¡°Una misi¨®n de paz con mujeres es m¨¢s eficaz¡±
Jean-Pierre Lacroix, encargado de Operaciones de Paz de la ONU, asegura que el avance de la presencia femenina en los cascos azules a¨²n es lento

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Jean-Pierre Lacroix (Par¨ªs, 59 a?os) recuerda la ¨²nica solicitud que le hizo un grupo de mujeres sudanesas, hace solo unas semanas, durante su visita a Darfur: ¡°Queremos estar involucradas en las negociaciones de paz y queremos que ese involucramiento sea real y no solo una consulta¡±. La regi¨®n, en el oeste de Sud¨¢n, ha vivido sumergida en un conflicto entre el norte ¨¢rabe-musulm¨¢n y el sur negro-cristiano, que no cede desde su inicio en 2003 y a pesar de los acuerdos de paz firmados en 2006. Para tratar de contener la violencia, las negociaciones contin¨²an, pero esta vez el eco de las demandas de mujeres que viven en carne propia las consecuencias del conflicto empieza a ser escuchado. ¡°Es el siguiente paso¡±, dice Lacroix, en el trabajo que hacen con comunidades que han sido arrasadas por las formas de violencia m¨¢s brutales que han encontrado. El diplom¨¢tico asegura que la empat¨ªa y la confianza que se logran entre las misiones de paz y muchas de las comunidades responden a la presencia femenina. Disminuye el impacto de recibir a extra?os como mediadores y aumenta la posibilidad de avanzar m¨¢s r¨¢pido en la reconstrucci¨®n de la paz.
Jean-Pierre Lacroix tiene una carrera de 25 a?os en la diplomacia. Desde 2017 es el secretario adjunto de operaciones de paz de la ONU. Actualmente hay?14 operaciones en el mundo que trabajan siguiendo las ¨®rdenes de la oficina que ¨¦l dirige. Son civiles, militares y polic¨ªas quienes conforman sus fuerzas, con cada vez m¨¢s mujeres entre sus filas. Lacroix acepta que, mientras los pa¨ªses que contribuyen con personal no incluyan desde sus bases a m¨¢s mujeres, el avance ser¨¢ lento. ¡°Existe la confianza de que una fuerza de mantenimiento de la paz con m¨¢s mujeres es m¨¢s eficaz. Eso est¨¢ claro¡±, dice. ¡°En dos a?os hemos llegado de 7% al 15% en el porcentaje de mujeres oficiales de Estado mayor y en observadoras militares, pero el tema en los contingentes es m¨¢s lento¡±, a?ade.
Durante los dos a?os al frente de las fuerzas pacificadoras, Lacroix acuenta que se han cosechado varios ¨¦xitos, pero tambi¨¦n encuentra en el futuro otros retos a los que urge responder. Primero est¨¢ la falta de acuerdos pol¨ªticos entre los pa¨ªses que pueden marcar grandes diferencias. Ante eso, Lacroix lamenta que el fin de algunas misiones no se vislumbre cercano. ¡°Se instal¨® la idea de que estamos desplegados en pa¨ªses de ?frica, Chipre o L¨ªbano para la eternidad. Y eso no est¨¢ bien¡±. Luego est¨¢n los ¡°contextos cada vez m¨¢s peligrosos¡± a los que se enfrentan en pa¨ªses como Mal¨ª, N¨ªger, Burkina Faso o Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo, donde la amenaza yihadista ha convertido a las misiones pacificadoras en un blanco f¨¢cil. Durante 2017, considerado por la ONU como el peor para las fuerzas de paz, 71 empleados de la organizaci¨®n murieron en ataques mientras trabajaban, 53 de ellos eran cascos azules.
Uno de los cap¨ªtulos m¨¢s oscuros de la historia de las fuerzas de paz ha sido el de las acusaciones de abusos sexuales cometidos por sus integrantes. Seg¨²n los registros de la ONU, el total de denuncias por abusos y explotaci¨®n sexual por parte de su personal ha aumentado (de 50 alegaciones totales en 2017, a 94 hasta marzo de 2019), mientras que las que implican solo a cascos azules han disminuido de 62, en 2017, a 54 en el mismo periodo.
Lacroix asume la seriedad y la gravedad del tema. Acepta que este tipo de agresiones son "a¨²n m¨¢s inaceptables en el caso de misiones de paz", y enumera las medidas que han puesto en marcha para evitar que estos hechos se repitan: pol¨ªtica de "cero tolerancia", presi¨®n hacia los Estados que contribuyen con tropas para que desde la base se castigue e investigue a los implicados, y la exigencia de que haya investigaciones reales e inmediatas.
El diplom¨¢tico tambi¨¦n reconoce que son tiempos dif¨ªciles para hablar de paz. Mientras estaba de visita en Madrid, el pasado 12 de octubre, la ONU elevaba el n¨²mero de desplazados por la incursi¨®n turca en el norte de Siria a 100.000 personas en solo tres d¨ªas de operaci¨®n. La cifra ya ronda los 166.000. La ¨²nica misi¨®n de mantenimiento de paz en ese pa¨ªs est¨¢ en los Altos del Gol¨¢n, a m¨¢s de 900 kil¨®metros de la nueva batalla. Lacroix explica: ¡°Estamos tratando de reocupar nuestras posiciones en el Gol¨¢n y vemos esto como una contribuci¨®n a los esfuerzos de normalizaci¨®n, pero no hay cascos azules en el norte de Siria¡±, dice. Y niega que exista la posibilidad de incursionar en ese frente con alguno de sus grupos.
La decisi¨®n de desplegar una misi¨®n de paz se toma desde el Consejo de Seguridad de la ONU, donde los cinco miembros permanentes (China, Francia, Rusia, Reino Unido y Estados Unidos) tienen el poder de vetar cualquier resoluci¨®n que se discuta, es decir, les permite evitar la aprobaci¨®n de cualquier iniciativa. Lacroix reconoce que dentro de ese organismo no se ponen de acuerdo con el tema sirio. ¡°La falta de unidad en el Consejo ha contribuido a que la comunidad internacional no logre el retorno de la paz en Siria¡±.
Sin embargo, el futuro se ve todav¨ªa m¨¢s complejo. Lacroix apunta que las nuevas amenazas a la estabilidad y la paz ya se est¨¢n cultivando en frentes que no necesariamente son b¨¦licos, y ejemplifica: "En casi todos los pa¨ªses de ?frica el cambio clim¨¢tico tuvo un papel muy importante en la intensificaci¨®n de la violencia y en particular a trav¨¦s de la falta recursos naturales". Adem¨¢s, el diplom¨¢tico insiste en que estos nuevos conflictos traspasan f¨¢cilmente las fronteras y plantean nuevos interrogantes que no ser¨¢n f¨¢ciles de resolver. "El cambio clim¨¢tico, el crimen organizado, el tr¨¢fico de seres humanos, la explotaci¨®n ilegal de recursos naturales, las epidemias. Nosotros podemos hacer algunas cosas para limitar el impacto o prevenir la tensi¨®n, pero la respuesta fundamental es que para conseguir una paz duradera es necesario una acci¨®n global que no incluya solo esfuerzos pol¨ªticos o de mantenimiento de la paz", concluye.
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