Un alumno aventajado
La transici¨®n democr¨¢tica del pa¨ªs magreb¨ª tiene la virtud de haber normalizado situaciones inimaginables a?os atr¨¢s
La transici¨®n democr¨¢tica tunecina tiene la virtud de haber normalizado situaciones inimaginables a?os atr¨¢s, como la celebraci¨®n de debates televisados, la presentaci¨®n de un candidato homosexual o la posibilidad de que una mujer alcance la jefatura de Estado. Las elecciones presidenciales ser¨¢n las m¨¢s disputadas en la historia de T¨²nez a pesar de que los principales partidos han preferido reservar su artiller¨ªa pesada para las legislativas del 6 de octubre, ya que la Constituci¨®n de 2014 concentra la mayor parte de los poderes ejecutivos en las manos del primer ministro.
Estos comicios son un nuevo hito en el camino de la democratizaci¨®n del pa¨ªs magreb¨ª. A pesar de las crecientes dificultades que afronta, T¨²nez sigue siendo el alumno aventajado de la primavera ¨¢rabe, sobre todo si lo comparamos con otros pa¨ªses como Libia, Siria o Yemen, devorados por conflictos sectarios y luchas de poder regionales. En cierta medida, la transici¨®n tunecina puede considerarse como mod¨¦lica, ya que la polarizaci¨®n entre los sectores islamista y laico no produjo un choque de trenes. La situaci¨®n econ¨®mica, no obstante, sigue siendo cr¨ªtica con un crecimiento an¨¦mico, una inflaci¨®n disparada y una deuda p¨²blica galopante. Aunque las tasas de desempleo oficiales se mantienen en torno al 15%, lo cierto es que este porcentaje se duplica entre los j¨®venes y en el interior.
El desgaste de la clase pol¨ªtica es evidente, lo que se ha traducido en un elevado absentismo electoral en las ¨²ltimas citas electorales. En las municipales del pasado a?o tan solo voto una tercera parte del censo. Los j¨®venes, art¨ªfices de la ca¨ªda de Ben Ali, son los m¨¢s cr¨ªticos con la situaci¨®n. Ante las escasas expectativas laborales, m¨¢s de 100.000 de ellos han abandonado el pa¨ªs para buscar un futuro mejor en la ¨²ltima d¨¦cada. En las legislativas de 2014, s¨®lo acudi¨® a las urnas un 20% de los tunecinos entre 18 y 35 a?os. Este descontento es el mejor caldo de cultivo para los populismos.
A pesar de haber sido encarcelado bajo la acusaci¨®n de evadir impuestos, la mayor parte de las encuestas consideran al empresario Nabil Karoui como el candidato mejor posicionado. Karoui, que lidera la plataforma Qalb Tunis, se presenta como un hombre hecho a s¨ª mismo capaz de crear empleos y atraer inversiones. Nessma, su cadena de televisi¨®n, se ha convertido en un efectivo instrumento de propaganda que ensalza su labor filantr¨®pica a trav¨¦s de la asociaci¨®n Khalil Tunis. Aunque se presenta como un outsider, lo cierto es que jug¨® un papel significativo en la fundaci¨®n de Nida Tunis, formaci¨®n que se impuso en las legislativas de 2014 y que ahora se encuentra en plena desbandada.
Otro de los candidatos a tener en cuenta es el islamista Abdelfat¨¢ Muru, vicepresidente de Ennahda. Es la primera vez que esta formaci¨®n decide presentarse a unas presidenciales. A pesar de que su gesti¨®n de gobierno y su pol¨ªtica de alianzas le han desgastado, lo cierto es que Ennahda cuenta con una importante ventaja frente a sus rivales, ya que monopolizar¨¢ el voto islamista, mientras que sus rivales tendr¨¢n que repartirse el voto laico.
Efectivamente, una pl¨¦yade de candidatos laicos compite entre s¨ª para tratar de pasar a la segunda ronda de las presidenciales del 4 de noviembre. El primer ministro Yusuf Chahed es uno de los que cuentan con mayores opciones, ya que puede presentarse como aval su experiencia de gobierno, pero tambi¨¦n pueden apostar por esta carta el ministro de Defensa Zbidi, el expresidente Marzouki o el ex primer ministro Jomaa.
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