¡°Ni el tr¨¢nsito de la dictadura de Pinochet a la democracia tuvo estos niveles de destrucci¨®n¡±
El expresidente socialista chileno Ricardo Lagos analiza las causas de la mayor crisis social y pol¨ªtica de su pa¨ªs desde el retorno a la democracia
Participaba en una reuni¨®n de expresidentes en Madrid, cuando se enter¨® de lo que suced¨ªa en Chile. Las protestas por el alza del billete del metro?hicieron explotar un sentimiento de frustraci¨®n de una ciudadan¨ªa que se siente al margen de la senda de desarrollo del pa¨ªs. El expresidente chileno?Ricardo Lagos Escobar (Santiago de Chile, 1938), cancel¨® todos sus compromisos tanto en Espa?a como en otros pa¨ªses de Europa para regresar. ¡°Es la mayor crisis pol¨ªtica y social desde el retorno a la democracia en 1990, por lejos¡±, se?ala Lagos, que gobern¨® Chile entre 2000 y 2006 y fue el primer socialista en llegar a La Moneda despu¨¦s de Salvador Allende. La crisis?ha dejado al menos 19 muertos, cientos de detenidos y la capital y las principales ciudades est¨¢n bajo control militar. El Gobierno de Sebasti¨¢n Pi?era intenta encontrar una salida, mientras las manifestaciones multitudinarias se repiten cada d¨ªa.
Pregunta. ?Es de los que est¨¢n preocupados o de los que se sienten jubilosos por una especie de despertar de Chile, como dice parte de la ciudadan¨ªa?
Respuesta. No, no, no. Muy preocupado, porque estas cosas sabemos c¨®mo comienzan, pero no c¨®mo terminan. Muy preocupado, adem¨¢s, porque lo que est¨¢ detr¨¢s es una desconfianza entre la ciudadan¨ªa y la clase dirigente. Esto ven¨ªa de mucho atr¨¢s.
P. ?C¨®mo se explica este estallido social?
R. La protesta es normal, por lo que ha ocurrido. Hay raz¨®n para salir a las calles. Ten¨ªamos un 40% de pobres y ha bajado a un 10% en las ¨²ltimas tres d¨¦cadas. Ese 30% tiene nuevas demandas. La primera, no volver a ser pobre, pero la segunda es la necesidad de que el Estado provea m¨¢s bienes p¨²blicos de los que prove¨ªa antes. Bienes gratuitos que permitan tener una mejor educaci¨®n, una mejor salud, una mejor vejez. En otras palabras, que la sociedad empiece a avanzar para que todos seamos iguales en dignidad. Es lo que el fil¨®sofo Norberto Bobbio llamaba un m¨ªnimo civilizatorio. Toda sociedad, dice ¨¦l, tiene que tener algo en que todos los ciudadanos seamos iguales.
P. En Chile, la gente siente rabia ante todos los grupos dirigentes y privilegiados, incluidos los l¨ªderes de la transici¨®n, como usted. ?Por qu¨¦ todos est¨¢n cuestionados?
R. El cuestionamiento es: ¡°Yo esperaba m¨¢s¡±. Pero hay una raz¨®n econ¨®mica para ello, porque nuestro sistema tributario pr¨¢cticamente no ha cambiado pese a las numerosas reformas que se han querido hacer. Primero: la carga tributaria se ha mantenido pr¨¢cticamente igual: en torno al 18% y 20% respecto al producto nacional bruto, una cifra magra. Los amigos europeos est¨¢n todos alrededor del 35% y 40%. Estados Unidos, cerca del 30%. Esa carga tributaria no permite generar una mejora en la igualdad de los ingresos, a diferencia de lo que ocurre en el resto del mundo. En Chile, adem¨¢s, la mitad de los impuestos que se pagan corresponden al impuesto al valor agregado, al IVA, el m¨¢s regresivo de los impuestos. Es la gran camisa de fuerza de los sectores derechistas y m¨¢s conservadores de Chile. Y eso ha sido imposible modificarlo.
