Tres expertos lanzan una f¨®rmula para evitar a toda costa un Brexit salvaje
La iniciativa aporta nuevas ideas para que no haya frontera dura entre Irlanda e Irlanda del Norte
El dilema de la frontera irlandesa se ha convertido en algo parecido a un problema matem¨¢tico. Y tres expertos dicen tener la soluci¨®n al acertijo. El brit¨¢nico ex alto cargo de la Comisi¨®n Europea Jonathan Faull y los especialistas en Derecho Joseph Weiler y Daniel Sarmiento se han aventurado a dise?ar una alternativa al denominado backstop, la salvaguarda negociada por Bruselas y la ex primera ministra brit¨¢nica Theresa May para evitar una frontera f¨ªsica en Irlanda, ahora convertida en el principal punto de desencuentro entre la UE y el Reino Unido.
Durante dos a?os, los negociadores brit¨¢nicos y europeos exprimieron a fondo su capacidad de inventiva para hallar una soluci¨®n que evitara una frontera f¨ªsica en Irlanda. El resultado fue un acuerdo para que,?mientras no se encuentre una soluci¨®n mejor para la isla irlandesa, el Reino Unido y la UE compartieran territorio aduanero ¨²nico. Se evita as¨ª la necesidad de aranceles, cuotas o controles en los productos que circulen entre Irlanda e Irlanda del Norte.
Los sucesivos rechazos del Parlamento brit¨¢nico al plan y la irrupci¨®n del nuevo primer ministro, Boris Johnson, han dado un vuelco a ese escenario. El l¨ªder tory condiciona el acuerdo a que se elimine la salvaguarda irlandesa, interpretada por el sector duro de su partido como una artima?a para mantener a Londres sometida a las normas comunitarias. Mientras, al otro lado del Canal, la UE le acusa de no proponer alternativas.
En esa atm¨®sfera de bloqueo es donde han entrado en juego el tr¨ªo de expertos. La propuesta pide que Irlanda e Irlanda del Norte no tengan que compartir normas y mantengan su autonom¨ªa regulatoria ¡ªdisipando as¨ª la principal queja de Johnson¡ª. Y establece que el Reino Unido velar¨ªa por que los exportadores y productores que comercian con Irlanda cumplen los est¨¢ndares europeos. Y a la inversa: Irlanda vigilar¨ªa que los suyos cumplen los brit¨¢nicos. "En otras palabras, si un productor de l¨¢cteos en Irlanda del Norte vende sus productos en Irlanda, el derecho del Reino Unido se encargar¨¢ de velar por que esos productos cumplan los est¨¢ndares y los derechos de aduanas europeos. Todo ello puede hacerse antes de cruzar la frontera, de modo que no es necesario erigir una frontera f¨ªsica entre ambos pa¨ªses.?Lo mismo suceder¨ªa en Irlanda, donde tambi¨¦n ser¨ªa obligatorio cumplir con los est¨¢ndares brit¨¢nicos, en el caso de que un productor decida vender sus bienes en Irlanda del Norte", resume uno de sus promotores, el espa?ol Daniel Sarmiento, antiguo letrado del Tribunal de Justicia de la UE.
Para asegurarse de que es as¨ª, el Reino Unido incluir¨ªa en su ordenamiento jur¨ªdico severas sanciones a los exportadores que incumpliesen las normas europeas, y lo mismo Irlanda en sentido contrario. Los comerciantes que planeen mover sus mercanc¨ªas hacia la otra parte de Irlanda tendr¨ªan que obtener previamente un certificado de que su producto cumple con los est¨¢ndares del otro lado. Y estar¨ªan obligados a mostrar el documento a las empresas de transporte para que estas acepten llevar sus productos.
En un ambiente de creciente desconfianza, pensar en que Bruselas aceptar¨ªa sin m¨¢s dejar en manos de Londres el cumplimiento de sus est¨¢ndares presupondr¨ªa cierta ingenuidad, pero los expertos insisten en que la supervisi¨®n de las autoridades no se fiar¨ªa a la buena voluntad.?"No se deja en manos del Reino Unido la supervisi¨®n del espacio comercial europeo, sino que hay un sistema de supervisi¨®n estricto en el que las autoridades tanto brit¨¢nicas como europeas deben colaborar para garantizar el flujo de bienes en la isla de Irlanda, pero tambi¨¦n el cumplimiento de los est¨¢ndares de cada pa¨ªs", a?ade Sarmiento.
Anticipando posibles conflictos entre la UE y el Reino Unido por no controlar correctamente los env¨ªos, la iniciativa contempla la creaci¨®n de centros de control de la UE en suelo brit¨¢nico y de Londres en Irlanda. Y tambi¨¦n inspecciones conjuntas aleatorias, eso s¨ª, alejadas del per¨ªmetro fronterizo.
De ese modo, se esfumar¨ªa una de las grandes inquietudes: el levantamiento de una frontera f¨ªsica en un lugar que fue escenario de enfrentamientos entre republicanos cat¨®licos (partidarios de unirse a la Administraci¨®n de Dubl¨ªn) y unionistas protestantes (defensores de la hegemon¨ªa brit¨¢nica) hasta hace apenas 20 a?os.
Ahora mismo hay tres certezas sobre la mesa. Nadie quiere o¨ªr hablar del regreso de los agentes aduaneros, los Veintisiete no est¨¢n dispuestos a permitir la entrada a trav¨¦s de Irlanda del Norte de productos que no cumplen los est¨¢ndares europeos, y el primer ministro Boris Johnson se niega a aceptar que su pa¨ªs siga sujeto a determinadas reglas comunitarias mientras no se firme un acuerdo comercial.
La idea pretende hallar por tanto algo as¨ª como la cuadratura del c¨ªrculo. El largo adi¨®s del Brexit lleva m¨¢s de tres a?os siendo algo parecido a una carrera de obst¨¢culos. Pero llegados a la ¨²ltima valla, solo el choque sobre Irlanda tiene potencial para hacer descarrilar un acuerdo para la salida ordenada de Reino Unido de la UE este 31 de octubre. Sarmiento llama a las autoridades a tener en cuenta este esfuerzo de imaginaci¨®n salido de la sociedad civil para evitar la incertidumbre de un divorcio por las malas. "Si la alternativa a nuestra propuesta es un Brexit duro, es decir, una vuelta a la frontera entre Irlanda del Norte e Irlanda, y una ruptura abrupta entre la Uni¨®n y el principal centro financiero europeo (donde, adem¨¢s, viven millones de europeos), es evidente que nuestra propuesta es mucho mejor que esa alternativa".?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.