Polonia juzga la cruzada ideol¨®gica del ultra Kaczynski
El Gobierno de Ley y Justicia, marcado por una deriva autoritaria y su rechazo a feministas y LGTB, busca hoy el refrendo en las urnas
Polonia se juega en las urnas mucho m¨¢s que cuatro a?os de Gobierno. Las elecciones de este domingo pueden ahondar en la deriva autoritaria emprendida por el Ejecutivo de Ley y Justicia (PiS). Si se cumplen todos los pron¨®sticos, que le dan en torno al 40% de los apoyos, el pa¨ªs que dirige en la sombra el ex primer ministro Jaroslaw Kaczynski seguir¨¢ en manos de los ultraconservadores. Un partido que en la legislatura que termina hizo saltar las alarmas de Bruselas con reformas que socavan la independencia del poder judicial o de los medios de comunicaci¨®n p¨²blicos, y una cruzada ideol¨®gica contra homosexuales y feministas.
Aunque oficialmente Kaczynski solo ha sido en los ¨²ltimos cuatro a?os un diputado ¡ªestuvo al frente del Ejecutivo entre 2006 y 2007, cuando su hermano gemelo, Lech, fallecido en 2010 en un accidente a¨¦reo, era presidente¡ª, su control sobre el partido y el Gobierno es en la pr¨¢ctica absoluto. Mateusz Morawiecki, el primer ministro, un hombre procedente de la banca, fue elegido por ¨¦l para el puesto a mitad de legislatura y las principales pol¨ªticas se anuncian en actos de partido.
La primera fuerza opositora, Coalici¨®n C¨ªvica, un conglomerado de formaciones que lidera Plataforma C¨ªvica, no eligi¨® hasta septiembre a su candidata a primera ministra, Malgorzata Kidawa-Blonska. En las encuestas ronda el 26%, con muy pocas opciones de desalojar al PiS y revertir las pol¨ªticas m¨¢s controvertidas.
Tras la ca¨ªda del tel¨®n de acero, hace tres d¨¦cadas, Polonia experiment¨® una vertiginosa conversi¨®n social, pol¨ªtica y econ¨®mica, transitando desde un Estado comunista en la ¨®rbita sovi¨¦tica hasta la entrada en la OTAN en 1999 y la adhesi¨®n a la UE en 2004. El crecimiento econ¨®mico del pa¨ªs en los ¨²ltimos a?os, por encima del 3%, y que lo ha llevado a ser la sexta econom¨ªa europea, es uno de los principales avales del PiS, que ha invertido gran cantidad de recursos en un generoso programa de ayudas sociales para las familias, de 100 euros al mes por cada hijo hasta los 18 a?os. En esta campa?a ha continuado prometiendo dinero: pagas extras para los pensionistas, mayor inversi¨®n en salud o duplicar el salario m¨ªnimo de aqu¨ª a 2023 (hasta el equivalente a 925 euros).
Pero los ¨²ltimos a?os dejan tambi¨¦n otra estampa. ¡°Este Gobierno ha da?ado la imagen de Polonia, uno de los pa¨ªses l¨ªderes tras la transici¨®n de 1989, que fue desarroll¨¢ndose en t¨¦rminos de Estado de derecho y de pol¨ªtica econ¨®mica", se lamenta Malgorzata Kaczorowska, doctora en Ciencia Pol¨ªtica de la Universidad de Varsovia. ¡°Ahora estamos siendo analizados en la misma l¨ªnea que Hungr¨ªa [donde Viktor Orb¨¢n aprueba medidas radicales hacia una democracia no liberal, como la llama el primer ministro], Turqu¨ªa o Arabia Saud¨ª. Polonia fue pionero en democratizaci¨®n en 1989, con el movimiento de Solidaridad, que se convirti¨® en un s¨ªmbolo¡±, a?ade.
Entre las reformas m¨¢s pol¨¦micas est¨¢ la del sistema judicial ¡ªpara un mayor control del Gobierno¡ª y que el pasado jueves sufri¨® un nuevo varapalo en Bruselas. La Comisi¨®n llev¨® ante el Tribunal de Justicia de la UE un aspecto relativo a la Sala Disciplinaria del Supremo ¡ªde nueva creaci¨®n¡ª al considerar que da a sus magistrados, nombrados por un Parlamento con mayor¨ªa absoluta del PiS, un poder ¡°casi incondicional¡±. La justicia europea ya fall¨® contra la reforma que anticipaba la edad de jubilaci¨®n de los jueces del Supremo, que protestaron durante meses, y oblig¨® al Gobierno a readmitir a casi un tercio de ellos.
