Pi?era suspende el alza del precio del metro y el Ej¨¦rcito decreta toque de queda para Santiago
El presidente de Chile recula tras una in¨¦dita ola de violencia en la capital y en el resto del pa¨ªs
Los militares que tomaron esta madrugada el control de Santiago de Chile no han logrado detener las protestas violentas en diferentes zonas de la ciudad, que con el paso de las horas se han propagado por diferentes regiones del pa¨ªs. A veinti¨²n horas de decretar el estado de emergencia para la capital, que restringe para los ciudadanos la libertad de traslado y de reuni¨®n por 15 d¨ªas, el presidente, Sebasti¨¢n Pi?era, anunci¨® desde La Moneda que suspender¨¢ el alza de tarifas del subterr¨¢neo, con el objeto de descomprimir el estallido social que ha desbordado a las autoridades del Gobierno y a los pol¨ªticos de todos los sectores. En paralelo, el Ej¨¦rcito determin¨® toque de queda, con lo que no se podr¨¢ circular en Santiago de Chile entre las diez de la noche y las siete de la ma?ana.
?¡°Todos los ciudadanos tienen derecho a manifestarse pac¨ªficamente. Comprendo que tienen buenas razones para hacerlo, pero nadie tiene derecho a actuar con la brutal violencia delictual de los que han destruido, incendiado o da?ado m¨¢s 78 estaciones del Metro de Santiago¡±, indic¨® Pi?era esta tarde desde La Moneda. Junto con anunciar la suspensi¨®n del alza del metro ¨Cque hab¨ªa subido de 800 a 830 pesos (1,13 a 1,17 d¨®lares)¨C inform¨® de la constituci¨®n de una mesa de di¨¢logo ¡°amplia y transversal¡± para encontrar respuestas a ¡°demandas tan sentidas como el costo de la vida¡± de la ciudadan¨ªa. ¡°He escuchado con humildad y mucha atenci¨®n la voz de la gente y no tendr¨¦ miedo a seguir haci¨¦ndolo, porque as¨ª se construyen las democracias¡±, a?adi¨® Pi?era, que ha permanecido en la sede de Gobierno durante toda la jornada.
?De acuerdo al jefe de la Defensa Nacional, general Javier Iturriaga, el toque de queda ¡°establece que las personas deben estar en sus hogares y los que necesiten salir, deben pedir salvoconducto¡±. No se aplicaba en Chile desde 1987, los ¨²ltimos a?os del r¨¦gimen militar. A medianoche se extendi¨® a Valpara¨ªso, mientras la ciudad de Concepci¨®n, en el sur del pa¨ªs, se encuentra bajo estado de emergencia, una medida que restringe la libertad de traslado y de reuni¨®n a los ciudadanos.?
?El Gobierno se ha visto superado por los disturbios. Solo en el metro de Santiago se calculan p¨¦rdidas por 300 millones de d¨®lares por las casi 80 estaciones afectadas. Supermercados y locales comerciales cerraron temprano este s¨¢bado ¡°en resguardo de clientes y trabajadores", luego de los saqueos en medio de protestas. Los enfrentamientos entre los protestantes y los militares o carabineros se repiten en diferentes zonas del pa¨ªs, mientras anochece.
Esta s¨¢bado amaneci¨® con el rastro en las calles de la capital de una jornada ca¨®tica, con estaciones del metro destruidas, 308 detenidos, 156 polic¨ªas lesionados y al menos una docena de civiles heridos. Santiago de Chile amaneci¨®, adem¨¢s, con el Ej¨¦rcito patrullado las calles. El Gobierno de Sebasti¨¢n Pi?era (2018-2022) acudi¨® a los militares para tomar el control de la ciudad, tras la violencia del viernes, con protestas que se desbordaron con el paso de las horas. Incendios de autobuses, coches, bancos, sedes de compa?¨ªas multinacionales como Enel y saqueos de tiendas y supermercados en diferentes zonas de la capital. Las autoridades del Ejecutivo se mostraron desbordadas y la clase pol¨ªtica, en general, sin respuesta ante un fen¨®meno de descontento profundo que trasciende el alza del boleto del subterr¨¢neo.
?Con el Estado de emergencia se decret¨® el toque de queda entre las 21 horas y las 7 de la ma?ana y la prohibici¨®n de vender alcohol hasta el lunes. Soldados y tanquetas se han desplegado en numerosas zonas de la ciudad. El estado de emergencia no hab¨ªa sido utilizada en Chile desde la dictadura, salvo con ocasi¨®n de desastres naturales, como el terremoto de 2010, cuando la socialista Michelle Bachelet recurri¨® a ella para controlar el desorden p¨²blico en el sur del pa¨ªs.