P. ?Lo intent¨® en su Gobierno?
R. Cada vez que quise algo, la ¨²nica forma de poder financiarlo era subiendo el IVA. Fue muy compleja una transici¨®n en donde hab¨ªa una camisa de fuerza heredada y en donde esa camisa de fuerza b¨¢sica, de car¨¢cter tributario, ha impedido que Chile haga lo que todos deben hacer: que a medida que el pa¨ªs va creciendo, aumente la carga tributaria. Felipe Gonz¨¢lez, en Espa?a, asumi¨® en 1982 con una presi¨®n tributaria del 22%. En 1996, despu¨¦s de 14 a?os, hab¨ªa crecido al 36%. Un punto por a?o.
P. ?Y usted por qu¨¦ no pudo hacerlo a la espa?ola?
R. No ten¨ªa mayor¨ªa en el Congreso. La derecha me vet¨® todo. Tuvimos una transici¨®n muy dif¨ªcil a la democracia. George Bush padre no pod¨ªa creer en una visita oficial a Chile en 1990 que en su cena oficial en La Moneda, donde hab¨ªa muerto Allende, estuvieran Augusto Pinochet, como comandante en jefe del Ej¨¦rcito, y la viuda de Allende. Esa fue nuestra transici¨®n, impactante. En Espa?a esperaron a que Franco se muriera, era m¨¢s f¨¢cil.
P. Parte de la ciudadan¨ªa le reclama al centroizquierda que desde 1990 administre un modelo econ¨®mico heredado de la dictadura.
R. En absoluto. A m¨ª me acusan, por ejemplo, de haber privatizado todo. Pero yo no privatic¨¦ nunca una empresa. Lo que s¨ª tuve que hacer es dar concesiones para obras p¨²blicas, pero la obra p¨²blica es del Estado. Porque hicimos las carreteras que hicimos, hoy d¨ªa el Estado de Chile es 25.000 millones de d¨®lares m¨¢s rico que hace 30 a?os. Con niveles de impuestos como los de Alemania, las carreteras claro que pueden funcionar sin cobrar peaje. Pero el peaje que me evit¨® pagar por la construcci¨®n de esa carretera, me permiti¨® como presidente invertir en agua potable rural, en escuelas p¨²blicas.
P. Se le critica al centroizquierda haber llevado adelante una transici¨®n pactada con el r¨¦gimen militar.
R. No fue pactada, no. Me da risa: ?Ojal¨¢ hubiera habido un pacto! Un pacto significa que ambos estamos en igualdad de condiciones. Pero est¨¢bamos con un se?or que ten¨ªamos al frente, Pinochet, que ten¨ªa el poder pol¨ªtico, militar e institucional de la dictadura. Fue una imposici¨®n y nosotros solo ten¨ªamos el poder moral de haber ganado el plebiscito en 1988. Cada generaci¨®n tiene su propia ¨¦pica y la nuestra fue restablecer la democracia frente a una dictadura. Y lo logramos. Alguien podr¨¢ discutir la forma en que se logr¨®. Pero la forma en que se logr¨® fue m¨¢s pac¨ªfica que lo que hemos visto esta semana en Chile. Ni el tr¨¢nsito de la dictadura a la democracia vio los niveles de destrucci¨®n que hemos visto en estos d¨ªas. Y era una dictadura implacable, con un toque de queda donde primero disparaban y despu¨¦s preguntaban.
P. Uno de los grandes logros de su Gobierno fue haber devuelto a los militares a los cuarteles. ?Fue un error de Pi?era haberlos sacado nuevamente a la calle durante las protestas?
R. Es dif¨ªcil saberlo, porque no tenemos el nivel de informaci¨®n del que dispone un presidente. Yo habr¨ªa intentado hacerlo solo con carabineros [la polic¨ªa]. Es grave la sensaci¨®n de militarizaci¨®n, aunque el primer deber de un Estado es mantener el orden.
P. ?Condena la violencia que se ha producido en estos ¨²ltimos d¨ªas, con una ins¨®lita destrucci¨®n del metro y de la propiedad p¨²blica y privada?
R. Condeno la violencia, obviamente. La violencia va contra el sistema democr¨¢tico.
P. El metro fue una de sus grandes obras: en sus seis a?os como presidente, se duplic¨® la red. ?Qu¨¦ sinti¨® al ver muchas estaciones quemadas?
