El viaje de una manzana a trav¨¦s del Brexit
El acuerdo fija que se deber¨¢n gravar los productos de fuera que sean procesados o que vayan a un pa¨ªs de la UE
Los contables de la f¨¢brica de camisas de M¨¢nchester que surte a los comercios de Belfast y su principal distribuidora en la ciudad deben estar haciendo n¨²meros. El nuevo protocolo sobre Irlanda del Norte, de entrada, les supone a ambos m¨¢s papeleo. En M¨¢nchester van a tener que empezar a rellenar formularios y m¨¢s formularios para que sus mercanc¨ªas pasen la aduana del puerto de Belfast. En la capital norirlandesa, el distribuidor deber¨¢ pagar aranceles por esos pedidos y luego demostrar que se han vendido en High Street. M¨¢s burocracia.
El ajetreo que llega refleja los equilibrios que han tenido que hacer Bruselas y Londres para no renunciar a sus respectivas l¨ªneas rojas. Los Veintisiete quer¨ªan evitar a toda costa una frontera dura que volviera a dividir Irlanda y pusiera en peligro el mercado ¨²nico y los acuerdos de paz del Viernes Santo de 1998. El Reino Unido no quer¨ªa, en cambio, ceder soberan¨ªa sobre Irlanda del Norte y buscaba mantenerla dentro de su uni¨®n aduanera.
El protocolo sobre Irlanda entrar¨¢ en vigor cuando haya acabado el periodo de transici¨®n (que podr¨ªa durar hasta finales de 2022). Hasta entonces, ambas partes deber¨¢n pulir en un comit¨¦ conjunto los detalles t¨¦cnicos que han dejado abiertos. Y no son menores, sobre todo para las pymes.
Cuando entre en vigor el protocolo, por ejemplo, ?qu¨¦ aranceles se aplicar¨¢n en Belfast a una manzana del condado ingl¨¦s de Somerset? Depender¨¢ de su uso y su destino. Por supuesto, si un viajero se lleva con ¨¦l una cantidad de valor ¡°insignificante¡± no tendr¨¢ que pagar absolutamente nada. El protocolo trata de evitar cualquier fisura en un frontera del mercado ¨²nico con varias disposiciones arancelarias.
Lo que sigue es un ejercicio hipot¨¦tico para explicar esos casos al d¨ªa siguiente de la aplicaci¨®n ¡ªtambi¨¦n hipot¨¦tica¡ª del protocolo. La explotaci¨®n de manzanas de Somerset tiene tres clientes en Irlanda del Norte: uno en Londonderry, otro en Belfast y otro en Lisburn. ?C¨®mo le afecta a la empresa de Somerset la nueva situaci¨®n? Hasta ahora sus productos pasaban algunos controles, pero no de aduanas, para llegar al puerto de Belfast. Eso ha cambiado y esta semana dos empleados han tenido que hacer horas extra para rellenar formularios y declaraciones para que sus cajas pasen los controles que las autoridades brit¨¢nicas ¡ªcon alg¨²n tipo de supervisi¨®n europea¡ª realizan en Belfast.
El distribuidor de Londonderry va a recoger la mercanc¨ªa. ?l solo la distribuye entre tiendas de su ciudad, as¨ª que al hallarse dentro de la uni¨®n aduanera no debe pagar aranceles. Pero hay una frontera, y cuando reclama las cajas, los oficiales le piden que abone un impuesto para la UE. Lo hace. Luego ya dedicar¨¢ tiempo al papeleo y mandar¨¢ toda la documentaci¨®n para demostrar que las manzanas no han salido de Londonderry y podr¨¢ recuperar esa cantidad.