La impronta del PiS tambi¨¦n se ha dejado sentir en los medios de comunicaci¨®n p¨²blicos, cuya denominaci¨®n cambi¨® a ¡°nacionales¡±. Las medidas del Ejecutivo se tradujeron en despidos masivos, con una ley que se saltaba el filtro del consejo nacional de radio y televisi¨®n y permit¨ªa nombrar a dedo a periodistas afines. Hoy la narrativa de la radio y televisi¨®n p¨²blicas, a favor del Gobierno, contrasta con la de las cadenas privadas. En su programa electoral, Ley y Justicia propone dar un paso m¨¢s y crear una instituci¨®n que vele por los est¨¢ndares ¨¦ticos y profesionales del periodismo.
Respaldo de la Iglesia
La guerra ideol¨®gica y la defensa de los valores tradicionales cat¨®licos ¡ªel PiS cuenta con el respaldo absoluto de la Iglesia en un pa¨ªs en el que el 90% de la poblaci¨®n de 38,4 millones se define como cat¨®lica¡ª han llevado al partido de Kaczynski a emprender una campa?a contra el colectivo LGTB. El l¨ªder del partido ha declarado que ¡°Polonia debe resistir al teatro ambulante de las marchas del orgullo¡±.
Miroslawa Makuchowska relata con pesar lo sucedido en octubre del a?o pasado, cuando preparaban una actividad con escolares para mostrar solidaridad con los ni?os de este colectivo. La responsable del departamento pol¨ªtico de la ONG Campa?a contra la Homofobia cuenta que el ministro de educaci¨®n conden¨® la acci¨®n y amenaz¨® a los profesores con consecuencias. Desde entonces, ¡°la comunidad est¨¢ asustada, frustrada y la seguridad ha disminuido para nosotros dram¨¢ticamente¡±, se?ala. Se refiere, entre otros, a los ataques en la marcha del orgullo gay en Bialystok (noreste) en julio, que acab¨® con una veintena de detenidos. Ese mismo mes, un semanario conservador distribuy¨® pegatinas con el mensaje ¡°zona libre de LBTB¡±. ¡°En Polonia este tipo de esl¨®ganes nos retrotraen a momentos hist¨®ricos de la Segunda Guerra Mundial, cuando hab¨ªa zonas libres de jud¨ªos, segregaci¨®n, estigmatizaci¨®n¡±, apunta Makuchowska.
El discurso de odio cala. Seg¨²n una encuesta publicada en septiembre, el 24% de los polacos se muestra preocupado por la ideolog¨ªa LGTB y de g¨¦nero. ¡°Nosotros no somos parte del problema, en todo caso la soluci¨®n¡±, se?ala enVarsovia Urzsula Nowakowska, presidenta del Centro para los Derechos de la Mujer, una organizaci¨®n con 25 a?os de historia. El Gobierno del PiS dej¨® de financiarles nada m¨¢s llegar al poder porque considera que su labor es discriminatoria, al proteger solo a las mujeres v¨ªctimas de violencia de g¨¦nero. En Varsovia ofrecen apoyo a un millar, pero antes de los recortes llegaban al doble, y a finales de 2017 sufrieron una redada policial.
La activista conf¨ªa en que el Nobel de Literatura a Olga Tokarczuk, un s¨ªmbolo de la ¨¦lites intelectuales contra el Gobierno, y su llamamiento a ¡°votar correctamente por la democracia¡±, anime a la poblaci¨®n desmovilizada a acudir a las urnas. ¡°La gente no es na¨ªf, por un lado tienen el peligro para la democracia, que para muchos es algo abstracto, y por el otro est¨¢n las ventajas para las familias con hijos. La pol¨ªtica de redistribuci¨®n social del PiS es muy radical, y ese es un argumento a favor del Gobierno¡±, se?ala Aleksander Smolar, analista pol¨ªtico de la Fundaci¨®n Stefan Batory.
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