Las entradas masivas de usuarios saltando los accesos del metro sin pagar comenzaron la semana pasada, en paralelo al alza del precio del pasaje (de 1,13? a 1,17 d¨®lares), pero las movilizaciones se agudizaron entre el jueves y el viernes. Una de las principales cr¨ªticas al Gobierno apunta a su poca capacidad de anticipaci¨®n ante el fen¨®meno, junto con una respuesta que se enfoc¨®, sobre todo, en lo policial. Reci¨¦n en la madrugada del s¨¢bado, cuando Pi?era anunci¨® el estado de emergencia desde La Moneda, se abri¨® a un ¡°di¨¢logo transversal¡± para dar respuesta a la subida del precio del metro de la capital, que transporta a 2,8 millones de personas a diario.
El reciente aumento del pasaje que desat¨® las protestas fue de 800 a 830 pesos en horario punta (1,13 a 1,17 d¨®lares), pero se trataba de la vig¨¦sima alza de los ¨²ltimos 12 a?os. Cuando se inaugur¨® el sistema de transporte p¨²blico Transantiago en 2007 ¡ªactualmente rebautizado como Red Metropolitana de Movilidad¡ª el precio era de 420 pesos (0,59 d¨®lares). Aunque est¨¢ subvencionado casi en la mitad, se trata de los m¨¢s altos de la regi¨®n, por encima del de Sao Paulo, Buenos Aires y Ciudad de M¨¦xico. Los sueldos no han ido de la mano con el aumento del precio de transporte ni de la vivienda, que subi¨® en Santiago un 150% su valor en la ¨²ltima d¨¦cada.
?Chile no ha acabado de resolver algunos de sus problemas estructurales. Existe consenso en que el sistema de pensiones requiere de una transformaci¨®n profunda, porque son baj¨ªsimas respecto del nivel de vida que tienen los ciudadanos en su etapa activa. Ning¨²n Gobierno en 30 a?os ha sido capaz de levantar la educaci¨®n p¨²blica, destruida en la dictadura. Los medicamentos son significativamente caros, en relaci¨®n no solo a la regi¨®n, sino incluso a Europa. Un 70% de la poblaci¨®n gana menos de 770 d¨®lares mensualmente y 11 millones de chilenos tienen deudas, seg¨²n c¨¢lculos de la Fundaci¨®n Sol. Los recientes esc¨¢ndalos de corrupci¨®n entre los Carabineros y el Ej¨¦rcito se suman a una larga lista de instituciones desprestigiadas frente a la sociedad, como el Ministerio P¨²blico, el Congreso, los partidos pol¨ªticos y la Iglesia cat¨®lica, donde el papa Francisco tuvo que hacer una limpia hist¨®rica por los esc¨¢ndalos de abusos contra menores.
El descontento de la sociedad chilena todav¨ªa no se analiza con la profundidad necesaria ni por las autoridades pol¨ªticas ni por el mundo intelectual. Parece distinto al de 2011, cuando los estudiantes salieron a las calles en demanda de educaci¨®n gratuita y de calidad, en el primer Gobierno de Pi?era (2010-2014). Hace ocho a?os, se trataba de un movimiento organizado que ten¨ªa una clara agenda de reivindicaciones, liderado por los dirigentes estudiantiles que actualmente son diputados. En esta oportunidad, en cambio, se trata de una explosi¨®n difusa y m¨²ltiple ¨Ccomo explica el soci¨®logo chileno Eugenio Tironi¨C, que busca transgredir las normas que parecen naturalizadas y que hacen funcionar una sociedad de mercado como la chilena. No se tratar¨ªa de una interpelaci¨®n al sistema ni al modelo econ¨®mico ni con los cl¨¢sicos patrones de la derecha y la izquierda, sino con una indignaci¨®n profunda hacia los grupos privilegiados.
?Lo ocurrido este fin de semana representa un reto pol¨ªtico para los dirigentes de todos los sectores de un pa¨ªs como Chile, que presume de su estabilidad, de su crecimiento y de la fortaleza de sus instituciones desde el regreso a la democracia en 1990. Tambi¨¦n un desaf¨ªo en materia de seguridad. El presidente Pi?era, que hace un par de semanas indicaba que Chile era una especie de ¡°oasis¡± en una Am¨¦rica Latina convulsionada, en breve ser¨¢ el anfitri¨®n de dos importantes cumbres mundiales: el Foro de Cooperaci¨®n Econ¨®mica Asia-Pac¨ªfico (APEC), en noviembre, y la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Clim¨¢tico (COP25), en diciembre.
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