El distribuidor de Belfast tambi¨¦n vende las manzanas de Somerset a tenderos, pero sus clientes est¨¢n m¨¢s repartidos y tambi¨¦n tiene varios en Cork, en la Rep¨²blica de Irlanda. Esos comercios son cerca del 30% de su negocio. Al llegar al puerto, paga aranceles para todos sus productos. Cuando lo venda todo, ya reclamar¨¢ que le devuelvan los aranceles correspondientes al 70% de sus ventas. El resto, al ir a territorio de la UE, no podr¨¢ recuperarlo. Ya ha asumido que es menos competitivo que antes en cuanto a precio. Eso s¨ª, puede seguir yendo de Belfast a Cork sin pasar ning¨²n control aduanero.
So, crudely speaking, this is how the NI customs proposals determine whether a good dispatched from Great Britain to Northern Ireland should be subject to EU tariffs or not. pic.twitter.com/Ot5HwsKiYu
— Sam Lowe (@SamuelMarcLowe) October 18, 2019
El tercer cami¨®n que va al puerto pertenece a una sidrer¨ªa muy popular de Lisburn. Las manzanas, en este caso, ser¨¢n procesadas. Y es muy posible que algunas botellas acaben en un pub de Dubl¨ªn. Es decir, dentro de la UE. Sus productos cumplen con los est¨¢ndares europeos, as¨ª que por ese lado no hay problema. Pero el protocolo fija que los productos que vayan a ser procesados, como esas manzanas que recoge el cami¨®n, tienen que pagar el arancel en el puerto. El protocolo considera que hay ¡°riesgo¡± de que acaben en otro pa¨ªs. Bruselas y Londres quieren que lo consumido en Irlanda del Norte no sea gravado, pero en este caso todav¨ªa deben fijar las condiciones y criterios que permitan evitarlo.
Al cabo de unos a?os, el cliente de Belfast deja de comprar a su productor de Somerset. Londres alcanza un acuerdo comercial con Sur¨¢frica antes de haberlo cerrado con la UE. En la isla sigue rigiendo el protocolo. El distribuidor hace n¨²meros y ve que le sale mejor comprar manzanas en Sur¨¢frica. No obstante, llega al puerto de Belfast y los oficiales le dicen que ha de pasar por caja y pagar el arancel para la UE. Si esas manzanas se quedan en una tienda de Belfast, no hay problema, pero si por cualquier motivo acaban en una de Valencia s¨ª lo hay, porque querr¨ªa decir que se habr¨ªa abierto una rendija en la frontera del mercado ¨²nico.
La voluntad es la misma: no gravar lo que se quede en Irlanda del Norte, por lo que igualmente hay el compromiso de fijar unos criterios para excluir el consumo interno de productos de terceros pa¨ªses. Para asegurarse de que no hay ning¨²n coladero al mercado ¨²nico, la UE cobra el impuesto en la frontera del mar de Irlanda. Si el distribuidor de Belfast no puede demostrar que ha sido para consumo interno, la UE tendr¨¢ el seguro de haber cobrado.
Londres respetar¨¢ las reglas de ayudas de Estado en comercio
Los aranceles tambi¨¦n rigen en otro ¨¢mbito sobre el que Bruselas siempre ha tenido puesta la lupa: las posibles ayudas de Estado. Irlanda del Norte est¨¢ sujeta a las reglas comunitarias en ese ¨¢mbito. Y si bien en los intercambios comerciales con la regi¨®n el Reino Unido se compromete a seguir esas normas, se fijan excepciones en el terreno de la agricultura, que podr¨¢ beneficiarse de un tope anual sobre subvenciones, estipulado en uno de los anexos. De esa forma, Bruselas se asegura que la vulneraci¨®n de las reglas de la competencia no suponga otra brecha inesperada en la frontera del mar de Irlanda.
Por lo tanto, en el caso de las manzanas cabr¨ªa preguntarse si el importador ya ha alcanzado esos topes anuales ¡ªsi es que el producto ha recibido alg¨²n tipo de beneficio o tiene derecho a ellos¡ª o no. Si los ha agotado, deber¨¢ abonar los aranceles europeos. Si no es as¨ª, el distribuidor de Belfast podr¨¢ ser reembolsado posteriormente o recibir alg¨²n tipo de exenci¨®n.
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