R. Mucha tristeza. Me acord¨¦ del orgullo que sent¨ªan los pobladores de zonas modestas de Santiago cuando se abr¨ªa una nueva estaci¨®n en su barrio.
P. El presidente Pi?era habl¨® de ¡°brutal violencia y destrucci¨®n que han desatado peque?os grupos de delincuentes, con organizaci¨®n y con medios¡±. ?Cree que los responsables de los incendios en el metro fueron los mismos manifestantes u otros grupos operan en Chile?
R. He escuchado que se han encontrado sustancias aceleradoras del fuego bastante sofisticadas que no hay en el comercio en Chile.
P. ?Cu¨¢l es la salida a la crisis?
R. El Gobierno deber¨ªa buscar espacios para escuchar mejor a la gente. Podr¨ªa convocar un n¨²cleo de 30 o 40 chilenos de los m¨¢s distintos sectores: de las universidades, premios nacionales de ciencias o artes, el mundo vivo de las organizaciones sociales, juntas de vecinos, que refleje los diferentes segmentos y que tengan comunicaci¨®n directa con la sociedad. La ciudadan¨ªa no le basta con votar cada cuatro a?os y busca mecanismos de participaci¨®n de mayor horizontalidad. Deber¨ªa funcionar como un grupo auxiliar de las instituciones como el presidente, el Parlamento y el Poder Judicial. Las protestas dan cuenta de una insatisfacci¨®n con el tipo de sociedad que se conforma en Chile. Por lo tanto, se trata de identificar los principios generales ordenadores que pongan en el centro de sus preocupaciones al ser humano y su dignidad. Chile necesita un nuevo contrato social.
P. ?Basta para salir de esta grave crisis?
R. Junto con un cambio de Gabinete, porque en un sistema presidencial significa una nueva esperanza.
P. ?Qu¨¦ quiere la gente? ?Un cambio del modelo econ¨®mico?
R. La gente lo que quiere es que haya bienes p¨²blicos al alcance de todos los chilenos.
P. ?Est¨¢ en riesgo la continuidad del Gobierno de Pi?era?
R. Yo creo que no.
P. ?Pueden los pol¨ªticos por s¨ª solos superar este momento cuando existe una grave crisis de representatividad? Apenas vota el 49%.
R. Ojal¨¢ fuera as¨ª, pero no creo. Es la mayor de las dificultades: si se desconf¨ªa de la clase pol¨ªtica y de las instituciones que nos rigen en un sistema democr¨¢tico en s¨ª, como los partidos y el Congreso, estamos en dificultades muy profundas. ?D¨®nde est¨¢ el lugar, el locus, desde el cual podemos empezar a conversar para resolver el problema? Pero el presidente llama a los partidos pol¨ªticos y una buena parte de los partidos opositores deciden no ir. No recuerdo que me haya ocurrido mientras fui presidente.
P. Usted es socialista. ?C¨®mo valor¨® que el PS chileno no haya acudido a hablar con el presidente?
R. Es un error. No concibo que, ante una situaci¨®n de la gravedad que hay en Chile, un partido, por muy opositor que sea, se niegue a dialogar.
P. ?Es el momento de negar la sal y el agua al adversario pol¨ªtico?
R. No es el momento de negarle la sal y al agua al adversario pol¨ªtico. Nunca es ese momento.
P. Parte de la izquierda eval¨²a presentar una acusaci¨®n constitucional para destituir a Pi?era.
R. No ayuda en nada.
P. Y usted, ?en qu¨¦ posici¨®n est¨¢? ?Quiere ayudar al Gobierno, pese a ser oposici¨®n?
R. Yo lo que quiero es ayudar a resolver este problema.
P. ?Cree que Pi?era es quien pueda liderar un proceso de cambio que satisfaga las demandas de la sociedad chilena?
R. La declaraci¨®n de d¨ªas pasados es fuerte: ¡°Es verdad que los problemas se acumulaban desde hace muchas d¨¦cadas y que los distintos Gobiernos no fueron ni fuimos capaces de reconocer esta situaci¨®n en toda su magnitud. Reconozco y pido perd¨®n por esta falta de visi¨®n¡±, dijo el presidente.
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