en cambio, nadie ignora qui¨¦n es, no s¨®lo en Estambul, sino pr¨¢cticamente en toda Turqu¨ªa. Ekrem Imamoglu, que el domingo se enfrentar¨¢ de nuevo al candidato oficialista Binali Yildirim por el ayuntamiento de la ciudad m¨¢s poblada del pa¨ªs despu¨¦s de que la Comisi¨®n Electoral anulase su victoria del 31 de marzo, se ha convertido en una estrella en auge.
Es mi¨¦rcoles a mediod¨ªa, s¨®lo quedan cuatro jornadas de campa?a y el pol¨ªtico socialdem¨®crata tiene que dar una charla ante una asociaci¨®n de vecinos de Bulgurlu, un barrio de clase media y trabajadora conformado por emigrantes de las conservadoras provincias del este de Turqu¨ªa. Pero no va a poder. Cuando llega su comitiva, ya hay quinientas o seiscientas personas que bloquean las aceras y parte de la calle, tanta es la pasi¨®n que despierta: ¡°?Que viene Imamoglu!¡±, ¡°?Ekrem, alcalde!¡±, gritan y bailan al son de la m¨²sica electoral. Resulta imposible meter a tanta gente en el peque?o local de la asociaci¨®n, as¨ª que Imamoglu (49 a?os) sube al techo del autob¨²s e improvisa un mitin para sus seguidores.
Hay j¨®venes con tel¨¦fonos de ¨²ltima generaci¨®n, viejos con los dientes picados, amas de casa, padres con sus hijos peque?os a hombros, mujeres con el velo isl¨¢mico... Aunque son una minor¨ªa entre las partidarias del candidato, en tres lustros cubriendo la actualidad de Turqu¨ªa, este periodista jam¨¢s hab¨ªa visto tantas mujeres cubiertas en un acto del Partido Republicano del Pueblo (CHP), el principal de la oposici¨®n y adalid del laicismo. Imamoglu procede de una familia religiosa y explota ese hecho: es, por ello, una amenaza directa a la base electoral del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), la formaci¨®n islamista dirigida por el presidente, Recep Tayyip Erdogan, que domina la pol¨ªtica turca desde hace 17 a?os y la alcald¨ªa de Estambul desde hace un cuarto de siglo.
Su eslogan es tan simplista como efectivo ¨C¡°Todo ir¨¢ bien¡±¨C, as¨ª que ha calado como un lema que resuena por toda la ciudad: lo repiten incluso los ni?os peque?os cada vez que pasa una furgoneta atronando con la propaganda electoral. ¡°Vamos a recibir a todos con los brazos abiertos, a los 16 millones de habitantes de Estambul ¨Cdice Imamoglu en su improvisado discurso en Bulgurlu¨C. Lo que queremos es que, en este pa¨ªs tan bello, todos podamos vivir felices y en paz sin importar de d¨®nde seamos o nuestro modo de vida. Queremos un Ayuntamiento respetuoso con los ciudadanos¡±.
Y¨¹ksel, un jubilado, aplaude a rabiar: ¡°Es un hombre bueno, no discrimina a las personas. Es necesario un cambio para reducir la polarizaci¨®n¡±. Cerca de ¨¦l, Latife y Selma, una anciana kurda y su hija, afirman que pese a no haberlo votado anteriormente, ahora lo har¨¢n: ¡°Sus propuestas son cre¨ªbles. Otros a?os vot¨¢bamos al [partido prokurdo] HDP, pero a partir de ahora votaremos al CHP¡±. En un momento de gran tensi¨®n y polarizaci¨®n, ¡°Erdogan ha hecho ahora que su supervivencia pol¨ªtica dependa del miedo m¨¢s que de la esperanza¡±, escrib¨ªa ya el a?o pasado el analista Gareth Jenkins. Y al abandonar los mensajes positivos como discurso, ha permitido que Imamoglu se haga con el monopolio de la esperanza.
Ignorado al inicio por los grandes medios de comunicaci¨®n, en manos de empresarios cercanos al gobierno, el candidato del CHP ha basado su campa?a en peque?os encuentros y en visitas casa por casa, as¨ª como en las redes sociales. ¡°Imamoglu es una persona de gran determinaci¨®n y disciplina, pero al mismo tiempo sabe escuchar a la gente y se preocupa de lo que piensan. Conoce los sufrimientos de la gente¡±, explica a EL PA?S una persona de su campa?a: ¡°Aunque su familia ahora tiene dinero, ¨¦l nunca creci¨® como un ni?o rico. Fue a la escuela y a la universidad p¨²blicas, as¨ª que conoce todas las partes de la sociedad¡±.
As¨ª, ha conseguido neutralizar el discurso de los islamistas ¨Cque las elecciones municipales eran una cuesti¨®n de supervivencia nacional¨C?para imponer su agenda: medidas concretas para atajar la pobreza, el desempleo y los problemas de transporte, y un debate sobre el despilfarro y la presunta corrupci¨®n en el Ayuntamiento.
Con un tono suave pero directo, ha logrado convertirse en el futurible l¨ªder de una oposici¨®n que, hasta este a?o, no hab¨ªa parado de encajar derrota tras derrota ante la bien engrasada maquinaria de ganar elecciones que es el AKP. Por eso, muchas quinielas lo sit¨²an ya como posible adversario de Erdogan en las presidenciales de dentro de cuatro a?os. Quiz¨¢s sea mucho aventurar, pero no hay que olvidar que en Turqu¨ªa los partidos se articulan en torno a la personalidad de sus l¨ªderes. El CHP, la ¨²nica formaci¨®n que escapaba a esta din¨¢mica por su condici¨®n de partido del Estado (fue partido ¨²nico entre 1923 y 1950), llevaba d¨¦cadas sin postular a alguien con el suficiente carisma para encandilar al votante. Y ahora parece haberlo encontrado. ¡°Por desgracia, en Turqu¨ªa nos gusta demasiado seguir a un l¨ªder¡±, confiesa un periodista televisivo que pide el anonimato.
Sabedores del da?o que les puede hacer un Imamoglu victorioso, el AKP y los c¨ªrculos gubernamentales no han ahorrado munici¨®n. Han acusado al pol¨ªtico socialdem¨®crata de manipular las elecciones, de tener ascendencia griega (en Turqu¨ªa eso puede ser un insulto), de ser miembro de la cofrad¨ªa de Fethullah G¨¹len ¨Ca la que se acusa del golpe de estado de 2016-¨Co de apoyarse en el grupo armado kurdo PKK. ¡°?l se siente dolido porque se use este lenguaje tan polarizador, pero no se lo toma personalmente¡±, afirman desde su campa?a.
El AKP y sus partidos predecesores ¡°han gobernado Estambul durante los ¨²ltimos 25 a?os¡±, explic¨® Imamoglu en declaraciones a este periodista hace unas semanas, ¡°ganaron cinco elecciones y a la sexta perdieron. Por eso, si les miras con cierta empat¨ªa, te das cuenta de que lo que ocurre es que les resulta dif¨ªcil encajar una derrota¡±.
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