Los siguientes pasos de Johnson: el escenario tras la derrota de su Brexit

Boris Johnson acariciaba este s¨¢bado con la punta de los dedos una victoria hist¨®rica, hasta que ha aprendido la misma humillante lecci¨®n que su antecesora, Theresa May: Nunca hay que bajar la guardia ante un Parlamento decidido a toda costa a exprimir el reglamento para frenar al Gobierno.

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La ya famosa enmienda Letwin, que forz¨® el retraso en la votaci¨®n del acuerdo del Brexit que el primer ministro hab¨ªa cerrado con la UE, ha obligado a Downing Street a cambiar de estrategia. El objetivo contin¨²a siendo el mismo: conseguir a toda costa que el Reino Unido abandone la UE el pr¨®ximo 31 de octubre. Es la gran promesa de Johnson, y la prueba de fuego para salvar su prestigio ante los euroesc¨¦pticos que le auparon al poder.

El mandato parlamentario de una nueva pr¨®rroga

La Ley Benn, aprobada mayoritariamente por el Parlamento, obligaba al primer ministro a pedir a Bruselas una nueva pr¨®rroga si no lograba sacar adelante su acuerdo. Esa resoluci¨®n segu¨ªa vigente despu¨¦s de la derrota del s¨¢bado y el Gobierno de Johnson cumpli¨® con el env¨ªo de una petici¨®n sin firma de extensi¨®n hasta enero, acompa?ada de otra carta en la que considera que ser¨ªa un error. Su equipo llevaba semanas estudiando c¨®mo respetar la letra del mandato y burlar su esp¨ªritu. "No negociar¨¦ un nuevo retraso con la UE. La ley no me obliga a ello, y creo que ser¨ªa malo para el Reino Unido y para su democracia", dijo Johnson tras recibir el varapalo parlamentario. En su intervenci¨®n, dej¨® claro que se limitar¨ªa a expresar a Bruselas los deseos del Parlamento y recalcar que no son los suyos.

La UE, seg¨²n algunos medios que han citado expresamente las palabras de la canciller alemana, Angela Merkel, responder¨ªa positivamente a una petici¨®n formal de pr¨®rroga. Pero en un clima pol¨ªtico tan confuso en Westminster, es muy probable que dejen pasar un plazo razonable de unos d¨ªas antes de actuar.

Una nueva votaci¨®n del acuerdo del Brexit

El ministro para las Relaciones con el Parlamento, Jacob Rees-Mogg, sugiri¨® al t¨¦rmino de la sesi¨®n del s¨¢bado que el Gobierno estudiaba la posibilidad de volver a someter a votaci¨®n el acuerdo del Brexit este mismo lunes. Lo har¨ªa a trav¨¦s de lo que, en lenguaje parlamentario brit¨¢nico, se llama un "meaningful vote" (voto significativo). Es un tr¨¢mite similar a lo que, en el sistema espa?ol, ser¨ªa una enmienda a la totalidad de una ley. Si la votaci¨®n sale adelante, el texto adquiere una seguridad de su vigencia casi definitiva, aunque queden luego pendientes los tr¨¢mites de debate y desarrollo de la ley.

La argucia desat¨® las protestas de la oposici¨®n y puede no salir adelante. El speaker (presidente) de la C¨¢mara de los Comunes, John Bercow, ya se enfrent¨® a una situaci¨®n similar durante el mandato de Theresa May, cuando la entonces primera ministra quiso someter de nuevo a votaci¨®n su propio acuerdo del Brexit. Bercow ech¨® mano de los precedentes parlamentarios para dictar una resoluci¨®n por la que no se pod¨ªa pedir a los diputados que se pronunciaran dos veces sobre un mismo texto, o sobre un texto cuyo contenido fuera pr¨¢cticamente el mismo que el anterior.

May logr¨® sortear el obst¨¢culo a trav¨¦s de trucos legales y de redacci¨®n, y Johnson podr¨ªa intentar algo similar. Si logra acelerar el tr¨¢mite del texto y tenerlo aprobado antes del 31 de octubre, no ser¨ªa necesario hacer uso de la pr¨®rroga, aunque se hubiera solicitado y la UE la hubiera concedido.

?Cuenta Johnson con el n¨²mero suficiente de apoyos?

Este s¨¢bado reinaba la incertidumbre en la C¨¢mara, pero las c¨¢balas realizadas por unos y por otros comenzaban a sugerir la posibilidad de que Johnson ser¨ªa capaz de sacar el conejo de la chistera. Euroesc¨¦pticos, conservadores moderados y laboristas proclives al Brexit comenzaban, con cuentagotas, a dar su brazo a torcer, y el primer ministro rozaba ya la cifra m¨¢gica de los 320 votos. Despu¨¦s del fiasco de este s¨¢bado, las presiones ser¨¢n mayores sobre todos los indecisos. La oposici¨®n logr¨® una victoria que puede volverse en su contra, porque el primer ministro hab¨ªa logrado transmitir a la opini¨®n p¨²blica la sensaci¨®n de que por fin se iba a dejar atr¨¢s la pesadilla del Brexit.

El propio Oliver Letwin, el mu?idor de la enmienda que logr¨® frenar la votaci¨®n en Westminster del acuerdo de Johnson, admiti¨® que ¨¦l ser¨ªa el primero en respaldar el acuerdo si Downing Street acced¨ªa a su petici¨®n de retrasar en unos d¨ªas el procedimiento de aprobaci¨®n del texto.

?Acabar¨¢ este mes el drama del Brexit?

Ni mucho menos. En la hip¨®tesis de que Johnson se saliera con la suya y el acuerdo fuera aprobado, todo apunta a que su siguiente paso ser¨ªa forzar unas elecciones generales anticipadas. Se presentar¨ªa como el candidato que logr¨® cumplir con el mandato del refer¨¦ndum de 2016, y obligar¨ªa a la oposici¨®n a pasar a la defensiva. Pero el Brexit en s¨ª, no ya su culminaci¨®n, seguir¨ªa siendo el tema central de discusi¨®n. Si todo se tuerce para Johnson y los laboristas consiguieran el, hoy muy remoto, objetivo de forzar un nuevo refer¨¦ndum para elegir entre el nuevo acuerdo o la permanencia en la UE, el Reino Unido se encaminar¨ªa a un estado permanente de divisi¨®n pol¨ªtica y social.