El techo de cristal blindado de las diputadas israel¨ªes
Pese a que cada vez son m¨¢s, el Parlamento no ha superado la barrera de un 25% de presencia femenina
Al igual que en los comicios no concluyentes del 9 de abril, la representaci¨®n femenina en las legislativas del pr¨®ximo martes en Israel es poco significativa, en torno a una cuarta parte de la C¨¢mara, una cuota que nunca se ha superado a pesar de triplicar el n¨²mero de mujeres en la Kneset durante las ¨²ltimas dos d¨¦cadas. En un pa¨ªs de pol¨ªticas pioneras como Golda Meir y Tzipi Livni, solo una formaci¨®n pol¨ªtica,?Uni¨®n Democr¨¢tica (izquierda pacifista), se presenta a los pr¨®ximos comicios con una lista plenamente paritaria.
¡°Hablar de porcentajes electorales no es la cuesti¨®n, los hechos pol¨ªticos son los que determinan la esfera dominante y consecuentemente influyen en la desigualdad entre hombres y mujeres¡±, asegura la diputada Aida Touma-Sliman. Conocida por su feminismo, la candidata de origen ¨¢rabe-cristiano ocupa el quinto puesto de la Lista Conjunta (agrupaci¨®n de cuatro partidos ¨¢rabes). No se muerde la lengua para criticar las maniobras pol¨ªticas de Ayelet Shaked, exministra de Justicia y l¨ªder de coalici¨®n ultraderechista Yamina: ¡°Ella es una mujer con poder, y habr¨ªa que cuestionar c¨®mo el uso de ese poder influye tanto en hombres como en mujeres¡±.
Sonado fue el v¨ªdeo electoral que protagoniz¨® Shaked en la campa?a de las elecciones de abril y en el que, roci¨¢ndose sensualmente con un perfume llamado Fascismo, ironizaba sobre las cr¨ªticas de los partidos de izquierdas a su propuesta de reforma judicial con la que el Gobierno podr¨ªa designar a los jueces del Tribunal Supremo.
Shaked, de 43 a?os y responsable de Justicia hasta junio, es la ¨²nica mujer que lidera una lista en las elecciones de Israel. Contraria al proceso de paz con los palestinos, laica, pero al frente de una coalici¨®n de ultraderecha religiosa y nacionalista, ha tenido que batallar con l¨ªderes masculinos de los otros partidos de su coalici¨®n para conseguir el primer puesto en las papeletas. ¡°Una mujer puede hacer cualquier cosa¡ incluso liderar el pa¨ªs¡±, aclar¨® al rabino Shlomo Aviner, uno de los dirigentes religiosos del movimiento sionista, cuando muchos de sus seguidores cuestionaron que las mujeres pudieran estar en pol¨ªtica.
Ya sea por su enorme popularidad, o por sus propuestas reaccionarias, no pasa un d¨ªa sin que Shaked suscite un esc¨¢ndalo en la prensa hebrea. Un informe publicado el mes pasado en el diario Haaretz?revel¨® que la pol¨ªtica transmiti¨® mensajes al primer ministro, Benjam¨ªn Netanyahu, ofreci¨¦ndole inmunidad en sus casos de corrupci¨®n a cambio de que este le asegurara una buena posici¨®n en la lista electoral del Likud, el principal partido gobernante.
Importen o no los n¨²meros, la limitada presencia de las mujeres en el ¨¢mbito pol¨ªtico se sit¨²a en un segundo plano en unas elecciones cargadas de controversia, resultado de la disoluci¨®n de la pasada Kneset menos de dos meses despu¨¦s de los comicios de abril, con el primer ministro acusado de soborno y fraude por la polic¨ªa y a la espera de declarar ante el fiscal general de Israel, Avichai Mandelbit, a comienzos de octubre.
En un pa¨ªs de pol¨ªticas pioneras como Golda Meir (primera ministra entre 1969 y 1974) y Tzipi Livni (vice primera ministra y al frente de varias carteras entre 2001 y 2014) ,Israel ha triplicado su representaci¨®n parlamentaria femenina en dos d¨¦cadas, al pasar de nueve diputadas en 1997 a 29 en los comicios del pasado abril, muy cerca del 25%, pero lejos de los est¨¢ndares europeos (por encima del 33%).
Estas cifras se deben en parte a que las mujeres israel¨ªes se ven sometidas a la dualidad de una sociedad moderna con un sistema pol¨ªtico democr¨¢tico, pero tambi¨¦n fuertemente marcada por una cultura religiosa conservadora que favorece a los hombres. Una estampa cotidiana de esta realidad es lo que sucede en las ciudades con fuerte presencia de mujeres hared¨ªes ¨Cjud¨ªas ultraortodoxas- en cuyas calles se censura por norma las im¨¢genes femeninas, desde actrices a candidatas electorales. Tambi¨¦n sufren segregaci¨®n de genero, como sucedi¨® el pasado agosto en la ciudad de Afula (norte), donde el Tribunal Supremo no pudo impedir a tiempo la segregaci¨®n por sexos en un evento de la comunidad ultraortodoxa.
¡°Tenemos que acabar con esto para conseguir la paridad de hombres y mujeres en la esfera p¨²blica¡± advierte lapidaria Touma-Sliman. Y a?ade acerca de la ley de prohibici¨®n de la prostituci¨®n, aprobada en Israel el pasado 31 de diciembre, que ¡°el presupuesto es insuficiente en los programas de rehabilitaci¨®n, para que estas mujeres puedan encontrar un empleo¡±.
Esta diputada ¨¢rabe-israel¨ª pertenece a una cultura que tampoco est¨¢ exenta de discriminaciones. Fue la primera diputada de un partido no sionista en encabezar una comisi¨®n parlamentaria, precisamente el Comit¨¦ sobre Igualdad de G¨¦nero. En ese foro abord¨®, entre otros temas, la dif¨ªcil situaci¨®n de las mujeres jud¨ªas cuyos esposos rechazan concederles el divorcio y se encuentran a merced de los tribunales rab¨ªnicos, o las pol¨¦micas regulaciones sobre los ba?os rituales de purificaci¨®n de las mujeres jud¨ªas tras la menstruaci¨®n.
Otro de los perfiles femeninos que muestran la situaci¨®n de la mujer en el poli¨¦drico contexto social israel¨ª es el de Gadeer Kamal Mreeh, candidata de la alianza centrista Azul y Blanco, que se convirti¨® en la primera mujer drusa (minor¨ªa religiosa de cultura ¨¢rabe) en obtener esca?o el Parlamento. Ahora ocupa el puesto 25 de la lista, con muchas posibilidades de ser reelegida. Considera una prioridad modificar la Ley del Estado naci¨®n del pueblo jud¨ªo aprobada en 2018, que relega, seg¨²n sostiene, a las minor¨ªas a la condici¨®n de ciudadanos de segunda clase. De acuerdo con sus declaraciones a The Times of Israel, Kamal Mreeh, una de las primeras presentadoras no jud¨ªas de habla hebrea en la televisi¨®n israel¨ª, se muestra cautelosa: ¡°Desafortunadamente, no podremos derogarla¡±.
La comunidad drusa a la que pertenece la parlamentaria es una minor¨ªa ¨¦tnica y religiosa que representa el 1,6% de la poblaci¨®n israel¨ª. Entre las mujeres de esta comunidad, conservadora y patriarcal, la modestia es primordial y el contacto con los hombres que est¨¢n fuera de su c¨ªrculo familiar est¨¢ muy limitado.
Otras candidatas, mientras tanto, se han visto perjudicadas por las fusiones de partidos para las nuevas elecciones. Es el caso de Tamar Zandberg, que pasa de encabezar la lista de la izquierda pacifista Meretz en abril, a un cuarto lugar en la alianza de izquierdas de la Uni¨®n Democr¨¢tica, o el de Orli Levy-Abekasis que, de ser la l¨ªder del movimiento de centro Gesher, se desplaza a un segundo puesto en la lista de coalici¨®n con los laboristas. Precisamente la izquierda tradicional israel¨ª ser ha visto perjudicada por la salida de dos de las mujeres m¨¢s influyentes: la joven diputada Stav Shaffir, ahora integrada en la Uni¨®n Democr¨¢tica, y Shelly Yacimovich, que temporalmente se ha retirado de la pol¨ªtica. La ministra de Igualdad Social, Gila Gamliel, baja mientras tanto hasta el und¨¦cimo puesto de la lista del oficialista Likud, pese a que el partido de Netanyahu no ha pactado ninguna fusi¨®n.
Si se confirman las recientes encuestas, 32 ser¨¢n las mujeres que obtendr¨¢n acta de diputada en la Kneset (de 120 esca?os), superando por primera vez el 25% de representaci¨®n parlamentaria femenina, aunque lejos de los est¨¢ndares europeos (30-45%).
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